Fue en septiembre pasado. Habían pasado apenas tres audiencias del juicio por Lucía Costa Osores (18), la joven que murió en 2020 tras una explosión fatal en un bar de San Miguel; cuando una de las acusadas manifestó que no se encontraba en condiciones psiquiátricas de estar en el banquillo. Luego de varias pericias, finalmente, la Justicia determinó que sí lo está. Este viernes se retomará el debate en el Juzgado en lo Correccional N° 3 de San Martín.
Los imputados por el delito de “homicidio culposo y lesiones culposas” son tres y enfrentan una pena máxima de 6 años de cárcel. Se trata de Carlos Oliverio, el dueño de “Zar Burgers & Beers”; Marina de los Ángeles Ramírez, la encargada del local; y la camarera, Priscila Lucca, quien presentó un escrito en el que puso en duda sus aptitudes para comparecer ante el tribunal. También pidió cambiar su abogado particular por un defensor oficial.
La Justicia escuchó sus pedidos y, pericias mediante, determinó que Lucca está en condiciones de afrontar el debate oral. El mismo se reanudará hoy desde las 9.30 en el edificio judicial de la calle Avenida Ricardo Balbín 1753. El proceso legal podría extenderse hasta mediados de noviembre.
Liz Barrionuevo, abogada de la familia Costa Osores, describió el accionar de la mesera como una “maniobra”. “Después de que presentó el escrito, se suspendió la audiencia del viernes 22 de septiembre y se le dio intervención a la asesoría pericial de San Martín para que le realizara una pericia psicológica. El resultado arrojó que ella podía afrontar el juicio, pero solicitaron la intervención de un psiquiatra”, explicó la letrada en diálogo con Infobae.
En ese contexto, volvió a suspenderse la siguiente audiencia, programada para el jueves 28. Tras esta segunda instancia pericial, según detalló Barrionuevo, se determinó que la imputada “está en condiciones de estar frente a un tribunal, pero que requiere de la intervención de un psiquiatra con medicación”.
“Se trata de un estrés postraumático propio de la situación, que no es ni más ni menos que lo que está atravesando la familia de la víctima o cualquier persona que está sometida a un proceso penal”, detalló la abogada.
El debate
Arrancó el 8 de septiembre. Según pudo reconstruir este medio, en las audiencias del 8, el 15 y el 20, declararon los familiares de la víctima; los ocho amigos que habían ido a cenar con Lucía y sufrieron distintas lesiones —Franco Pérez, Thiago Zadro, Agustín Díaz, Dolores Bustamante, Rodrigo Cano, Santino Diaco, Franco Racca e Ivo Schmidt— y dos policías.
Para este viernes, según supo este medio, se esperan otros testigos, como los peritos de bomberos voluntarios y algunos médicos.
Días después del trágico episodio, uno de los amigos de Lucía (Santino Diaco) grabó un video en el que narró lo ocurrido. En la secuencia, que se proyectó este miércoles en “El diario de Mariana” (América), se lo ve sentado con el pecho en carne viva y las piernas vendadas.
“Estábamos en un bar pasándola genial. En un momento se apagó el centro de mesa y pedimos si podían volver a prenderlo porque hacía un poco de frío. La chica vino con el bidón de alcohol y nadie se dio cuenta de que había una mini llamita aún encendida. Así que cuando le tiró el líquido explotó todo. No sé por qué le pasó eso a Luchi. De hecho, ella era la que más alejada estaba del grupo. El que más cerca estuvo fui yo. Dijeron que nadie la ayudaba y nada que ver. Ni bien me pude apagar, que fue que me estampé contra una pared, fuimos con unos amigos e intentamos apagarla”, dijo.
El pedido de Priscila Lucca, que derivó en la suspensión del debate, no fue bien recibido por familiares y allegados de la víctima. “En cuatro días se cumplen tres años de la muerte de mi nena. ¿Ahora se le ocurre escribir una nota a la jueza diciendo que no se siente bien y que necesita tratamiento psiquiátrico?”, se quejó, la madre de Lucía, Lorena Paola Osores.
A eso hay que sumarle que, el 8 de enero pasado, una amiga de Costa Osores, Guadalupe Stadnitchi, se cruzó a la imputada en el Polideportivo Municipal de Seguí (Entre Ríos) y la filmó. En el registro fílmico, que luego publicó en su cuenta de Twitter, se la ve en traje de baño y con anteojos de sol bajo una sombrilla de paja. En su mano derecha lleva un vaso de plástico. “Priscila Lucca, asesina de Lucía Osores, tomando sol en Entre Ríos, tranquila... Saludá a fiscalía”, dice Guadalupe. Visiblemente incómoda, la moza baja la vista. No responde.
El caso
Sucedió la noche del 9 de octubre de 2020 cuando Lucía y su grupo de amigos de la parroquia fueron a comer a “Zar Burgers & Beers”, un local gastronómico y cervecería ubicado sobre la calle Paunero al 1100, en San Miguel. En ese momento, la situación sanitaria por el Coronavirus era una preocupación general y la madre de Lucía temía que su hija se contagiara. Pero, ante la insistencia de la joven, la mujer cedió. Fue con una condición: que volviera temprano para hacerle la tintura. Lucía nunca regresó.
De acuerdo al relato de distintos testigos, y según puede verse en las imágenes de una cámara de seguridad del interior del bar, una camarera se acercó a la mesa donde estaban los jóvenes. En sus manos cargaba un bidón de cinco litros de combustible líquido que intentó volcar en un brasero que funcionaba como centro de mesa decorativo. Como consecuencia, se produjo una explosión que envolvió a Lucía y a su grupo en llamas.
Tras la explosión, varias personas resultaron heridas y debieron ser trasladadas de urgencia a un hospital. Pero, a diferencia del resto, el cuadro de Lucía era delicado: tenía más del 40% del cuerpo afectado por el fuego.
Debido a su gravísimo estado, fue derivada al Hospital del Quemado en Capital Federal, donde, finalmente, falleció al día siguiente, luego de dos paros cardiorrespiratorios.
Desde entonces, todos los 10 de cada mes, la madre de Lucía, se acerca a la puerta del bar para honrar la memoria de su hija. Pega carteles pidiendo “Justicia” o da una vuelta manzana exhibiendo alguna bandera con el rostro de Lucía. A veces lo hace sola, otras acompañada.
Para el próximo 10 de octubre, Lorena tiene pensada una jornada de concientización en la plaza “Las Carretas” de San Miguel. Arrancará a las 14 horas y culminará con una suelta de globos.
“La idea es dar una charla preventiva y de primeros auxilios. Se va a enseñar desde qué hacer si alguien se prende fuego hasta cómo apagar un incendio pasando por técnicas de RCP”, explicó. También contó que, desde que falleció su hija, puso en marcha el “Movimiento Lucía”.
“Fue una forma de transformar el dolor siguiendo los pasos de ella, que era misionera, que daba apoyo escolar y repartía comida a personas en situación de calle. Hacemos eso para seguir su legado”, contó a Infobae.
Consultada acerca de la reanudación del juicio y sus expectativas, Lorena se sinceró, “Si vos me hablás como madre, yo quisiera lo peor del mundo para este hombre (NdR.: Carlos Oliverio, el dueño del bar). Por el bien común de sociedad, tiene que pasar seis años preso: si no, ¿qué aprendimos de todo esto? Nada”, sostuvo. Y tras una pausa, se despidió: “Más que castigo busco una condena efectiva. La muerte de Lucía no puede haber sido en vano”.