Se retoma el juicio por la joven que murió quemada en un bar de San Miguel: una de las acusadas dijo que no estaba preparada para sentarse en el banquillo

El debate por la muerte de Lucía Costa Osores (18) comenzó el 8 de septiembre en el Juzgado en lo Correccional N° 3 de San Martín. Sin embargo, luego de tres audiencias se suspendió: una de las imputadas manifestó que no se encontraba en condiciones psiquiátricas de someterse al juicio. Los detalles

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El video del momento exacto de la explosión que causó la muerte de Lucía Osores

El próximo 10 de octubre se cumplen tres años de la muerte de Lucía Costa Osores (18), tras una explosión fatal en un bar de San Miguel. Por el caso hay tres imputados que, el 8 de septiembre, comenzaron a ser juzgados en un debate oral por el delito de “homicidio culposo y lesiones culposas”. Después de tres audiencias, el juicio se suspendió porque una de las acusadas, la camarera Priscila Lucca, manifestó que no se encontraba en condiciones psiquiátricas de estar en el banquillo. Luego de varias pericias, finalmente, la Justicia determinó que sí lo está. Este viernes 6 de octubre se retomará el debate en el Juzgado en lo Correccional N° 3 de San Martín.

El dato se lo confirmaron fuentes judiciales a Infobae. También lo ratificó Liz Barrionuevo, abogada de la familia Costa Osores, quien calificó el accionar de la mesera como una “maniobra”. “Después de que la imputada presentó el escrito se suspendió la audiencia del viernes 22 de septiembre y se le dio intervención a la asesoría pericial de San Martín para que le realizara una pericia psicológica. El resultado arrojó que ella estaría en condiciones de estar en juicio, pero que tendría que darse una intervención a un psiquiatra”, explicó la letrada a este medio.

Fue en ese contexto, que volvió a suspenderse la próxima audiencia, programada para el jueves 28 de septiembre. Tras esta segunda instancia pericial, según detalló Barrionuevo, se determinó que la imputada “está en condiciones de estar en juicio, pero que requiere de la intervención de un psiquiatra con medicación”. “Se trata de un estrés postraumático propio de la situación, que no es ni más ni menos que lo que está atravesando la familia de la víctima o cualquier persona que está sometida a un proceso penal”, detalló la abogada.

La camarera Priscila Lucca, además, solicitó el cambio de abogado. Hasta ahora la representaba el particular Pablo Esperanza. Desde este viernes lo hará un defensor oficial. En el caso de los otros dos imputados, Marina de los Ángeles Ramírez, la encargada del local; y Carlos Oliverio, el dueño de “Zar Burgers & Beers”, las defensas están a cargo de una defensora oficial y del particular, Alejo Pisani, respectivamente.

Según pudo reconstruir Infobae, en las audiencias del 8, el 15 y el 20 de septiembre, declararon los familiares de la víctima; los ocho amigos que habían ido a cenar con Lucía y sufrieron distintas lesiones —Franco Pérez, Thiago Zadro, Agustín Díaz, Dolores Bustamante, Rodrigo Cano, Santino Diaco, Franco Racca e Ivo Schmidt y dos policías. Para este viernes se esperan otros testigos, como los peritos de bomberos voluntarios y algunos médicos. Se estima que el proceso legal se extenderá hasta mediados de noviembre. La pena máxima para los acusados son seis años de prisión.

Priscila Lucca, la camarera acusada
Priscila Lucca, la camarera acusada de la muerte de Lucía Costa Osores

El caso

El episodio sucedió la noche del 9 de octubre de 2020, cuando Lucía fue con un grupo de amigos de la parroquia a comer a “Zar Burgers & Beers”, un local gastronómico y cervecería ubicado sobre la calle Paunero 1189, en San Miguel. En ese momento, la situación sanitaria por el Coronavirus era una preocupación general y la mamá de Lucía temía que su hija se contagiara. Ante la insistencia de la joven, finalmente, su madre cedió. Fue con una condición: que volviera temprano para hacerle la tintura a su madre. Nunca regresó.

