Además de la autopsia para determinar cómo murió el hombre que fue hallado esta mañana en el lago Victoria Ocampo de la Plaza Sicilia del barrio porteño de Palermo, una de las zonas más frecuentadas por vecinos y deportistas de la Ciudad de Buenos Aires; una de las urgencias del caso es poder conocer quién era la víctima. Y, en ese punto, son varios los elementos con los que cuentan los investigadores para poder ponerle nombre y apellido: los tatuajes, las tarjetas SUBE, las denuncias por averiguación de paradero y, claro, las huellas dactilares.
El hallazgo del cuerpo ocurrió en la misma plaza de Palermo en donde asaltaron y apuñalaron al ingeniero Mariano Barbieri, a quien asesinaron para robarle el celular. Fue personal de Bomberos de la Ciudad el que, tras el alerta al 911, retiró el cadáver del agua: estaba a medio metro de la orilla. Luego, lo trasladó hasta la Morgue Judicial porteña.
Mientras se aguarda el resultado de la autopsia, ordenada por la Fiscalía Criminal y Correccional N° 53 a cargo de Matías Di Lello, que investiga el caso como averiguación de causales de muerte, y que se hará esta tarde; fuentes de la investigación informaron que la víctima tenía entre 35 y 40 años, y que su cuerpo no presentaba lesiones visibles.
Este lunes, los agentes de la división de Homicidios de la Policía de la Ciudad -que tomó la posta del área de Investigaciones de la Comuna 14- revisaban las cámaras de seguridad de la zona para poder establecer como llegó el hombre hasta allí, si iba solo o acompañado.
Lo cierto es que, además del cotejo dactilar de las huellas, los tatuajes y las dos tarjetas SUBE que tenía en su poder la víctima pueden ser clave para su identificación. Fuentes del caso dijeron que el cuerpo presenta dos imágenes: un escorpión -o dibujo similar- en la espalda y un toro en el brazo izquierdo.
En el caso de las SUBE, si es que pueden ser peritadas, una posibilidad es que alguna esté a su nombre y así permita la identificación. Sin embargo, en caso de no ser así, pero que sí las haya usado, pueden aportar los viajes de la víctima y permitir su rastreo por las cámaras de seguridad. Un trabajo de hormiga.
También se analizaban las denuncias por averiguación de paradero recibidas en comisarías, tanto de la Ciudad como del Conurbano bonaerense. Al no haber un nombre, se usan las características físicas y se busca que puedan coincidir, ya sea los tatuajes como la ropa que vestía. El escollo es que no se hayan dado esos datos.
El hombre hallado muerto en el lago de Palermo tenía puesto un short bordó, una remera negra, una campera polar, zapatillas y medias, y un barbijo estándar (celeste). “Dada su vestimenta, se trataría de una persona en situación de calle”, dijeron desde el portal de los fiscales.
El crimen de Mariano Barbieri
El cadáver fue encontrado a muy pocos metros de donde ocurrió el crimen de Mariano Barbieri. Esa noche del 30 de agosto, el ingeniero ingresó a la plaza Sicilia, ubicada en el Parque Tres de Febrero, cerca de las 22.45 para “hacer una meditación de la Luna”, según contaron sus allegados.
En el interior del espacio verde se topó con un hombre que le intentó robar el celular. El ingeniero se resistió y se produjo un forcejeo, incluso, ambos cayeron al piso, todo en base a la declaración de un testigo que fue clave en la causa. Incluso, fue quien llamó al 911 para denunciar lo sucedido.
En la lucha, que duró pocos segundos, el ladrón hirió a su víctima y escapó. En tanto, el ingeniero recorrió herido casi 300 metros hasta una heladería ubicada en Avenida Del Libertador y Lafinur, donde pidió ayuda. “Me apuñalaron para robarme el celular. No me quiero morir”, llegó a decirles a las personas que lo asistieron.
Doce días después del crimen, el Gobierno porteño instaló nuevas luces en la Plaza Sicilia. Hay un detenido por el asesinato de Barbieri. Se trata de Isaías José Suárez (29) , quien el 13 de septiembre pasado fue procesado por la jueza Yamile Susana Bernán como autor de homicidio criminis causa y robo.
*/Fotos: Franco Fafasulli