Un policía fue condenado a tres años en prisión en suspenso por haber incumplido con su deber como funcionario público al no haber evitado las torturas contra un detenido asesinado a golpes y, posteriormente, no informar lo ocurrido a los superiores. La víctima era un hombre de 36 años llamado Jorge Gatica que había sido demorado en la seccional 45ª de Cipolletti, Río Negro, por no haber pagado unos chorizos en un comercio.
La condena se conoció luego de que el oficial ayudante Gastón Alexis Moraga (35) reconociera su culpabilidad en un juicio abreviado por haber incumplido sus deberes como miembro de las fuerzas de seguridad y no frenar las torturas que le provocaron la muerte al detenido. Además, el agente recordó que, tras haber apresado al hombre en la vía pública por presunto hurto, permaneció dentro de su oficina cuando el resto de los imputados lo atacaron.
Los demás acusados por el crimen de Gatica son otro cuatro agentes policiales, entre ellos, el sargento Vilmar Alcides Quintrel (30), el cabo primero Jorge Luciano Sosa (28), la sargento primera Andrea Carmen Henríquez (35) y el cabo primero Walter Denis Carrizo (33). Todos ellos deberán esperar a ser elevados a juicio, en el que se los juzgará como coautores del delito de “torturas seguidas de muerte”.
“La importancia de la condena radica en que el hecho fue en una institución pública, por medio de agentes policiales que debieron resguardar la integridad de Gatica, pero lo golpearon y le causaron un sufrimiento hasta su muerte”, señaló el abogado representante de la familia de la víctima, Rubén Antiguala, en una conversación con Télam.
En cuanto a los testimonios que brindó Moraga sobre la noche del lunes 9 de enero de 2023, en la que atacaron a golpes a Gatica, éste relató que se encontraba en su oficina, cuando la sargento Henríquez le informó que uno de sus compañeros estaba golpeando al detenido. A raíz de esta situación, la mujer le comunicó que cambiaría al encargado de la guardia de Gatica, pero nunca le comentó la gravedad de la agresión que había sufrido el preso.
Conforme a la conversación que mantuvo con la mujer policía, el agente condenado reconoció que nunca realizó la denuncia correspondiente con sus superiores ni inició actuaciones internas, pese a tener conocimiento de los hechos. Por este motivo, pidió perdón a los familiares de la víctima por haber faltado a su función.
Como beneficio por haber aceptado la culpabilidad en su declaración y colaborado con la investigación, la Fiscalía a cargo de la causa y la querella reformularon los cargos en contra de Moraga, quien antes de esto contaba con la misma imputación en calidad de coautor del delito de torturas seguidas de muerte.
De esta manera, las partes acordaron que sea procesado por los delitos de omisión funcional dolosa de evitar la tortura e incumplimiento de los deberes de funcionario público, mientras que las acusaciones a sus colegas continuarán siendo las mismas.
A partir de esto, pidieron que sea condenado a 3 años de prisión en suspenso, que renuncie a la fuerza provincial, que le sancionen una inhabilitación especial perpetua para ejercer funciones policiales y le prohíban el acercamiento a los familiares de Gatica. Frente a esto, el juez homologó el acuerdo y anunció que la sentencia se conocerá en los próximos días.
La investigación encabezada por los fiscales Gustavo Herrera y Juan Pablo Escalada reconstruyó que el lunes 9 de enero por la noche Gatica viajaba en una camioneta S10 junto a Martín Urrutia, cuando la víctima le pidió que lo esperara en las calles Río Negro y San Antonio porque “iba a ir a una despensa a comprar unas cosas”.
En ese momento, el hombre ingresó a un mercado, en donde pidió carne y chorizos pero intentó escaparse corriendo al no haber pagado por ellos. Sin embargo, uno de los dueños del negocio lo interceptó y Urrutia se acercó al lugar para que no lo lastimaran. Además, indicaron que la denuncia la realizó una menor de edad que pasaba por la seccional 45ª, la cual está ubicada a unos metros del negocio en cuestión.
“Lo redujeron con una toma por el cuello y lo demoran, todo eso pasa en presencia del señor Urrutia”, señaló Escalada al mencionar que Moraga y Carrizo se presentaron a pie, mientras que Quintrel y Sosa se trasladaron en un patrullero. A partir del momento de la detención, el fiscal contó que solo pasaron unas horas hasta que a las 22:15 Gatica fue trasladado al hospital por Henríquez, Sosa y Quintrel, debido a las heridas que presentaba.
Aproximadamente quince minutos más tarde, una médica de la guardia atendió a la víctima y certificó que contaba con un “trauma facial, escoriaciones, probablemente sufridos al momento de la detención”. Finalmente, volvió a ser enviado a la celda, en donde lo golpearon a patadas, rodillazos y con elementos de borde romo hasta cerca de las 00:30 del otro día, según precisaron los resultados de la autopsia.
El informe preliminar de la pericia reveló que la causa del fallecimiento fue una “hemorragia hepática interna provocada por múltiples fracturas costales”, datos que fueron claves para que se ordenara la detención de los cinco efectivos que estaban en funciones el día del crimen.
Como respuesta a la acusación, los agentes habían declarado que Gatica se había golpeado intencionalmente contra la pared, pero la Fiscalía no dio a lugar a los dichos, ya que esta teoría no coincidía con las más de 50 lesiones que detectaron en la autopsia.
Por último, el abogado de la familia planteó que la víctima ya podría haberse encontrado sin vida cuando lo trasladaron al hospital por segunda vez, puesto que descreen del relato que brindaron en un primer momento que decía que había comenzado a sentirse mal, por lo que le habrían practicado maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).