Los grandes capos narco de la Villa 31 cayeron hace tiempo. “Ruti” Mariños y César Morán de la Cruz, ambos peruanos, ambos actualmente presos en penales federales, vieron a sus bandas esmeriladas por años de arrestos y allanamientos donde fiscales y fuerzas de seguridad se llevaron a sus soldados y su stock de polvo y armas de fuego. Morán de la Cruz resiste, por ejemplo, pero su poder no es el de antes.
Así, el título de capo absoluto queda vacante. De vez en cuando, alguien se atreve a comerciar. Shirley M., nacida en Lima, Perú, de 49 años, madre de tres hijos y abuela de tres nietos fue arrestada esta semana por la Policía de la Ciudad, acusada de ser jefa de su propia estructura en la zona del barrio Padre Mugica del asentamiento, tras una investigación comenzaba en abril.
“La banda del Techito”, la llamaban a la pandilla comandada por esta mujer, que posteaba memes en su muro de Facebook como cualquiera, y regenteaba un emprendimiento, netamente familiar, que guardaba casi 90 millones de pesos en cocaína de alta calidad.
El Departamento Antidrogas Norte de la fuerza porteña, bajo las órdenes de la UFEIDE de la fiscal Cecilia Amil Martín, detuvo a Shirley, a una de sus hijas, de 18 años -a la que le encontraron diez bolsitas de cocaína- y a su pareja, José, un ex transportista, además de a otros tres cómplices.
El lote mayor estaba en el aguantadero principal de la banda: hallaron 8 panes de cocaína, 17 kilos de flores de marihuana y un kilo y cuarto de pasta base, además de cuatro armas de fuego, un chaleco antibalas y casi 300 municiones. Desde ya, una balanza y dosis listas para la venta, todo lo que se necesita para comerciar y resistir.
Shirley y José fueron encontrados con dos secuaces en su casa de la calle Vicuña en el barrio Padre Mugica. Les secuestraron un poco de cocaína, marihuana y dinero en efectivo, además de sus teléfonos.
La banda operaba con los clásicos trucos del rubro, usaban un restaurant como pantalla para el menudeo y, se cree también, que gozaban de protección de otros delincuentes de la zona. “Este es otro gran trabajo conjunto entre la Policía de la Ciudad y la justicia porteña que nos llena de orgullo, los vamos a seguir metiendo presos las veces que haga falta”, aseguró el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Coria tras presentar el operativo.
Por su parte, el fiscal general de la Ciudad, Juan Bautista Mahiques, sostuvo que “es importante que se sepa que en la Ciudad de Buenos Aires la venta de droga se puede denunciar de forma anónima, por eso habilitamos canales online y telefónicos que dan la posibilidad de hacer denuncias sin tener que dejar tu nombre y tus datos”.