A O. T., un hombre de 42 años, parece que la condena que cumple por el delito de corrupción de menores en la Unidad Carcelaria Nº21 del penal de Campana no lo hizo recapacitar y nuevamente fue descubierto mientras cometía otro delito aberrante en contra de sus víctimas predilectas: los chicos.
En esta oportunidad y tras una larga investigación a cargo del fiscal de la UFI Nº5 de Morón Claudio Oviedo, el pedófilo fue acusado de engañar a una nena de 12 años, para hacer que le mande fotos íntimas por internet y luego extorsionarla. El objetivo final, además de cumplir con su perversión, fue lograr que la chica le entregara los datos de las tarjetas de créditos de sus padres para luego concretar compras por miles de pesos y extraerles dinero que después depositaría en una billetera virtual.
Fuentes policiales indicaron a Infobae que la investigación comenzó en el año 2020 a raíz de la denuncia presentada por los padres de niña, en la que detallaron un perturbador esquema de manipulación y chantaje que se prolongó durante varios meses. Según la investigación la División de Investigaciones Cibercrimen de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que depende de la Superintendencia de Investigaciones de Delitos Complejos, el hombre contactó a la niña a través de perfiles falsos en redes sociales como Instagram, en los que usaba fotografías con las que aparentaba ser un adolescente para hacerla caer.
Una vez que ganó la confianza de la víctima, la conversación continuó en un nivel más íntimo, a través de mensajes personales en WhatsApp. Durante este período, el individuo logró persuadir a la nena para que le enviara imágenes íntimas. Los detalles que aportaron las fuentes son estremecedores. En al menos una ocasión, Novillo la obligó a realizar actos sexuales explícitos mientras la observaba a través de la pantalla.
Ya con el material en su poder, el pedófilo, mediante amenazas, logró que la nena le proporcionara los datos de las tarjetas de crédito de sus padres. Con la información de los plásticos, Novillo realizó compras por un valor aproximado de 350.000 pesos y depositó dinero en una billetera virtual a nombre de una mujer, identificada e imputada en la causa.
El fiscal Oviedo pudo establecer que los perfiles utilizados en las redes sociales eran del pedófilo preso. Fue por eso que se ordenaron tres allanamientos. Uno en la casa de la madre del acusado en Hurlingham. Otro, en el penal de Campana, dentro del módulo B, una zona destinada al culto evangélico.
Los operativos, avalados por el juez de Garantías Marcelo Manso, terminaron con un saldo seis teléfonos celulares, dos tabletas, cinco tarjetas de billeteras virtuales, un disco duro, una computadora de escritorio, tres notebooks y cuatro pendrives.
El pederasta ahora enfrentará cargos graves, que incluyen abuso sexual gravemente ultrajante reiterado (dos hechos); abuso sexual con acceso carnal; captación de un menor por medio de comunicaciones electrónicas con el propósito de producir fotografías y archivos de videos de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales; amenazas coactivas en concurso ideal con producción de imágenes de una persona menor de edad con representación de sus partes genitales con fines predominantemente sexuales, agravados por ser la víctima menor de 13 años de edad; extorsión; defraudación mediante el uso de tarjetas de crédito y exhibiciones obscenas agravadas por ser la víctima menor de 18 años.
Todos los delitos, a su vez, se imputan en concurso ideal con corrupción de menores agravada por resultar la víctima menor de trece años de edad y en concurso real entre sí. Seguirá preso en Campana.