Luego de que hayan imputado al único detenido por el caso de la hincha de Rosario Central, la Fiscalía aseguró que tienen elementos suficientes para creer que el sospechoso identificado que continúa prófugo se encuentra en Bolivia, por lo que realizaron un pedido de captura internacional a la Interpol.
Ariel Matías Cabrera, de 42 años, fue formalmente acusado por el delito de homicidio agravado por haber sido cometido en ocasión de un espectáculo deportivo. La audiencia de imputación estuvo a cargo del fiscal Gastón Ávila, mientras que el juez penal de primera instancia Florentino Malaponte resolvió darle prisión preventiva efectiva por el plazo de ley.
Sin embargo, quien se cree fue su cómplice, Damián Reifenstuel, continúa prófugo. Además, habría una tercera persona involucrada en el hecho, pero todavía las autoridades no pudieron identificarlo.
Con respecto a Reifenstuel, el fiscal aseguró: “Tenemos información fehaciente y consideramos que cruzó a Bolivia, a través de la localidad de Salvador Mazza”, por lo que indicó que han alertado a las autoridades de Bolivia. “Lo habría hecho hace diez días, antes de que se viralicen las imágenes”, indicó y aclaró que no lo hizo a través de los pasos fronterizos actualizados, de acuerdo con la información del medio local Rosario3.
En consecuencia, Ávila mencionó que ya realizaron el pedido de alerta roja a la Interpol para poder dar con su paradero. Según el portal El Ciudadano, el fiscal contó además que el hombre no cuenta con los medios para mantenerse prófugo, puesto que encontraron pasaportes vencidos en el allanamiento realizado en su vivienda en el barrio de Pérez y embargaron sus cuentas.
También sostuvo que la hipótesis de que reciba apoyo por parte de alguna persona cercana fue descartada, ya que sus padres fallecieron y sus otros familiares, como las madres de sus hijos, se pusieron a disposición de la Justicia a penas se publicó el pedido de paradero.
Reifenstuel pudo ser identificado gracias al testimonio de un taxista que lo vio atacando a la joven, llamó a la policía e, incluso, le dijo: “Flaco, mataste a una pibita”, según narró Cella.
El hecho ocurrió el 30 de septiembre en la calle Ovidio Lagos, entre Montevideo y la avenida Pellegrini, poco después de que se disputara el clásico rosarino. Ivana Garcilazo, la víctima, volvía de ver el partido en el Gigante de Arroyito, por lo que llevaba la camiseta de Central. Llegó a un semáforo y fue atacada a piedrazos por los sospechosos, según se cree. Un golpe en la sien derecha fue lo que le provocó la muerte. Su novio viajaba detrás en otra moto y presenció todo. Por eso, se enfrentó con Cabrera.
“Los tres sospechados de haber participado del crimen se reunieron ese día a comer y a ver el partido en la casa del hermano del tercero, que aún no fue identificado, y estos tres se dirigieron después del clásico al lugar del crimen de Ivana”, explicó el abogado de la familia de la víctima Marcos Cella.
Tras el crimen, Cabrera continuó con su rutina normal, hasta que el Ministerio Público de Acusación (MPA) publicó un video en el que se ve a los dos sospechosos huyendo de la escena del crimen. Después de ese posteo de la Justicia, se cortó un rodete que usaba hace cinco años y dejó de ir al club Social Lux, donde trabajaba.
A diferencia de su cómplice, Reifenstuel cambió completamente su vida: pasó parte de enfermo en los establecimientos educativos donde trabajaba y posteriormente renunció.
De acuerdo a los indicios que tiene Ávila, ambos mantuvieron comunicación telefónica posterior al hecho y se encontraron después en Pérez. Sin embargo, luego de eso, se cree que Reifenstuel huyó. Cabrera, por otro lado, se entregó a la Justicia. Tenía un pedido de captura y regía una prohibición de salida del país en su contra. Mientras tanto, trabajan en identificar al tercer involucrado.