A dos semanas de la muerte de Ivana Garcilazo, la hincha de Rosario Central que murió tras recibir un piedrazo en la cabeza, la Justicia imputará el próximo miércoles al docente de educación física detenido. Su cómplice continúa prófugo, mientras las autoridades intentan identificar a la tercera persona involucrada.
Se trata de Ariel Cabrera, de 42 años, quien se entregó el jueves por la mañana en la sede de la Agencia de Investigación Criminal del barrio de Las Heras. Tenía pedido de captura y regía una prohibición de salida del país en su contra, puesto que no lo habían podido encontrar en los domicilios que fueron allanados durante esta semana. Su identidad y su rostro habían sido difundidos por el Ministerio Público de la Acusación (MPA), que había solicitado colaboración a la población para poder detenerlo.
A dos días de su aprehensión, fijaron la fecha de la audiencia imputativa, será el próximo 14 de octubre en el Centro de Justicia Penal de la ciudad de Rosario, tal como confirmó a Télam el abogado defensor de la familia de la víctima, Marcos Cella. El cargo que se le adjudicará será “homicidio agravado”, según adelantó la semana pasada el fiscal a cargo de la causa Gastón Ávila.
De acuerdo a la información que dio el fiscal en una conferencia de prensa, Cabrera trabajó para la escuela de Newell’s y hasta el momento del homicidio era el preparador físico del club rosarino Social Lux, donde realizaba tareas en la primera división local y en algunas categorías inferiores.
Además, precisó que el hombre siguió con su rutina habitual hasta el lunes pasado, cuando el MPA publicó un video en el que se ve a los dos sospechosos huyendo de la escena del crimen. Después de ese posteo de la Justicia, se cortó un rodete que usaba hace cinco años y dejó de ir al club Social Lux, donde trabajaba.
En las imágenes se lo veía corriendo por la calle Montevideo al 2700, mientras escapaba de la escena del crimen, arrojando al cantero de un árbol una linga de la moto de Sergio, el novio de Ivana, con quien se peleó luego del ataque. Tenía una remera celeste, pantalón y mochila negra.
“Los tres sospechados de haber participado del crimen se reunieron ese día a comer y a ver el partido en la casa del hermano del tercero, que aún no fue identificado, y estos tres se dirigieron después del clásico al lugar del crimen de Ivana”, explicó Cella.
El otro hombre involucrado en el homicidio de Garcilazo es el profesor de química Damián Reifenstuel, también de 42 años, quien pudo ser identificado gracias al testimonio de un taxista que lo vio atacando a la joven, llamó a la policía e, incluso, le dijo: “Flaco, mataste a una pibita”, según narró Cella.
Reifenstuel, a diferencia de Cabrera, cambió completamente su rutina tras la muerte de la víctima. Pasó parte de enfermo en los establecimientos educativos donde trabajaba y posteriormente renunció.
De acuerdo a los indicios que tiene Ávila, Reifenstuel y Cabrera mantuvieron comunicación telefónica posterior al hecho y se encontraron después en Pérez, en un domicilio que luego fue allanado, sin hallar rastros de ambos.
El hecho ocurrió el 30 de septiembre en la calle Ovidio Lagos, entre Montevideo y la avenida Pellegrini, poco después de que se disputara el clásico rosarino. Ivana volvía de ver el partido en el Gigante de Arroyito, por lo que llevaba la camiseta de Central. Llegó a un semáforo y fue atacada a piedrazos por los sospechosos, según se cree. Un golpe en la sien derecha fue lo que le provocó la muerte. Su novio viajaba detrás en otra moto y presenció todo. Por eso, se enfrentó a Cabrera.
La familia de la víctima convocó a una concentración para el miércoles a las 13:30 en el Centro de Justicia Penal, a la espera de la imputación del docente de educación física.