Un nuevo episodio de contrabando tuvo lugar esta semana en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Agentes de la Dirección General de Aduanas detectaron que un ciudadano argentino intentó ingresar al país un sospechoso paquete que contenía cinco silenciadores para armas de fuego, los cuales están estrictamente prohibidos a nivel nacional.
El hallazgo se produjo mientras los oficiales realizaban procedimientos de control sobre encomiendas provenientes de China, cuando una caja sospechosa llamó su atención.
Frente a esta situación, el personal aduanero procedió a abrir el paquete para inspeccionarlo en forma exhaustiva y encontraron nada menos que cinco silenciadores para armas de fuego, actualmente considerados como materiales de “uso prohibido” según la normativa vigente de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC) y cuya importación está vedada de acuerdo al artículo 610 del Código Aduanero.
Los silenciadores para armas habían sido camuflados con una manguera para ocultar su verdadero uso y estaban declarados como filtros de combustible valuados en aproximadamente 170 dólares. Sin embargo, especialistas de la Aduana estimaron que su valor real se encuentra casi el doble de lo declarado.
Según informaron fuentes de la oficina pública a Infobae, los elementos habían sido adquiridos por un residente de la Provincia de Buenos Aires, quien intentó importarlos al país haciendo uso del subrégimen de courier, es decir, a través de una empresa de logística internacional.
Tras ser confiscados, desde la Aduana aseguraron que los silenciadores serán destruidos, ya que el artículo 16 de la Ley Nacional de Armas y Explosivos (Nº 20.429) establece que no se pueden realizar “ninguna clase de actos” con mercaderías de ese tipo.
De esta manera, y en el marco de la lucha contra el crimen organizado, el organismo inició una investigación para esclarecer el origen y la ruta de la encomienda ilegal.
El pasado domingo, otro operativo realizado por la Aduana evitó un intento de contrabando de más de dos kilos de cocaína que tenían como destino a Pakistán. La sustancia se encontraba dentro de una encomienda con mates que tenían un doble fondo, donde se encontraba oculta la sustancia, indicaron fuentes del caso a Infobae.
Agentes especializados de la Dirección General de Aduanas inspeccionaron el paquete luego que la empresa FedEx emitiera una alerta, a partir de los parámetros de riesgo elaborados por el organismo. La firma logística separó el paquete enviado desde La Plata para ser controlado.
Dado que Pakistán es un destino poco habitual para este tipo de envíos, los aduaneros recomendaron un método no intrusivo de control, el escáner, que arrojó “imágenes sospechosas”. Ante ese panorama, el personal aduanero tomó contacto con el Juzgado Nacional en lo Penal Económico N°7, a cargo de Juan Pedro Galvan Greenway, quien autorizó la apertura e inspección de la encomienda.
Tras abrir y analizar los mates, los agentes detectaron que tenían un doble fondo y procedieron a realizar los correspondientes narcotests sobre la sustancia que se hallaba al interior de los mismos: dieron positivo de cocaína, en todos los casos. Luego, los especialistas en narcóticos de la Aduana determinaron que el envío llevaba nada menos que 2.034 gramos de la mencionada sustancia ilícita.
A pesar de que en la Argentina esa cantidad de droga puede comercializarse en USD 30.510, su valor asciende a USD 152.550 en el país al que iba dirigida, Pakistán, lo que representa un aumento del 500%. Se trata de valores de avalúo del organismo y de Gendarmería que son bastante más elevados a los que manejan los narcotraficantes, con la finalidad de que se establezca el precio en plaza real al convertirlos en pesos, según el dólar oficial, explicaron investigadores a este medio.