La historia del secuestro de Cristian Schaerer no está cerrada para la Justicia argentina. Fue secuestrado hace 20 años, el 21 de septiembre de 2003 en la puerta de su casa en el barrio Las Tejas de la ciudad de Corrientes. Se pagó un rescate de 277 mil dólares pero Cristian nunca visto otra vez, vivo o muerto. Cristian tenía 21 años.
Por su desaparición se realizaron dos juicios con 12 personas condenadas, con penas de hasta a 25 años de prisión, sentencias que se cumplen actualmente en prisiones federales de diversos puntos del país. El Ministerio de Seguridad de la Nación ofrece hasta hoy una recompensa de 3 millones de pesos para quien dé información que lleve a su paradero.
Entre fines de 2006 y principios de 2007, el Tribunal Oral Federal de Corrientes condenó a 25 años de prisión al abogado Pedro Ángel Barbieri y a Néstor Horacio Barczuk, y a Judith Alvarenga a 8 años de cárcel. El 28 de agosto de 2009, en un segundo juicio, se condenó a Raúl “Caniche” Salgán y Cristian Carro Córdoba a 25 años de prisión; a Gonzalo Adrián Acosta, a 16, y Claudio Cornelli Belén, a 12.
En 2013, la Cámara Federal de Casación Penal impuso 17 años de prisión para los hijos de “Caniche” Salgán, Sergio Gustavo y Oscar Antonio Salgán; y 11 para María Esther Sudo y su hijo Jorge Gabriel Sudo. En septiembre de 2017, Raúl “Caniche” Salgán falleció en un proceso postoperatorio, cuando transitaba el décimo cuarto año de su condena de 25 años.
Sin embargo, sigue sin ser encontrado hasta hoy, vivo o muerto. Si lo mataron, no se sabe dónde ni cómo, tampoco dónde está su cadáver.
No solo nunca llegaron pistas fehacientes: la intransigencia de los condenados, con penas confirmadas por la Corte Suprema, fue total. Nadie dijo nada. , Rodolfo “Ruso” Lohrman y Horacio “Potrillo” Maidana, los dos últimos imputados en ser detenidos, a la espera de ser extraditados de Portugal, también callan. Lohrmann debería saber: siempre fue señalado como el líder de la organización.
Mientras tanto, el fiscal Santiago Marquevich -que encabeza la UFESE, el ala de la Procuración dedicada a resolver secuestros extorsivos- y el fiscal federal correntino Flavio Ferrini, continúan la búsqueda. “Desde UFESE vamos a seguir investigando el caso y realizando medidas hasta encontrar a Cristian”, afirmó Marquevich a Infobae.
La Justicia presume muerto al joven correntino, luego de 20 años de búsquedas infructuosas y que los imputados se blindan tras un pacto de silencio. El cuerpo se buscó, literalmente, por tres países.
En marzo de este año, se realizaron excavaciones en tierras rurales en San Pedro de Paraná, en el departamento paraguayo de Itapuá.
En enero de 2020, se dragó el arroyo Imboa en la zona brasileña de Uruguayana. Un informante había señalado la zona. Se desagotaron 25 metros de tramo, se construyeron dos diques para ello.
Una vez concluida la tarea de ingeniería hidráulica, especialistas de Gendarmería delimitaron y buscaron en la zona marcada por un testigo brasileño de identidad reservada, que había declarado ante la Justicia que en ese sector se habían depositado los restos del joven correntino En total, se drenaron casi 9.200.000 litros de agua
El cuerpo no apareció.