Mauricio Jesús Laferrara, alias “El Caníbal”, condenado dos veces a prisión perpetua, el jefe de sicarios del capo narco rosarino Esteban Lindor Alvarado, fue visto por última vez en el penal de Devoto el jueves por la mañana, temprano. Algunos detenidos aseguran haberlo cruzado en el área de estudios. Lo definían como huraño, un poco temido, sin grupo de pertenencia, sin ranchada propia. Tal vez, “El Caníbal” estudiaba otra cosa.
La alerta no fue inmediata ni altisonante. Empezó como un rumor, un descanso. “Se te fue uno, gil”, le decían los presos a un candado, un penitenciario de guardia en la prisión. “Se te fue uno”, repetían.
Un día después, la fuga se había vuelto obvia del todo. Uno de los mayores asesinos de la industria del sicariato en la Argentina, uno de los símbolos de la muerte en la ciudad más violenta del país, estaba suelto otra vez. Nadie podía explicar cómo se había ido del Pabellón 11. Ni siquiera se daba cuenta de una fuga. Laferrara, literalmente, se había esfumado.
Se tomaron todas las medidas de rigor tras la noticia. Se hizo un recuento, los presos fueron llevados al patio a los gritos. Se formó una causa por evasión en la Fiscalía porteña N°25. Se conformó un equipo especial para recapturarlo, con una noticia del Tribunal Federal N°2 de Rosario, que tenía en sus manos la última condena de Laferrara, cinco años por hechos de narcotráfico. Vendía polvo además de matar gente.
El equipo conformado para encontrarlo está integrado por agentes de la División Búsqueda de Prófugos de la Policía Federal, la división equivalente de la Policía de la Ciudad y la Unidad Especial de Investigación del Crimen Organizado de Santa Fe, cuyos agentes fueron los encargados de la detención del pistolero el 18 de octubre de 2019 en el macrocentro de Rosario. También interviene la PROCUNAR, a cargo de Diego Iglesias. Las sospechas de complicidad de penitenciarios en la jugada son fuertes en la Justicia.
Mientras tanto, “El Caníbal” ya es un prófugo internacional. Ayer por la noche, Interpol Buenos Aires activó la alerta roja en su contra.
Hoy, Búsqueda de Prófugos de la PFA investiga una pista que parece irónica, pero certera a la vez: Laferrara se fue por la basura.
“El camión de que más se sospecha salió a las 10:45 del penal. Terminó en el CEAMSE del Camino del Buen Ayre”, dice un investigador clave del caso. El camión iba con su caja abierta. Sin embargo, no hay cámaras en el penal de Devoto que controlen el sector de carga de basura.
La descarga es otro punto ciego. Dónde se bajó Laferrara y quién lo levantó son otras incógnitas evidentes.
Quién es Mauricio “El Caníbal” Laferrara
Después de haber sido buscado en varios procedimientos en Rosario, Laferrara cayó el 18 de octubre de 2019 en una casa del barrio Echesortu, en un allanamiento hecho por la Tropa de Operaciones Especiales de Santa Fe, que por entonces lideraba el propio Bertolotti. En ese operativo se incautaron 435 gramos de cocaína, 6.000 dólares y 1.400.000 pesos.
Mauricio era, según fiscales provinciales e investigadores policiales, el sicario preferido de Alvarado y quien coordinaba los ataques a tiros para la organización rival a Los Monos. El año pasado, en dos juicios diferentes, la Justicia provincial le dio la pena a prisión perpetua. Uno de ellos, que terminó en abril de 2022, por haber matado a un joven en un comercio. El otro, que culminó dos meses después, por haber cometido otros cinco homicidios. Por su parte, el Tribunal Oral Federal Nº 2 de Rosario le dio sus 5 años por narcotráfico.
La primera sentencia fue por una violenta irrupción de un grupo de gatilleros ocurrida el 7 de septiembre de 2019 en una distribuidora de gaseosas ubicada en el barrio Plata de la zona sudoeste de Rosario, donde Laferrara asesinó a Cristian Beliz (27) e hirió al dueño Oscar César García y a otro hombre que estaba en el lugar. Según figura en la investigación, el propietario del lugar, conocido como “El manco” o “El gitano”, había tenido relación con Los Monos y usaba ese local como “pantalla para otros negocios”. García ya era conocido en el radar policial y judicial, puesto que en mayo de 2019 había recibido una condena a 3 años de prisión condicional por asociación ilícita, estafa, defraudación, usurpación y lesiones calificadas.
La otra causa por la que afrontó una condena a prisión perpetua es la que impulsaron los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery contra la organización liderada por el capo narco Esteban Lindor Alvarado, donde Laferrara fue imputado por asesinar a cinco personas.
Los fiscales le atribuyeron haber sido el autor del triple crimen de Gerardo “Abuelo” Abregú (40) y los hermanos Ezequiel “Parásito” (38) y José Horacio “Grasita” Fernández (30), presuntos integrantes de Los Monos que fueron acribillados en el interior de un auto el 16 de abril de 2018 en la vecina ciudad de Granadero Baigorria.
Schiappa Pietra y Edery también acusaron a Laferrara de cometer el secuestro, tortura y asesinato de Cristian Enrique el 23 de octubre de 2018. El cuerpo de la víctima fue hallado tres semanas después em un zanjón en la ruta 14. El crimen fue cometido aparentemente, en venganza por un ataque que había sufrido un familiar de “Caníbal”.
El último de los crímenes que le endilgaron fue particularmente brutal, el secuestro, tortura y ejecución del prestamista Lucio Maldonado, ocurrido el 11 de noviembre de 2018. El cadáver de la víctima fueencontrado dos días después en la zona de Circunvalación y Oroño, donde nace la autopista Rosario-Buenos Aires, con un cartel entre su ropa que decía “Con la mafia no se jode”. Luego, los fiscales Edery y Schiappa Pietra explicaron en el juicio en contra de Laferrara que Alvarado utilizó ese sello característico de Los Monos para atribuirle a su enemigo delitos que en realidad había cometido su banda, una muerte de falsa bandera.