En el marco del juicio por la desaparición y presunto asesinato de Salvador Altamura, su hermana vinculó el hecho a los negocios que mantenía el abogado con el comisario mayor Francisco Centurión, detenido en el caso por la desaparición de Lucas Escalante y Lautaro Morello, y con un empresario que estuvo detenido por la fuga en 2015 de los condenados por el triple crimen de General Rodríguez.
“Salvador importaba telas para realizar carpas para luego vendérselas al ‘Faraón’ (Marcelo) Melnyk, relacionado a la causa de efedrina. Por otro lado, Centurión facilitaba los clientes para los loteos de terreno que tenía mi hermano en Varela. Creo que la desaparición tiene que ver con esto”, aseguró Lidia Altamura.
La hermana de la víctima declaró como testigo en la tercera audiencia del juicio que se llevó a cabo este jueves en los Tribunales de Quilmes y que tiene como único acusado a Rubén Darío Dening, un amigo de toda la vida de Salvador.
Ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de la mencionada jurisdicción, Rubén Darío Hernández, Alejandro Oscar Portunato y Julián Busteros, la mujer admitió que por una pelea familiar estaba distanciada de su hermano pero que tenía conocimiento de los negocios que llevaba a cabo con Centurión y Melnyk, el comerciante imputado por colaborar con la triple fuga a fines del 2015 de Víctor Schillacci y los hermanos Martín y Christian Lanatta del penal de General Alvear. Y comentó que Salvador se dedicaba a realizar préstamos de dinero junto a su tío, Donato Altamura.
“No era lícito y no era bueno lo que hacía. Esto es el origen de su desaparición, no creo que sea ajeno a esto”, consideró Lidia, quien agregó que las siglas de una de las empresas que tenía el abogado -DoCoSal- contenía las iniciales de los involucrados: “Do es por Donato, Sal por Salvador y Co por ‘Coco’ Centurión”. Este comentario provocó la reacción de Donato Altamura, quien se encontraba presente en la sala, y manifestó que las siglas eran en referencia a su segundo nombre, Cosme. Luego de interrumpir, el hombre fue expulsado del debate por el juez Hernández.
La tercera audiencia del juicio comenzó a las 10 de la mañana de este jueves y contó con doce testigos, entre ellos la madre, el tío y la pareja del abogado desaparecido. Al menos siete de ellos aseguraron reconocer al imputado Dening ingresando y egresando del departamento de la víctima luego de su desaparición para luego la descartar la motocicleta de Salvador en las zonas aledañas a la Villa Itatí.
Pamela Lacur, pareja del abogado, aseguró que la víctima no tenía enemigos y manifestó su dolor por “no saber dónde está el cuerpo”. “Creo en la justicia y que haya paz. Que al menos se encuentre la cadenita de Salvador y decir que estuvo ahí. Cumplió 50 años y no pudimos llevarle ni una flor”, lamentó emocionada.
Norma Wambold, madre de Altamura, consideró que el crimen de su hijo fue por “ambición”: “Darío estaba muy mal de dinero. Me llama la atención que haya podido llegar a hacer un acto de tanta violencia. Hacerlo desaparecer, con todo lo que él lo ayudó: iban, venían, comían juntos, caminaban”.
Durante el juicio brindaron su testimonio dos exparejas de Dening, quienes solicitaron que el imputado abandone la sala durante sus respectivas declaraciones. Ambas denunciaron ser menores de edad cuando salían con él y que ejercía violencia de género contra ellas.
El juicio por el crimen de Salvador comenzó el pasado martes, donde el fiscal Nieva Woodgate indicó en sus lineamientos que Dening mató a Altamura con el objetivo de robarle dinero y que lo hizo “de manera tan efectiva que logró la desaparición de su cuerpo”.
Según informó Agencia Télam, en el requerimiento de elevación a juicio, la fiscal de instrucción Ximena Santoro sostuvo que Dening “a fin de preparar su posterior accionar ilícito y con el propósito de lograr su impunidad le dio muerte a Salvador Altamura”.
En cuanto a la hipótesis sostenida por la fiscal, Dening habría asesinado a Altamura con la finalidad de salir impune por haberse apoderado de una cuantiosa suma de dinero no especificada y del arma que era propiedad del letrado.
Cuando el acusado fue detenido mientras intentaba ingresar en bicicleta a la provincia de Entre Ríos, las autoridades informaron que contaba con 386.662 pesos y 31.500 dólares en su poder, los cuales habría utilizado para sobornarlos y convencerlos de dejarlo en libertad. Asimismo, indicaron que llevaba puesta una campera del abogado.
Mientras sigue el juicio, continúa activa una recompensa de entre 2.500.000 y 5.000.000 de pesos ofrecida por el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, para toda persona que sea capaz de aportar información fidedigna de la ubicación del cuerpo del abogado desaparecido.