La familia de la joven asesinada en un acto sindical en Córdoba denunció haber recibido amenazas

La causa quedó a cargo de Silvana Fernández, la misma fiscal que dirige la investigación por el homicidio de Gabriela Mónica Pérez

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Los videos del asesinato a una mujer durante un acto sindical en Córdoba

La familia de la joven asesinada en un acto sindical en Córdoba, Gabriela Mónica Pérez, de 24 años, denunció ante la Justicia que recibe amenazas a través de mensajes intimidatorios en sus celulares.

El crimen sucedió el 9 de septiembre pasado durante un acto convocado por el Sindicato Obreros de Empleadas y Empresas, Servicios y Afines de Córdoba (SOELSAC), llevado a cabo en el club Yapeyú. Allí, se habían reunido alrededor de 100 personas en apoyo al líder de la organización gremial, Sergio Fittipaldi. Gabriela estaba junto a su hermana, Dalma. De un momento a otro, un hombre llegó al lugar y comenzó a disparar contra los presentes.

Una cámara de seguridad del exterior registró al agresor. Estaba vestido con un buzo azul y chaleco negro y tenía su rostro cubierto: usaba barbijo y gorra. Así, cuando el reloj marcaba las 14.39, se acercó caminando hacia un auto que estaba estacionado frente a la puerta de ingreso al club. Delante del vehículo, se agachó un instante y al ponerse de pie, abrió fuego. Luego, huyó corriendo. La secuencia dura apenas doce segundos.

De esta manera, Pérez recibió un disparo en el cuello, por lo que fue trasladada de urgencia al Hospital Córdoba, en donde murió horas más tarde producto de la grave herida. La investigación fue asignada a la Fiscalía del Distrito III, Turno 3°, a cargo de Silvana Fernández.

Gabriela Mónica Pérez, la mujer
Gabriela Mónica Pérez, la mujer asesinada en un acto sindical en Córdoba

El ataque ocurrió en medio de una interna electoral del gremio que aumentó la tensión del SOELSAC con el sindicato de los recolectores de residuos, Surrbac.

Mientras avanza la investigación por la muerte de la joven, la familia de la víctima se presentó ante la Justicia para denunciar que recibieron amenazas en sus celulares a través de la mensajería de WhatsApp. La causa quedó también en manos de Fernández. Tal como pudo conocer el portal local La Voz, los mensajes, que incluyen emojis con cráneos, pistolas y sangre, fueron enviados desde números de teléfono que ninguno de los familiares puede identificar.

Días después del crimen, Dalma, la hermana de la víctima, contó a Infobae cómo fueron los instantes previos al ataque y relató cómo era la vida de Gabriela. “Llegué más tarde al acto porque estaba trabajando, mi hermana me dice que estaba en la segunda mesa, me senté, no llegué a dar el primer bocado y empecé a escuchar los disparos”, dijo. Y agregó: “Yo tenía a mi bebé de dos meses en brazos, retrocedí un poco y fue ahí que la vi a Gabriela retorciéndose en el piso, con las manos en el cuello”.

La mujer era sostén de
La mujer era sostén de familia

De repente, en medio del desconcierto, vio cómo empezó a brotar la sangre de Gabriela, por lo que lo primero que hizo fue entregarle su bebé a un extraño y socorrer a su hermana. “Un compañero la tapó con una remera. Empecé a gritar que me ayuden”, relató.

Además, apuntó contra Fittipaldi al mencionar que pasó por al lado de la joven y a penas la miró, al tiempo que vinculó el asesinato de su hermana con “la interna sindical”. “Sí sabíamos que había gente armada en el lugar, no íbamos. O que iba a pasar eso jamás hubiese ido con el bebé de dos meses”, aclaró y aseguró que, desde el sindicato, las llamaron para indicarles que era “obligatoria” la asistencia al evento.

Luego de cuestionar a la dirigencia sindical, Dalma recordó a su hermana y la definió como una persona extremadamente responsable con su trabajo y, como era el sostén de su familia, accedía a lo que le pedían desde la empresa y el sindicato. “Salía de trabajar en la Municipalidad y se iba a lavar autos. Con lo que cobraba no le alcanzaba. Trabajaba desde las 7 de la mañana hasta las 15 y le pagaban 100.000 pesos”, explicó.

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