Este miércoles por la tarde, las tropas de asalto del Departamento Unidad de Investigación Antiterrorista de la Policía Federal ingresaron en la casa de F.C., sospechado de haber amenazado de bomba a las embajadas de Estados Unidos e Israel. Fueron armados y coordinados, preparados como para allanar un nido terrorista. Se encontraron con un chico de 18 años, todavía cubierto por la obra social de su padre, empleado de una empresa de plásticos.
Así, la DUIA -que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales- lo arrestó, en una causa a cargo del magistrado Ariel Lijo. Se le secuestraron computadoras y pendrives, que podrán ser analizados. Su padre estaba allí mientras le leían la imputación en su contra. Lo detuvieron, literalmente, cuando estaba en chancletas.
Le revisaron los armarios, incluso su cama. Su almohada estaba cubierta con una funda del Capitán América, con un clásico dibujo de su creador, el legendario dibujante Jack Kirby.
F.C. no fue difícil de identificar. Literalmente, amenazó a las embajadas vía mail, con una dirección de correo que incluye su propio nombre. Así, en cuestión de minutos, llegaron a su perfil de Facebook. Luego, encontraron sus datos reales. Realizaron una vigilancia encubierta. Incluso, lo fotografiaron mientras cruzaba su puerta. Una mujer incluso aseguró que F.C. se dedicaba a enviarle intimidaciones en un grupo barrial de Facebook de la zona Norte
La Embajada de Estados Unidos fue amenazada este miércoles, lo mismo la embajada de Israel, lo que disparó varios operativos para hallar explosivos, con resultado negativo. Ambos ataques fueron reportados por las autoridades de las dependencias diplomáticas a las fuerzas de seguridad. El texto enviado ayer por F.C. tiene un claro tono antisemita, un texto irreproducible, cargado de insultos a la colectividad judía en medio de la guerra contra Hamas en Medio Oriente.
En rigor, F.C. amenazaba embajadas por mail hace semanas. Había enviado una intimidación a la dependencia estadounidense el 31 de agosto último. “BOMBAAAAAAAAAAA”, dijo, adjuntando una fotografía adulterada del embajador Marc Stanley. Luego, envió otra misiva a la Embajada de Canadá.
“Lee Pvse Un4 boMb444 Enn Tagle 2828 (C1425EEH) Ciudad Autónoma de Buenos Aires BOMBAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA”;”C0GeRee Y M4TAREE4 4 T0D0ZZ”, afirmó.
Horas más tarde, le escribió a la Embajada de los Emiratos Árabes. “MvertE A L0S P4GANOS. LEE PVSE UN4 boMB444 Enn Mariscal Antonio José de Sucre 3825″, apuntó, con una foto genérica de un montón de explosivos. Casi en simultáneo, F.C. le envió un texto idéntico a la Embajada de Irán.
F.C. no es un chiste ni una anécdota. Es parte de un emergente cargado de violencia que puede terminar en sangre. La nueva amenaza argentina del terrorismo creado en internet se repite en operativos idénticos, donde la PFA captura a adolescentes que posan con armas de fuego y amenazan con volar objetivos de la comunidad judía mientras reivindican a asesinos como los autores de la masacre de Columbine.
En los últimos años, Infobae encontró y relató varios casos similares a lo largo del país, desde el Conurbano hasta Santiago del Estero, allanados por la Unidad de Investigación Antiterrorista, la misma que allanó originalmente a Fernando Sabag Montiel, quien intentó matar de un tiro en la cabeza a Cristina Fernández de Kirchner.
Apenas superan los 25 años. Todos reivindican, en su forma, a ciertos aspectos del nazismo y al extremismo de la ultraderecha, evocan a masacres en Estados Unidos. Hablan de salir a matar, marcados por la soledad y la alienación, usan términos como “incel”, que indica el celibato involuntario, un término ligado a discursos de misoginia extrema. Caen por chatear. El FBI los denuncia con frecuencia, un dato que llega a las autoridades argentinas. Así, les derriban la puerta con arietes. Caen no en cuevas nazis, sino en las casas de sus papás, con literatura prohibida y armas pesadas, con puñales y manoplas.