“El Bahiano” no es un alias. Es literalmente su nombre. Bahiano Ismael Bobadilla, nacido el 2 de julio de 1997, el segundo al mando de una banda dedicada a las entraderas y la toma de tierras, fue liberado este mes en un ataque de 30 tiros en Tolosa protagonizado por cinco delincuentes armados cuando el Servicio Penitenciario Bonaerense lo retiraba de una dependencia judicial. Se dispararon al menos 30 balas. Dos agentes fueron heridos.
Así, la Policía Bonaerense comenzó una cacería. La Superintendencia de Investigaciones de Delitos Complejos de la Policía Bonaerense, con su Dirección de Investigaciones contra el Crimen Organizado, que lo había arrestado el 2 de julio pasado, comenzó a buscarlo nuevamente. nuevamente. El mismo lunes, la DDI de La Plata arrestó a uno de los sospechosos.
Hoy, el área de Delitos Complejos finalmente lo arrestó de vuelta. Lo hallaron herido de bala a bordo de un Alfa Romeo en la zona de Berazategui, confirmaron fuentes del caso a Infobae. Los detectives habían vigilado de forma encubierta un rancho en la ribera de Quilmes, donde se sospechaba que se refugiaba. Bahiano había recibido un tiro en el pecho cuando fue liberado. No se sabe si fue baleado por penitenciarios o por sus propios cómplices en el fuego cruzado.
Esa herida, precisamente, lo empujó a salir. Había recibido las típicas curaciones tumberas de los prófugos heridos, pero su estado se agravaba. Así, lo capturaron en la esquina de la Avenida 14 y Belgrano. Por su estado, fue trasladado a un hospital de la zona.
Así, se termina una pequeña crisis dentro del universo de la inseguridad porteña. El rescate del hampa, a 13 días de las elecciones, en una época donde cada hecho delictivo empuja la agenda todavía más al límite, no fue una buena noticia. El SPB ya había sufrido un ataque similar el 27 de septiembre último, cuando un comando liberó en Campana al delincuente Juan Manuel Montauti en otro traslado, lo que forzó a disponer tropas de asalto para custodiar cada preso que debe mover. Montauti, al contrario de Bahiano, continúa prófugo.
Bahiano es definido como un picante, un reincidente que arrastra causas desde menor de edad. Según fuentes oficiales, estuvo encerrado dos veces en el Servicio Penitenciario Bonaerense. La primera, desde agosto de 2015 a abril de 2023, pasó por penales en Varela, Magdalena y Olmos por un homicidio cometido cuando era un adolescente.
Precisamente, Bahiano salía tras responder por ese crimen en un juzgado juvenil de Tolosa cuando el comando armado lo liberó. Había accedido al arresto domiciliario monitoreo electrónico en abril de 2022, lo que, por lo visto, no frenó su marcha criminal.
La segunda estadía en las jaulas del SPB comenzó tras su arresto en julio. Fue por el delito de robo doblemente agravado. Ingresó a la Alcaidía N°3 de La Plata el 7 de julio de este año y el 4 de octubre lo trasladaron a la Unidad N°35 de Magdalena.
Bahiano podrá ser un picante, oero no es un jefe. Es un lugarteniente del verdadero capo de su banda, Ángel Jesús Orosco, “El Coatí”. Fue detenido junto a cinco cómplices en septiembre de este año, luego de asaltar una casa en la localidad de San Francisco Solano, partido de Quilmes.
Tras ser descubiertos por la Policía Bonaerense, la banda protagonizó una frenética persecución a lo largo de varias cuadras, que incluyó disparos y terminó con uno de los ladrones heridos. Cuando lo arrestaron, “Coatí” se identificó con el nombre de Leonel Sebastián Mazzeo. Era mentira. Tras una investigación de la fiscal de Quilmes Ximena Santoro luego de la entradera, se descubrió su verdadera identidad y que además era el supuesto líder de la banda que había asaltado el Banco Provincia en La Plata en julio pasado.
Los detectives coinciden en que Bobadilla -todavía cubierto por la obra social de su madre- le empata a su jefe en fiereza. Pero “Coatí” lo supera en dos frentes: relaciones públicas y trabajo de inteligencia, con una cartera de contactos envidiada en el hampa.
“Sabe vincularse con delincuentes que les entregan los laburos, datos de potenciales víctimas. También, ‘Coatí' sabe manejar el vínculo con otras bandas. Hoy en día, las bandas se unen para cometer golpes especiales. Esto no ocurría antes”, asegura un oficial de alto rango.