Para realizar las extracciones de dinero de las 48 tarjetas de débito pertenecientes a empleados de Legislatura bonaerense, Julio Segundo Rigau tenía una rutina que llevaba adelante diariamente. Lo hacía hace meses y casi sin variaciones. Pero, pese a sus intentos de no levantar sospechas, su accionar ya había sido alertado en el Banco Provincia de La Plata, donde lo detuvieron el pasado 9 de septiembre. “Se sabía, pero nadie tomaba ninguna actitud”, afirmaron fuentes del caso a Infobae.
La frecuencia con la que el puntero del PJ —lo liberaron el jueves pasado luego de 10 días en prisión y anularon la causa en tiempo récord— asistía a los cajeros de la calle 54 y la avenida 7, generaban desconfianza en la sucursal desde hace, por lo menos, cuatro meses. Según aseguraron fuentes consultadas por este medio, su llegada difícilmente pasaba desapercibida: iba siempre en la misma franja horaria y se lo podía distinguir porque usaba las mismas zapatillas y no cambiaba su mochila.
“Chocolate”, como es conocido, entraba al local entre las cinco y las seis de la mañana con sus zapatillas Adidas negras con rayas blancas y un bolso rojo. Se quedaba entre 20 y 30 minutos, que era el tiempo que, generalmente, le demoraba concretar las operaciones con las que llegó a retirar más de 27 millones de pesos.
No se quedaba siempre en la misma máquina, sino que las iba alternando. Comenzaba con los retiros de dinero en una y se iba desplazando para concluir con la totalidad de las extracciones desde otra. “Empezaba en uno de los cajeros que está en la puerta de ingreso e iba moviéndose hasta casi el último. Solía quedarse con el anteúltimo o los que tengan plata en ese momento, pero siempre hacia la misma secuencia”, revelaron sobre su modus operandi, detectado a partir de un minucioso análisis de sus pasos hecho en las semanas previas a su arresto.
Asimismo, fuentes detallaron a Infobae cómo Rigau efectuaba la sustracción de plata. Una descripción que coincide con la especificada en la causa en su contra, la cual estaba a cargo de la fiscal de la UFI N°2 Betina Lacki y que ahora quedó anulada.
“Él sacaba una tarjeta de la mochila, la colocaba, sacaba la plata y la guardaba en la bolsa negra que colocaba adelante generalmente. Era lo que hacía constantemente”, especificaron. Así lo habían hallado in fraganti cuando lo arrestaron e imputaron por 177 defraudaciones reiteradas consumadas y otras 45 en grado de tentativa a principio de este mes.
En este sentido, aseguran que el hecho había sido alertado hace por lo menos tres meses a los responsables de monitoreo de Banco Provincia y a Hunter, la empresa de seguridad tercerizada que está a cargo de los vigilantes de la sucursal. No obstante, señalan que “nunca hubo respuestas”.
“Se había informado de lo sucedido, pero nadie tomaba ninguna actitud”, revelan sobre el hombre que finalmente fue capturado luego de que otro cliente avisara sobre su larga permanencia en los cajeros automáticos y sus movimientos extraños.
Rigau quedó arrestado durante 10 días en una comisaría de La Plata y fue imputado por defraudaciones reiteradas. Solo optó por declarar en una oportunidad, cuando dijo que él era electricista.
Este jueves, la Cámara de Apelaciones de La Plata decidió liberarlo en el marco de una decisión dividida por los camaristas. En su justificación, señalaron que la detención estuvo mal ejecutada, dado que sus derechos fueron leídos recién cuando arribó a la dependencia policial, algo que debió haberse hecho antes. Además, decidieron anular la causa en su contra. En consecuencia, el fiscal general de La Plata, Héctor Vogliolo, adelantó que apelará el cuestionado fallo.
Hasta el momento, varios de los titulares de las tarjetas que tenía el puntero del PJ en su poder ya habían admitido que Rigau manejaba sus sueldos. De hecho, la Justicia tenía elementos suficientes para sospechar que en realidad era un mecanismo de recaudación para las cajas negras de la política.