La fiscal Claudia Ríos convocó este martes a la tarde a una conferencia de prensa para dar su versión sobre el ataque que sufrió en la ciudad de Mendoza durante la realización de un juicio oral, hace casi dos semanas, cuando un preso intentó apuñalarla dentro del Polo Judicial.
“He mantenido el silencio hasta ahora por dos razones. En primer lugar, porque el señor procurador de la Corte me recomendó preservarme, justamente porque soy víctima de un hecho. Además, la causa estaba bajo secreto. Al levantarse el mismo es que pude hablar hoy con ustedes”, dijo Ríos desde el cuatro piso del edificio del Ministerio Público Fiscal, ubicado en la calle Atahualpa Yupanqui 800.
Luego, la funcionaria judicial ratificó que el ataque del preso fue contra ella y aseguró que hay ocho testigos que la avalan. “Lo que voy a relatar es coherente con el resto de los testimonios”, afirmó, sin responder preguntas. Junto a ella estaban el procurador de la Suprema Corte de Justicia, Alejandro Gullé, y la fiscal adjunta, Paula Quiroga.
El relato continuó con una cronología de lo ocurrido el pasado miércoles 13 de septiembre en plena audiencia contra Hugo Eduardo Arredondo, acusado del crimen de Nicolás Lozano —un preso que fue abusado, torturado y asesinado a golpes en el penal de Almafuerte en diciembre de 2019— por el cual fue imputado junto a otros detenidos, Jorge Bracamonte y Lucas Garro.
“La audiencia se fijó en la Sala 25 (...) Yo advertí una situación junto a la doctora Ximena Morales (defensora): la sala era muy chica y solamente había una celda (...) Debíamos tener en cuenta que se encontraban frente a frente víctimas y acusados; y había algunos de los protagonistas que tenían medidas de protección (ante el riesgo de agresiones). Por lo tanto, le comenté al juez que me parecía una sala pequeña y que no había condiciones para llevar adelante la audiencia (...) Fue así que se decidió pasar a la Sala 15″, recapituló Ríos.
Una vez en la Sala 15, de grandes dimensiones y destinada a juicios por jurados, agregó que le llamó la atención que “todos pedían ir al baño”, respecto a los imputados, pese a que era “una audiencia corta”.
Sostuvo que, cuando Bracamonte se levantó de la silla para que los penitenciarios lo llevaran al sanitario, observó que Arredondo comenzó a correr hacia ella. “En ese momento percibí que llevaba algo gris en la mano. Su mirada era hacia mí, yo lo percibí estando sentada, como que iba hacia mi cuello o mi cabeza, contra mi integridad física”, explicó.
Seguidamente, tal como se ve en el video, Arredondo dio la vuelta por su escritorio y, en ese instante, Ríos afirmó que se levantó de la silla y trató de sacar el gas pimienta que tenía en la cintura, pero no lo logró.
Ante eso, se fue hacia atrás, donde se encontraba un penitenciario. “Recuerden que fueron segundos, fue una violencia extrema. Jamás en 33 años de servicio a la Justicia me pasó algo así”, añadió.
“Cuando esta persona se fue hacia el exterior, fui tomando el gas pimienta y hacia el exterior porque delante de Arredondo estaba una alumna que estaba haciendo pasantías con la doctora Ximena Morales (defensora oficial)”, siguió Ríos.
Una vez en el pasillo, frente al ingreso a la sala de audiencias, aseguró que se encontró con Arredondo tirado en el piso, sosteniendo del cuello a la pasante. También retrató que había dos penitenciarios tratando de aprehender al reo y dos funcionarios judiciales intentando tomar a la pasante de los pies, para sacarla de las garras del agresor.
“En ese momento empecé a rociarle la cara con el gas pimienta hasta que soltó a la chica. Ahí ví que se le cayó la chuza (el cuchillo). Soltó a la chica y los funcionarios judiciales la corrieron agarrándola de los pies”, detalló la fiscal.
Y cerró: “Le di el gas pimienta a un penitenciario y le dije que lo siguiera rociando para evitar que se zafara de la aprehensión. Eso es lo que declaré el 13 de septiembre a las 12.08, terminando mi declaración casi a las 14″.
*Con información de Diario Uno y El Sol de Mendoza.