El asesinato del inspector César Eduardo Carmona, muerto de 13 tiros en una emboscada ayer jueves frente a la sede de la Agencia de Investigación Criminal de Rosario, generó un estado de alerta total en la Policía de Santa Fe.
Tras el crimen, ayer por la tarde, la Agencia de Control Policial, una de las dependencias clave de la fuerza provincial junto con la AIC, fue completamente vallada y blindada con patrulleros. El edificio está ubicado en la calle Catamarca, pleno centro de la ciudad de Rosario. En 2022, según datos oficiales, la Agencia, dependiente del Ministerio de Seguridad, realizó 68 allanamientos y detuvo a 120 policías, personal del Servicio Penitenciario y policías retirados.
La orden de vallar el lugar, según indicaron fuentes oficiales a Infobae, fue emitida por el ministro de Seguridad provincial, Claudio Brilloni. El motivo: la ACP, ex Asuntos Internos, allanó y detuvo el lunes último a Mariana Ortigala, sospechada de ser testaferro de “Guille” Cantero, el capo de Los Monos preso en el penal de Marcos Paz, desde donde comanda su organización que pasó del narcotráfico a una industria de sicariato, balaceras y extorsiones a comerciantes.
Es decir, la orden es política: el propio Estado considera la posibilidad de más atentados contra sus objetivos en medio del clima de tensión con la violencia del crimen organizado en la jurisdicción más violenta del país. La AIC, donde trabajaba Carmona, ya había sido baleada el 25 de agosto pasado. Su frente recibió nueve tiros.
Las balaceras a edificios estatales son una constante en la historia rosarina reciente. Ya en septiembre de 2021, Cantero había sido condenado a 22 años de cárcel por ordenar siete ataques armados a jueces y edificios oficiales en 2018. “Contrato sicarios para tirar tiros a jueces”, reconoció desafiante el capo criminal, que acumula 113 años de condenas en su contra y será llevado a audiencia imputativa junto con Ortigala este lunes por la nueva causa en contra de ambos por una serie de balaceras y extorsiones a un dueño de agencias de quiniela.
Los vallados tampoco son nuevos. En abril de este año, tras dos atentados cometidos en el mismo día contra un patrullero y un complejo carcelario de Rosario, las fachadas de dos seccionales policiales fueron completamente blindadas ante posibles ataques. La medida fue ordenada por el Ministerio de Seguridad de Santa Fe en paralelo a que el gobierno provincial anunciara que reforzará el Servicio Penitenciario con 600 agentes que se desempeñarán en las distintas unidades.
Las vallas de la Policía de Santa Fe fueron colocadas en la Comisaría 12ª, ubicada en barrio Ludueña, y en la Subcomisaría 24ª de Empalme Graneros, ambas situadas en la zona Noroeste de la ciudad y con la misma característica: la fachada está completamente vidriada.
A fines de julio, sicarios atacaron a tiros la subcomisaría 26ª en Villa Gobernador Gálvez. Los sicarios dejaron una nota dirigida a reclusos que, según distintas investigaciones, integran células que operan para Los Monos. Una hora después, desde una moto balearon una sucursal del Banco Municipal ubicado en la zona noroeste de Rosario.
En cuanto al crimen de Carmona, el fiscal Alejandro Ferlazzo investiga una serie de hipótesis para esclarecer el homicidio. La primera línea investigativa fue dada a conocer por el fiscal Alejandro Ferlazzo, a cargo del caso. “El ataque fue dirigido a esta persona. Estamos viendo cuál fue el móvil, por qué le fueron a disparar. Alcanzó a bajarse del vehículo. Nosotros buscamos a dos personas”, dijo Ferlazzo en conferencia de prensa.