El perfil de Leonardo Exequiel Hurt parece el de un hombre trabajador, a simple vista. De 30 años, con domicilio en un departamento en Rosario, Leonardo comenzó su carrera laboral en una célebre cadena de comida rápida, luego tuvo otros cuatro empleos en blanco. Se había registrado en los rubros de perfumería de la AFIP. Años atrás, cobró la Asignación Universal por Hijo.
Ahora, Leonardo está detenido por dealer, acusado de vender drogas sintéticas en un grupo cerrado de WhatsApp donde mantenía al tanto a sus clientes. La División Antidrogas Rosario de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA lo arrestó esta semana. Incautaron su auto Chevrolet, un stock de 1200 pastillas y su roca de un cuarto kilo de cocaína de alta pureza, además de tusi y cristal de MDMA que, según posteaba Leonardo en WhatsApp, venía de Holanda.
La causa en su contra, a cargo del juez federal Carlos Vera Barros y el fiscal Claudio Kishimoto, comenzó cuatro meses atrás, cuando Antidrogas Rosario le entregó la pista a la PROCUNAR. La Federal no se lo cruzó de casualidad: un informante entregó el dato del dealer. A Leonardo, si es que es culpable, lo delató un buchón.
Así, comenzaron a investigarlo. Leonardo no hacía mucho para cubrirse. Posteaba los nuevos precios en su grupo y solía ser visto en su auto. “Se movía con mucha soltura, entregaba el material como si fuera un reparto de panadería”, asegura un investigador.
Luego, se descubrió que ambos padres de Leonardo son efectivos de la Policía de Santa Fe.
El menú de Hurt demuestra la variedad típica de los dealers actuales de drogas sintéticas: tenía 30 diseños distintos de pastillas de éxtasis, entre ellas algunas ya conocidas en el mercado local de singular alto poder, como un comprimido con el logo del videojuego Fortnite, o uno con el contorno de la botella de Coca Cola, ranurado en tres partes.
Las pastillas con la lengua de los Rolling Stones en tono dorado también son consideradas de alto dosaje de MDMA. Llegaron a la escena local en enero de este año. “Fuerte subidón”, comentó tras usarlas un consumidor local en un foro dedicado a drogas sintéticas. Eran las más caras en el menú. Hurt las vendía, según un tarifario al que accedió la PFA, a 8 mil pesos cada una, cinco por 36 mil, un descuento significativo.
Un gramo de tusi se ofrecía a 14 mil pesos. El gramo de cristal de MDMA, 22 mil.
Es una sospecha que permanece entre investigadores si Hurt tenía protección de su familia. Por lo pronto, no están acusados en el caso. En todo caso, Leonardo no sería el primer dealer de drogas sintéticas en el mapa rosarino, con un fuerte movimiento de fiestas electrónicas con DJs internacionales que atraen a personas de diversos puntos del interior del país.
En febrero de 2022, Nicolás Balzi fue detenido por la Federal. De 25 años, suboficial de la seccional 2° de Cañada de Gómez de la fuerza provincial de Santa Fe, ubicado a 70 kilómetros de Rosario, se mostraba en Instagram en torneos de fisicoculturismo en plena flexión de bíceps hasta que perdió el tono muscular, luego en fiestas electrónicas junto a un séquito de chicas, tal vez alguna foto de uniforme. Nada raro hasta aquí.
Luego, tal como a Hurt, un informante lo delató. Así, el fiscal federal Javier Arzubi Calvo, recientemente designado a la Fiscalía Federal N°1 de Rosario, lo investigó e intervino su teléfono. De acuerdo al delator, Balzi era un dealer de pastillas en fiestas electrónicas, también operaba como delivery.
“El zarpado vendía de uniforme”, aseguraba una fuente de la causa al autor de esta nota.