A 9 meses del caso que revolucionó Córdoba, los rastrillajes para encontrar a Anahí Bulnes (36), que desapareció sin dejar rastro el 5 de diciembre del 2022, continúan en manos de un grupo de antropólogos en el predio de Piedras Blancas.
Todavía tienen un mes de trabajo por delante para encontrar los restos de la víctima que se desarrollaba como docente y trabajadora sexual, para así determinar qué fue lo que sucedió esa noche desde la que no se supo nada de ella.
Con respecto al juicio contra el único imputado en la causa hasta el momento, identificado como Santiago Campos Matos, se estima que tendrá inició a comienzos del 2024 y estará en manos de la Cámara 6ª del Crimen de Córdoba.
Según las primeras hipótesis arrojadas por la Justicia, el sospechoso habría asesinado a la mujer en su departamento y, luego, arrojó los restos a los contenedores de basura que fueron trasladados hacia el predio ubicado a la vera de la Ruta 36.
Sin embargo, hasta ahora, el operativo no ha demostrado resultados positivos sobre restos que sean compatibles con Anahí, aunque se mantiene la esperanza sobre el hallazgo de algunas piezas dentales que todavía no fueron analizadas.
Sobre el trabajo de los antropólogos, el medio local El Diario de Carlos Paz indicó que aún faltan analizar alrededor de diez contenedores de basura, por lo que hay escasas expectativas de hallar nuevas pruebas que compliquen al acusado o sean de relevancia para la causa.
“Hay una necesidad humanitaria de que la familia tenga el cuerpo completo o algunos restos que certifiquen la muerte (de Anahí Bulnes); y que puedan ser restituidos para concretar el proceso del duelo”, explicó el director del Instituto de Medicina Forense (IMF), David Dib, en diálogo con El Doce TV hace algunos meses atrás.
Fueron sus padres y sus tres hijas de 14, 12 y 7 años, con quienes compartía vivienda, quienes denunciaron la ausencia de Anahí el 5 de diciembre del año pasado.
“Una de las nenas se despertó entre la 1 y 2 de la madrugada y ya no estaba, pero se volvió a dormir”, relató su hermana Verónica, sobre el momento en el cual la víctima ya no estaba presente en su casa, en línea con el relato de una de sus sobrinas.
Sin embargo, la verdadera alerta se dio al día siguiente, cuando Anahí continuaba sin aparecer. Un detalle alarmó más a sus allegados: en su hogar había dejado su celular, su billetera, su DNI, ropa y hasta el auto. Por esto mismo, dieron aviso inmediato a las autoridades para comenzar la búsqueda.
Este no es el único dato que llamó la atención, ya que su hermana explicó, ni bien sucedió la desaparición, que Anahí habría manando un último mensaje al colegio en el que trabajaba por la mañana en el cual avisaba que “iba a faltar porque supuestamente debía llevar a una de sus hijas a un turno médico”. Sin embargo, en la escuela que trabaja por la tarde tampoco se presentó a trabajar y mucho menos avisó de su ausencia.
“Es la primera vez que sucede, nunca no se presentó a trabajar. Ella es muy disciplinada con sus alumnos”, remarcó a ElDoce Verónica, a quien las autoridades de la institución llamaron porque “estaban preocupados porque no atendía el teléfono y no estaba en el aula”.
Un dato no menor que colaboró a la causa fue que aparecieron imágenes capturadas por las cámaras de seguridad de la zona en donde se ve a la docente cordobesa entrando, pero no saliendo del edificio en el que vivía el único imputado por la causa, situado en la Avenida Olmos y el bulevar Guzmán.