La estudiante de periodismo Marianela Rago Zapata (19) fue degollada y apuñalada en su departamento del barrio porteño de Balvanera en septiembre de 2010. Trece años después, Francisco Amador (36), el único acusado por el crimen de su ex novia, llegó a juicio. Este lunes, aseguró que es “inocente” y negó haberla golpeado durante la relación, aunque admitió haber mantenido un vínculo de “celos” con ella.
Amador llegó al debate oral sin prisión preventiva después de haber sido sobreseído cinco veces, entre 2013 y 2018. En el banquillo, reiteró ante el Tribunal Oral en lo Criminal N° 29 porteño lo que dijo cada vez que declaró en la instrucción: “Soy inocente, señores, no he cometido el crimen del que se me acusa. No soy culpable del crimen del que se me acusa”.
El acusado expuso durante más de dos horas ante los jueces Hugo Navarro, Juan María Ramos Padilla y Rodolfo Goerner y contó cómo conoció a Marianela en la ciudad fueguina de Río Grande, describió el momento en que ambos viajaron a Buenos Aires para trabajar y estudiar, y los motivos que llevaron a la separación de la pareja.
Además, recordó que a principios del 2009 ambos se instalaron en Capital Federal, donde Marianela comenzó sus estudios de periodismo y él su carrera como programador. Según declaró, “luego de un año y siete meses el vínculo se disolvió” por diversas “diferencias”.
En relación con el día en el que fue hallada asesinada su ex pareja, el 28 de septiembre de 2010, Amador recordó que fue una amiga en común quien le contó que Marianela no contestaba los llamados y que él, aunque ya no eran pareja, intentó comunicarse y, tras no recibir respuesta, fue hasta el departamento. “Estaba abajo de su edificio cuando llegó el hermano, Matías, que fue quien me dijo que estaba muerta y que la habían matado”, recordó.
El debate comenzó pasadas las 10 en los tribunales ubicados en la calle Paraguay 1536 de la Capital Federal, donde está previsto que se hagan todas las audiencias, programadas para cada lunes hasta el 13 de noviembre. Amador llegó a juicio acusado de “homicidio simple” -que prevé una pena de 8 a 25 años de prisión-, ya que la figura del “femicidio” que se castiga con prisión perpetua, recién se incorporó al Código Penal a partir de 2013.
Amador es defendido por el abogado Luis Ricca, mientras que la acusación está a cargo del fiscal general Sandro Abraldes.
A su vez, la familia de Marianela esta representada por los abogados Esteban Galli y María de la Paz Herrera, del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delito de la Defensoría General de la Nación, a cargo de Pablo Rovatti.
El caso
Marianela tenía 19 años y era oriunda de la ciudad fueguina de Río Grande. Vivía en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde estudiaba periodismo en la escuela de Comunicación ETER.
Su cuerpo fue encontrado el 28 de junio de 2010: fue su hermano, Matías, quien descubrió la trágica escena luego de ingresar al departamento que la joven alquilaba en Balvanera.
La autopsia determinó que había sido degollada. Los peritos constataron 23 puñaladas. La principal hipótesis es que fue asesinada con una cuchilla que desapareció del cajón de la cocina de la casa. El femicida también se llevó un juego de llaves, dos celulares, una notebook, un reproductor de MP3, otro de DVD y una cámara de fotos.
Amador, un técnico informático de Tierra del Fuego que también vivía en CABA, se transformó en sospechoso cuando el círculo de la víctima contó una serie de episodios de maltrato.
A raíz de ello, el ex novio de Marianela fue detenido y en su indagatoria reconoció que el 24 de junio había pasado la noche junto a la víctima en el departamento de la calle Tucumán, ya que se seguían frecuentando. Sin embargo, aseguró que la madrugada del 27 había salido con otra chica, coartada que fue ratificada por testigos y que le permitió ser liberado en pocos días.
Entre 2013 y 2018, la jueza de instrucción Karina Zucconi sobreseyó a Amador en cinco oportunidades al creer que no había pruebas para incriminarlo y que en el departamento de la víctima se hallaron rastros del posible asesino -ADN, una huella en una lata de gaseosa y una pisada-, que fueron cotejados con él y otros sospechosos. En todos los casos el resultado fue negativo.
Finalmente, en 2018, la Sala VI de la Cámara del Crimen procesó a Amador en forma directa en base a una nueva data de muerte, a los episodios violentos narrados por los testigos y a lesiones que presentaba el acusado, que podrían haber sido producidas por la víctima en su defensa.
Durante muchos años, la investigación sostuvo que Marianela había sido asesinada la mañana del 27, cuando regresó de un boliche, pero una junta médica estableció un nuevo horario del crimen: el lapso entre las 19.10 de ese domingo y las 7.10 del 28 de junio de 2010.
Si bien el acusado mantuvo su coartada para la madrugada y la mañana del 27, los camaristas sostuvieron en su fallo que “se desconoce de manera certera qué hizo y dónde estaba Amador en la franja horaria del día en el que aconteció el evento”.
Como posible móvil, la Sala VI indicó que el propio Amador “reconoció que, antes de romper su relación amorosa, tenían discusiones fuertes, sobre todo en el último mes”, y que en su último encuentro con la víctima -tres días antes del crimen-, Marianela “le contó que salía con otra persona”.
*Con información de Télam