Sebastián Mochkovsky, empresario y parte de la familia que es dueña de la cadena de locales de entretenimiento y videojuegos Sacoa, estaba en Estados Unidos cuando los bomberos porteños entraron al departamento del barrio porteño de Palermo de su familia en pleno incendio. Allí, hallaron 90 armas, entre cortas, largas y un bastón con dispositivo de disparo, seis granadas, algunas de ellas con la inscripción de “Montoneros”, tres silenciadores y 900 municiones.
El caso es investigado por el fiscal porteño Matías Vila, bajo la calificación de los delitos de acopio de armas y tenencia ilegal de armas de guerra. Mochkovsky, aseguran fuentes judiciales, regresaría al país la semana que viene. Por lo pronto, dos de sus representantes legales se contactaron con la fiscalía.
El acopio de armas de fuego según establece el Código Penal tras una modificación sancionada en 2004, “será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a diez años”. La tenencia de arma de guerra, “de dos a seis años de prisión”.
El fiscal Vila, por lo pronto, ya ordenó pericias sobre el material bélico. Se debe probar, por ejemplo, la aptitud para el disparo o la peligrosidad de las granadas. Que uno de estos explosivos, precisamente, explote, puede cimentar la imputación.
Mochkovsky tendría gran cantidad de armas registradas, con su debida documentación. Sin embargo, no hay forma de que pueda tener de manera legal las granadas, o el bastón, un arma tumbera de excepcional diseño.
Sobre el acopio, la jurisprudencia actual lo define como “la reunión considerable de materiales superior a lo que el uso común o deportivo pueda justificar, y con finalidades distintas a la de colección”. Las 900 municiones, por ejemplo, complican el panorama. Es un delito federal, por lo que el caso podría cambiar de fuero en los próximos días, explicaron fuentes de la investigación a Infobae.
Las armas y los explosivos fueron hallados por los bomberos de la Ciudad el miércoles por la noche cuando acudieron a combatir un principio de incendio en un departamento del piso 15 del edificio de Salguero 2244, ubicado a dos cuadras del shopping Alto Palermo y a 50 metros del colegio “Lengüitas” del parque Las Heras.
La propiedad, que se encuentra vinculada a Jorge Mochkovsky, de 76 años, que integró el directorio de Sacoa SA en los años 90, estaba vacía cuando el incendio comenzó por un desperfecto eléctrico.
Fue mientras los bomberos trabajaban que se toparon con las seis granadas (cuatro de fusil y dos de mano -con la inscripción “José Sabino Navarro” y “Montoneros”-) que fueron entregadas al Escuadrón Antibombas de la Policía de la Ciudad.
También se secuestraron en el mismo departamento 69 armas de puño, 20 armas largas, tres silenciadores, el bastón y 900 municiones calibres 9, .40 y .22 milímetros. Todas fueron entregadas al personal de la División Investigaciones de Armas de Fuego de la fuerza porteña.
El comisario Matías García, a cargo del Departamento de Lucha contra el Crimen Organizado, indicó que muchas de las armas halladas en el departamento de Palermo “son de uso prohibido” y que el lugar donde estaban almacenadas no estaba acondicionado para su resguardo.
Mientras que el subcomisario Martín Ledesma, jefe de la División Desactivación de Explosivos de los Bomberos de Policía de la Ciudad, explicó que luego de hacer una “inspección” de las seis granadas encontradas en la unidad del piso 15, se constató que las dos de mano que fueron desactivadas eran “de fabricación irregular” y “con un peso y unas características propias que ameritarían decir que se encontraban en condiciones óptimas de uso y conservación”. Las otras cuatro “estaban inertes”.
La ruta de proveniencia de las granadas que llevan las marcas de Montoneros es incierta: pueden ser un obsequio de un viejo militante que las guardó durante años, o una posible compra en el mercado negro de armas de fuego que históricamente funcionó en la Ciudad de Buenos Aires.
De todas formas, las fuentes del caso recordaron que “tener granadas es ilegal”, así como también el bastón que dispara cartuchos de escopeta y los silenciadores.
En ese contexto, según informó la agencia de noticias Télam, la fiscalía porteña ordenó no tocar las cajas fuertes por la posible presencia de material explosivo en su interior. Abrirlas con herramientas que podrían hacer saltar chispas, por lo que para su apertura, se solicitará un procedimiento especial.