La causa por el crimen del empresario Gabriel Izzo, asesinado durante un robo en su casa de San Antonio de Padua, sumó nuevos detenidos. Se trata de cuatro hombres de entre 19 y 64 años de edad sospechados de tener vínculos con la banda de delincuentes que cometió el hecho. Uno de ellos es padre de uno de los tres prófugos que son buscados la Justicia.
Los arrestos se produjeron en el marco de nueve allanamientos realizados en simultáneo por efectivos de la DDI de Morón y de la División Investigación del Robo Organizado de la Policía Federal Argentina. En los operativos, que tuvieron lugar en distintos domicilios del Área Metropolitana de Buenos Aires, los agentes también secuestraron una camioneta, cinco armas de fuego con sus respectivos cargadores y 14 teléfonos celulares, además de documentación de interés para la investigación.
Fuentes policiales confirmaron a Infobae que los detenidos fueron identificados como Matías Emanuel Constante (34), Cristian Nicolás Pérez (19), Fernando Martín Podestá Otero (45) y Pablo Sebastián Correa (64). Este último es el padre de Diego Eduardo Correa (25), alias “Tiki”, quien fue herido en una pierna con un balazo disparado por Izzo y tiene pedido de captura nacional e internacional.
Cabe recordar que por el brutal ataque al empresario y su esposa -Silvina Petinari, quien fue apuñalada en el rostro y perdió un ojo- también se encuentran prófugos Víctor Ricardo Martín Fernández Galarza (30) y Brigido Achucarro González (32), alias “El Paraguayo”, quien había sido arrestado pero se escapó a fines del mes pasado de una comisaría de Merlo.
Izzo fue asesinado el 9 de junio pasado, cerca de las 4, cuando cinco ladrones entraron a su casa, ubicada en la calle Italia, a pocas cuadras de la estación de tren de San Antonio de Padua. De acuerdo a la investigación, la banda llegó en un Gol gris y forzó una persiana de madera para ingresar a la vivienda.
Los asaltantes sorprendieron a las víctimas mientras dormían. En ese momento, el empresario tomó sus armas -una pistola Bersa calibre .40 y un revólver .38- y enfrentó a los ladrones, quienes le dispararon y lo apuñalaron.
Poco después del crimen fue detenido Walter Mario “El Uruguayo” Rodríguez Sierra (52), dueño del Volkswagen Gol en el que huyeron los ladrones. El sospechoso, que en la actualidad permanece con prisión domiciliaria, se despegó del hecho: dijo que él no manejaba ese auto, sino que era utilizado por sus empleados de sus comercios. Sin embargo, los fiscales Marisa Monti y Claudio Oviedo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Morón, lo consideran “partícipe necesario”.
El otro detenido Gustavo Julio Alberto Mac Dougall (49), señalado por los investigadores como el líder de la banda. En su caso, confesó haber participado en el ataque, aunque negó haber ingresado a la casa de Izzo. Incluso, afirmó que en ningún momento se bajó del vehículo, para el cual contaba con permiso para conducir. Al asegurar que solo participó como “chofer”, trató de minimizar su responsabilidad.
Mac Dougall tiene un historial delictivo, con un pasado también vinculado a la comercialización de drogas. Antes de comenzar a dedicarse a los robos de casas, era un conocido dealer y distribuidor de estupefacientes de la zona. Es más, por ese tipo de delito estuvo preso cuatro años, desde 2017 hasta 2021. Los antecedentes llevaron a que Interpol lo calificara, en la circular roja que lleva su nombre, como “peligroso y violento”.
Cabe recordar que el VW, tras el asesinato, fue encontrado en Castelar Sur, a poco más de cinco kilómetros de distancia de la escena del homicidio y delante de la pizzería “Lo de Cata”, un negocio de Mac Dougall en el que fue hallada la pistola con la que ejecutaron a la víctima. Los investigadores encontraron el vehículo gracias a que su recorrido quedó registrado por las cámaras de seguridad.