El viernes 27 de octubre se cumplieron dos meses desde la última vez que los argentinos oriundos de Mar del Plata, Emmanuel Soria (34) y Maximiliano Ludvik (29), fueron vistos cuando ingresaban al mar de la costa de Málaga, España, sobre una tabla de pádel surf. Sesenta días más tarde, aún no hay rastros de los amigos que son buscados por sus familias, personas cercanas y conocidos. “Es bastante duro”, expresó el hermano de uno de los jóvenes.
Uno de los hermanos de Emmanuel, identificado como “Nacho” Soria, relató el calvario que comenzaron a vivir desde ese domingo y que empeoraría a partir del 18 de septiembre luego de que el Gobierno español le pusiera fin a la búsqueda y a los rastrillajes que se realizaban en la zona.
A pesar de que el apoyo de las autoridades españolas cesaron, los familiares recurrieron a los medios posibles para dar con el paradero de los amigos. De hecho, eso llevó a que dos hermanos de Soria viajaran a Marruecos, en África, ante la posibilidad de que pudieran encontrarse rastros de los marplatenses. Ese no fue el caso.
En este contexto, Soria adelantó que podrían realizar un viaje en dirección a Argelia, motivado por la misma premisa. “Es una idea, pero todavía no se concretó”, confesó el hombre al agregar que “el problema es la Visa que te piden”.
Aunque los impulsos de búsqueda siguen motivados por la familia, el hermano del joven desaparecido reconoció que solo sus otros dos hermanos llamados Pancho y Santi son los únicos que pudieron permanecer en el continente europeo. “El resto de la familia se tuvo que volver. Pancho sigue a la espera, pero en un tiempito seguramente vuelva”, anticipó el joven durante una entrevista al medio marplatense 0223.
En cuanto al resto del grupo familiar, Soria contó que “algunos volvieron a sus trabajos, otros no”, debido a que la situación habría resultado tan desbordante para todos que los llevó a buscar acompañamiento de algunos especialistas. “Estamos con psicólogos, con psiquiatras, tratando de estar en familia”, admitió.
“Por ahora no ha aparecido nada relevante y es bastante duro”, interpretó el hermano de Emmanuel, en referencia a que las únicas pistas concretas que se hallaron de los jóvenes fueron la tabla que llevaron al mar y una bombilla que pertenecería al mate que usaban. En paralelo, miró el lado positivo de la situación al agradecer el apoyo que recibieron de varias personas desde que se conoció la desaparición de los marplatenses: “Hoy, que puedo estar un poco más consciente, tengo que reconocer que todo lo que se ha hecho es realmente increíble”.
Entre el sostén que recibieron a lo largo de estos dos meses, el joven destacó: “Justo en estos días nos contactó alguien que conocía a Emma porque iba con él de chico e hizo una canción”, y sumó: “Las muestras de apoyo son constantes y las agradecemos”. Asimismo, otra de las personas que se involucró en la causa fue el piloto y cineasta Enrique Piñeyro, quien se ofreció a continuar con la búsqueda por aire.
Hasta el momento, Piñeyro no pudo contribuir con su tarea, ya que encontró varias trabas de parte del Gobierno español que se negó a habilitarlo a sobrevolar el área. “Seguimos llenando certificados, pero no lo habilitan”, señaló Nacho al mencionar que los vuelos se harían con el avión Boing 787 que es propiedad del aviador, quien ya lo utilizó en otras misiones como, por ejemplo, en el traslado de los refugiados de la guerra de Ucrania hacia Canadá y Argentina.
Acerca de las hipótesis que se barajaron del caso, la más popular fue la que presentó el jefe del Centro Nacional de Coordinación de España, Manuel Barroso, quien indicó que el “viento de tierra” los habría alejado de la costa y ante la desesperación estos habrían intentado nadar hacia la costa. Por esta razón, se explicaría que la tabla haya sido encontrada en el mar, pero no indicios de los argentinos.