La investigación para esclarecer el asalto motochorro al diplomático turco Inal Kemal Onu ocurrido el domingo pasado por la madrugada en Palermo, un hecho que terminó con una persecución a cargo de la Policía de la Ciudad con un delincuente muerto a tiros y otro prófugo, llegó a un cierre hoy sábado al mediodía.
La División Homicidios de la PFA, que pertenece a la Superintendencia de Investigaciones Federales, arrestó en Pompeya a Israel Raúl Castro Berrios, de 27 años, buscado por el hecho, con una causa en su contra a cargo del juez Manuel De Campos. La captura fue realizada con la colaboración de la Policía de la Ciudad.
Berrios fue encontrado en la calle Beazley mientras se movía en una Peugeot Partner, tras una serie de seguimientos por cámaras y escuchas telefónicas, así como tareas en la Villa 31, donde tenía varios vínculos y domicilios registrados. El hampón detenido hoy, por otra parte, registra causas desde que menor de edad ya estuvo detenido en un penal federal. Fue condenado en 2016 por el Tribunal Oral Federal N°6 a cuatro años de cárcel por vender marihuana. Antes, había sido imputado por delitos como usar un documento falso, entre otros. La Cámara de Casación lo benefició con una excarcelación en 2015.
Su cómplice muerto fue identificado como Ricardo Javier Aparicio, de 40 años, con varias condenas y una larga carrera en el hampa.
El diplomático asaltado relató la secuencia de los hechos en el expediente el lunes pasado. Aseguró que estaba sentado sobre la camioneta Volkswagen T Cross, junto a su chofer, también turco, fumando un cigarrillo, con el motor en marcha. Luego, llegó una moto con dos ocupantes, que lo encañonaron. Así, un delincuente, luego identificado como Aparicio, se llevó la camioneta. El otro, que sería Berrios, escapó en la moto.
Por lo pronto, los policías involucrados en la muerte de Aparicio no se encuentran imputados por el delito de homicidio. De Campos los notificó de la causa en su contra y los dejó en libertad, sin requerir su arresto. Por lo pronto, aseguran fuentes del caso, el magistrado no tiene sospecha alguna de que los efectivos de la fuerza porteña haya actuado fuera de la ley. No tiene elemento alguno para acusarlos. El arma reglamentaria con la que se mató a Aparicio, fue incautada y será peritada.
Tras el crimen, De Campos ordenó tareas a la División Homicidios de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA -ya que hay policías de la fuerza porteña involucrados en la muerte- para esclarecer el hecho y encontrar al cómplice de Aparicio.
Aparicio, oriundo de Santa Cruz tenía causas en su contra registradas en la Justicia porteña desde el año 2000, según datos de la Cámara Criminal y Correccional, con un primer expediente por robo registrado en el Juzgado N°5. Fue acusado por el delito falsa denuncia en 2016, por robo en 2018, con una causa de Juzgado N°63 y al año siguiente por el mismo delito, junto a calificaciones como atentado a la autoridad y lesiones.
Este expediente fue elevado a juicio. El 9 de diciembre de 2020, el Tribunal N°24 lo condenó a tres años de cumplimiento efectivo. Aparicio ya estaba preso en el penal de Ezeiza para ese entonces. Fue declarado reincidente tras una condena previa. Registros previsionales muestran que trabajó en el penal federal por el sueldo para detenidos por tareas menores hasta marzo de este año.
El robo y la persecución
En la madrugada del domingo pasado, efectivos de la Comisaría Vecinal 14C fueron alertados sobre dos delincuentes en moto que asaltaron al diplomático y a su chofer Soldado de la Independencia y Gorostiaga, frente a la Embajada de Alemania.
Luego, los agentes dieron con los ladrones en avenida Del Libertador y Sarmiento, donde se inició una persecución hasta las calles Gelly y Salguero, muy cerca de la Plaza Sicilia, el lugar donde asesinaron al ingeniero Mariano Barbieri. Allí, el móvil policial interceptó la camioneta, la cual terminó chocando con un vehículo estacionado.
En ese momento, de acuerdo a fuentes policiales, un agente escuchó un estruendo y observó que uno de los delincuentes sacó un arma de fuego. El uniformado repelió la agresión y mató a uno de los ladrones. Se halló un arma dentro de la camioneta robada.