Tras el homicidio del inspector César Eduardo Carmona, acribillado de 13 tiros cuando llegaba a la sede de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de Rosario, la Justicia decidió imputar formalmente y ordenar la prisión preventiva de los tres sospechosos del caso.
Agustín Alfredo Almirón (22), alias “Calamar”; y Fernando A.C. (21) fueron los dos primeros imputados por los delitos de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego, calificado por el concurso premeditado de más de dos personas y criminis causa, robo calificado por uso de arma de fuego y portación ilegítima de arma de fuego de guerra, todo en concurso real entre sí”, en calidad de coautores.
Mientras que el último, Alan Nahuel A. (22), recibió esta condición por los delitos de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego, calificado por el concurso premeditado de más de dos personas y criminis causa, en concurso real con el delito de robo calificado por uso de arma de fuego”, en calidad de partícipe primario.
La medida dictada por el juez de Primera Instancia Florentino Malaponte, en el marco de la audiencia imputativa llevada a cabo en la sala 9 del Centro de Justicia Penal rosarino, busca esclarecer los detalles por el asesinato del hombre de 50 años. Los tres acusados fueron detenidos en allanamientos ocurridos el fin de semana.
El Ministerio Público de la Acusación (MPA) sostiene la teoría de que los detenidos persiguieron a Carmona una vez que él salió de hacer adicionales en una financiera en el centro de la ciudad santafesina. Eran las 14.46 cuando la víctima se subió a su Ford Fiesta negro y partió hacia la central de la Agencia de Investigación Criminal. Lo seguían en dos vehículos: un Citröen C3 bordó, en el que se cree que iban Calamar y Fernando C.; y un Volkswagen Gol Trend gris, en el que viajaría Alan Nahuel A.
Aquel día el inspector , que iba vestido de civil, llevaba una mochila de color negra con una etiqueta amarilla. Ese era el objetivo que tenían los delincuentes y la razón por la que lo mataron, según la teoría del fiscal Ferlazzo. Tras unos minutos de seguirlo, a las 15.10 el Citröen C3 logró interceptar el vehículo de Carmona cuando lo estacionaba frente a la central de la AIC, a donde debía entrar a trabajar.
Una vez que la víctima detuvo el vehículo, dos sospechosos –Almirón y Fernando A.C.– descendieron de su auto y abordaron a la víctima por el lado del conductor y del acompañante. “Se acercó a Carmona portando una pistola calibre 9 milímetros y, en un intento por evitar que utilizara su arma reglamentaria, le disparó varias veces”, reza la teoría fiscal. Así, permitió que su cómplice robara las pertenencias de la víctima.
Para llevar a cabo la sustracción de la mochila, el sospechoso “rompió dos vidrios del Ford Fiesta”. Mientras esto sucedía y con Carmona habiendo bajado de su auto, el otro delincuente “continuó disparándole, efectuando al menos diez disparos”.
Según la autopsia, el cuerpo de Carmona recibió ocho impactos de bala, dos dieron en el tórax y le causaron la muerte por un shock hipovolémico secundario a hemorragia masiva tóraco-abdominal. También tenía disparos en las piernas. Según el trabajo llevado a cabo por los peritos, se secuestraron 13 vainas servidas de la escena.
El papel del tercer sospechoso, Alan Nahuel A, fue esperar a sus compañeros a pocos a metros, a bordo del Gol Trend al que en determinado momento se subieron los otros dos sospechosos, abandonando el Citröen.
Durante el proceso que resultó con la imputación de los sospechosos, el fiscal explicó la secuencia y a su término el juez Malaponte dictó la prisión preventiva por el plazo de ley. “Ambos vehículos fueron hallados y secuestrados”, confirmó el fiscal y señaló que uno de los tres detenidos “tiene condena por delitos contra la propiedad y otro tenía orden de captura por un homicidio”.