El recrudecimiento de la violencia en la Villa 31 trajo un nuevo homicidio. Este lunes a las 5 de la mañana. la Policía de la Ciudad llegó al cruce de Ulla Ulla y 11 de mayo en el asentamiento de Retiro para encontrar el cadáver de Federico Jesús Frías, de 31 años, vecino de la manzana 7, zona del Barrio Güemes, muerto a tiros.
Junto a él, había dos vainas servidas, calibre 9 milímetros.
Según relataron testigos, que se negaron a aportar datos por temor a vendettas, Frías se encontraba bebiendo en la esquina con un amigo. Entonces, llegó al lugar una moto tripulada por dos hombres, que, sin decir una palabra, lo acribillaron, para después huir por Ulla Ulla. La mecánica del hecho es evidente, propia de un ajuste de cuentas.
La Policía porteña realizó rastreos en la zona, sin encontrar sospechosos. La Fiscalía N°58, a cargo del caso, ordenó tareas de rigor, como búsquedas de cámaras de seguridad, rastros de sangre y posibles testigos. Se encontraron manchas de sangre y cámaras de seguridad, para empezar. Una cámara privada en un domicilio registró el momento del hecho. La División Homicidios, de la fuerza porteña, hoy busca a los asesinos.
Frías era un vecino histórico del asentamiento. Había tenido varios trabajos en blanco en los últimos años, el último en una empresa de ingeniería civil, a comienzos de 2022. También tuvo varios pasos por comisarías y juzgados.
Según registros policiales, había sido acusado de robo en febrero de 2021, tuvo varios expedientes por violaciones a la ley de drogas. En 2014, fue acusado del delito de robo con armas y lesiones leves en concurso ideal con amenazas, una causa que fue elevada a juicio. Fuentes policiales apuntan a que Frías sería un ratero frecuente de la zona de la terminal de micros.
La pieza más reveladora, sin embargo, puede ser el video posterior a su muerte, filmado por vecinos, que ilustra esta nota. Se oye el llanto, sonidos de sirenas, mientras una mujer asiste a Frías ya moribundo. Se oyen también insultos, gritos de indignación.
El video fue viralizado con una leyenda: “La van a pagar los Correo larvas (sic)”.
“Los Correo”, aseguran fuentes que conocen el territorio, son una banda de ladrones de la manzana 28.
El crimen del ingeniero Mariano Barbieri y el ataque al diplomático turco ocurrido dos semanas atrás volvieron a poner el foco en la violencia del asentamiento de Retiro.
El barrio vivía una relativa paz, desde hace ya varios años, con un cierto desgaste del hampa tras años de operativos y causas en la Justicia federal contra los mayores actores de su violencia: los capos narco como “Ruti” Mariños y César Morán de la Cruz, vinculados a la venta de cocaína, pasta base y a ejecuciones en los pasillos, con sus agentes y seguidores que aún operan en la zona.
Hoy, en la Villa 31, conviven -en diferentes manzanas- narcos, carreros y chorros. Frías fue asesinado en la manzana 28, la zona en la que se establecieron delincuentes dedicados a robos en diferentes modalidades, desde salideras a arrebatos de celulares y relojes de alta gama. En el barrio de Retiro no existe el viejo enfrentamiento entre “chorros” y narcos. Solo se mantienen separados. No se mezclan.
En ese sector, por ejemplo, vivía Israel Castro Berrios, el detenido por el asalto al diplomático turco y su chofer en Palermo. En los últimos meses, en la manzana 28 se registraron enfrentamientos armados entre jóvenes que terminaron con heridos. Los vecinos, según indicaron las fuentes, tienen temor y eligen callar ante la violencia que aumenta.