En un momento de la noche, de acuerdo al relato de distintos testigos, y según puede verse en las imágenes de una cámara de seguridad del interior del bar, una camarera se acercó a la mesa donde estaban los jóvenes. En sus manos cargaba un bidón de cinco litros de combustible líquido que intentó volcar en un brasero que funcionaba como centro de mesa decorativo. Como consecuencia, se produjo una explosión que envolvió a Lucía y a su grupo en llamas.

Fueron varias las personas resultaron heridas y debieron ser trasladadas de urgencia a un hospital. Pero a diferencia del resto, el cuadro de Lucía era delicado: tenía más del 40% del cuerpo afectado por el fuego.

Un desgarrador video la muestra tirada boca abajo en el piso, con su rostro, cuello, cabello y ropa quemado, mientras le respondía a dos personas cuál era su nombre. “¡Lucía!”, gritaba desesperada y sollozando por el dolor. El fuego también había afectado sus vías respiratorias. Debido a su gravísimo estado, fue derivada al Hospital del Quemado en Capital Federal donde, finalmente, falleció al día siguiente, luego de dos paros cardiorrespiratorios.

Desde entonces, todos los 10 de cada mes, la madre de Lucía, Lorena Paola Osores, se acerca a la puerta del bar para honrar la memoria de su hija. Pega carteles pidiendo “Justicia” o da una vuelta manzana exhibiendo alguna bandera con el rostro de Lucía. A veces lo hace sola, otras acompañada.

Tiempos felices: Lucía Aylén Costa
Tiempos felices: Lucía Aylén Costa Osores, de 18 años, y su madre, Lorena Paola Osores, de 43

“Más que castigo busco una condena efectiva”

Después de la muerte de Lucía, su madre solo pudo pasar una noche en la casa que compartía con ella y con sus otros dos hijos mellizos con quienes tuvieron que recibir un tratamiento psicológico. “Me tuve que mudar porque era imposible estar en esa casa sin ella. Estuve un solo día después de su muerte, y la sentía subir y bajar por la escalera. La escuchaba llamarme... No pude quedarme...”, contó la mujer en una entrevista con este medio.

Casi tres años después, y con el juicio recién iniciado, volvió a recordar aquellos días. “Estaba como inerte. No tenía reacción. Fue como una bomba que cayó en mi casa. Lo único que pensaba era: ‘¿Cuánto habrá sufrido mi nena prendida fuego, sin que nadie la ayudara?’ Me costó muchísimo sacar esa imagen de mi cabeza, me costó muchísimo volver a ponerme de pie. Lo hice por mis chiquitos, los mellizos, que hoy tienen 14 años. No sé qué hubiera hecho”, dijo a Infobae este lunes.

Para el próximo 10 de octubre a las 14 horas, Lorena tiene pensada una jornada de concientización en la plaza “Las Carretas” de San Miguel, seguida de una suelta de globos. “La idea es dar una charla preventiva y de primeros auxilios. Se va a enseñar desde qué hacer si alguien se prende fuego hasta cómo apagar un incendio pasando por técnicas de RCP”, explicó. También contó que, desde que falleció su hija, puso en marcha el “Movimiento Lucía”. “Fue una forma de transformar el dolor siguiendo los pasos de ella que era misionera, que daba apoyo escolar y repartía comida a personas en situación de calle. Hacemos eso para seguir su legado”, sostuvo.

Consultada acerca de lo que espera del juicio, Lorena aseguró: “Si vos me hablás como madre, yo quisiera lo peor del mundo para este hombre (N.d.R.: Carlos Oliverio, el dueño del bar). Por el bien común de sociedad, tiene que pasar seis años preso: si no, ¿qué aprendimos de todo esto? Nada”. Tras una pausa, se despidió: “Más que castigo busco una condena efectiva. La muerte de Lucía no puede haber sido en vano”.

Una de las marchas que
Una de las marchas que se realizaron frente al local gastronómico
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