Este sábado a la madrugada —tal como adelantó Infobae— se concretó la detención de Ezequiel Guazzora, el periodista y ex precandidato a diputado provincial que es acusado por los delitos de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores y que era buscado por la Justicia desde hacía más de dos meses. Agentes de la Superintendencia de Investigaciones Federales del Departamento Trata de Personas de la Policía Federal Argentina (PFA) lo arrestaron en un domicilio de la localidad bonaerense de Merlo.
Guazzora estuvo prófugo durante 67 días. Su captura había sido dictada el 15 de agosto, en el marco de una causa que tiene como víctima a una adolescente de 16 años de edad y en la que interviene el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°54 a cargo de Santiago Bignone. Finalmente lo encontraron en una vivienda de la calle Carlos Tejedor junto a otro hombre, que sería un amigo suyo. Los agentes de la PFA ya lo tenían en la mira desde hacía unos días.
El comisario Gustavo Gauna, jefe del Departamento Trata de Personas de la fuerza, precisó que su área fue convocada por el Juzgado y comenzó a investigar el paradero de Guazzora el 17 de septiembre. Se realizaron rastreos telefónicos, intervenciones de campo y geolocalizaciones. Por otra parte, el Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció una recompensa de $4 millones para quien entregara al acusado.
“Esto aunado al trabajo de inteligencia y elementos tecnológicos nos dio una orientación de donde podría estar prófuga esta persona”, dijo Gauna en una entrevista con el programa Prisión preventiva, en Radio Del Plata. Según pudo saber Infobae, la oferta de la recompensa surtió efecto: un testigo realizó un llamado clave para aportar información a la línea 134 se había habilitado para las denuncias anónimas. Así, los investigadores montaron un operativo en torno a la casa de Carlos Tejedor.
Gauna reveló que Guazzora no salió de la propiedad, al menos, en el tiempo reciente. Permaneció encerrado. “En los últimos días en los que ya teníamos focalizado el lugar, se mantuvo adentro de la vivienda”, contó. De acuerdo a lo que se sabe hasta el momento, no pasó los 67 días allí sino que antes estuvo oculto en otro lado. “Cuando la PFA todavía no había sido convocada, no se encontraba en este lugar (donde fue hallado)”, agregó el comisario.
Durante su fuga, el periodista —que fue precandidato de Principios y Valores, el partido encabezado Guillermo Moreno, antes empleado en blanco de la Auditoría General de la Nación y la Municipalidad de Merlo— cambió tres veces de celular, aseguraron a este medio detectives del caso. También modificó notablemente su fisonomía: ahora luce con la cabeza rapada, sin barba y más corpulento. “Creemos que así pasaba desapercibido en el barrio donde estaba alojado”, dijo Gauna.
Con la orden de allanamiento firmada por Bignone, los policías fueron a detenerlo. Guazzora no opuso ningún tipo de resistencia. “Usamos un protocolo para el ingreso a la morada. Hicimos uso de los grupos especiales que tiene la PFA y se tomaron los recaudos necesario para que él no tenga ningún tipo de reacción, cosa que no ocurrió”, señaló el jefe policial. Fuentes del caso afirmaron que el imputado se mostró visiblemente asustado. Incluso, aseguró ser “un perseguido político”.
La causa contra Guazzora había comenzado tras una denuncia de la Red Alto al Tráfico y la Trata (RATT Argentina) ante la Procuraduría de Trata y Explotación de Persona. De acuerdo a un documento judicial, el imputado “habría pactado un precio con la madre de una menor para que le permita acceder carnalmente a ésta contra su voluntad en su domicilio; a tal fin, la joven habría concurrido a su vivienda con su progenitora, donde habrían colocado alguna sustancia en su bebida que la dejó adormilada, y así perpetrado el abuso mientras la madre consumía los estupefacientes que le habría provisto el encausado”.
Es decir, según la imputación, drogó a la hija para violarla, mientras la madre se drogaba también. Caber recordar que la mujer también está acusada.
Los detalles de los encuentros con la adolescente pudieron conocerse por la declaración que dio la víctima, cuyo testimonio fue respaldado por psicólogos y psiquiatras especializados. En su relato, la adolescente dio una descripción muy precisa de la casa del acusado y mencionó que Guazzora le había regalado un buzo, que luego fue incautado en su domicilio. Una serie de mensajes aportados al expediente también resultaron claves para fortalecer la acusación.