Se declararon inocentes dos de los cinco gendarmes que fueron detenidos en las últimas horas, luego de que se constatara el faltante de 15 ladrillos de cocaína de alto grado de pureza del Escuadrón 63 “Zárate Brazo Largo” de Gendarmería Nacional Argentina. Fueron los únicos que aceptaron hablar en la indagatoria, dijeron fuentes del caso a Infobae. Y agregaron que uno se negó a responder las preguntas del juez, pero sí “ambos reconocieron como un error no haber denunciado el hecho en el momento oportuno”.
La causa, en manos del juez federal de Campana, Adrián González Charvay, se inició este 2 de septiembre a partir de la denuncia de dos agentes de la misma fuerza de seguridad que estaba a cargo de la custodia de la droga secuestrada en un operativo del 23 de junio pasado. Entre los arrestados se encuentran el jefe del depósito judicial, peritos y autoridades del grupo de criminalística y estudios forenses.
Del cargamento, que se componía de 25 ladrillos, con un peso total de 26,730 kilos, solo quedaban 10 (10,640 kilos) en la caja destinada para su guardado. Así lo confirmaron efectivos de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA que allanaron el lugar donde se encuentran a resguardo los elementos incautados en causas penales.
De acuerdo a las fuentes consultadas, los cinco detenidos estaban al tanto del faltante, pero no lo denunciaron. Esperaban que pasara desapercibido hasta que se llevara a cabo la quema del narcótico para su destrucción, un paso procesal que ya había sido ordenado por el magistrado y que era inminente.
Este martes, solo dos de los cinco imputados aceptaron hablar en la indagatoria ante el juez y reconocieron que fue un error no haber denunciado el faltante. Uno de ellos, además de manifestar desconocer quién podría haber sido su autor del robo de la droga, hizo hincapié en las circunstancias que tuvieron lugar durante los últimos dos meses. “A partir de su relato quedaron al descubierto una serie de irregularidades en el accionar de los integrantes del grupo de criminalística”, sostuvieron las fuentes.
Los otros detenidos hicieron uso de su derecho de negarse a declarar. “Sí, cuatro, voluntariamente, realizaron un cuerpo de escritura para su cotejo pericial con la documentación secuestrada, el cual se desarrollara en las próximas horas”, ampliaron las fuentes del caso a este medio.
El caso
Hasta el momento, los investigadores desconocen el destino que tuvieron los panes. Los agentes imputados tenían a cargo la custodia del cargamento de cocaína que lleva como sello un delfín, una de las marcas más utilizadas y que garantiza calidad de origen. El dibujo del animal sobre los panes es también adjudicado a los envíos de Reinaldo Delfín Castedo, uno de los capos narcos que, desde prisión, sigue al frente del negocio criminal.
El Juzgado Federal de Primera Instancia de Campana solicitó al Ministerio de Seguridad de la Nación el resguardo físico y personal de los denunciantes del faltante de estupefacientes, y de sus grupos familiares, así como también su respectivo resguardo funcional: eso está contemplado en la resolución 727/2022, que está destinada a proteger a los federales que alerten sobre hechos de corrupción o irregulares dentro de las fuerzas.
De esta manera, Prefectura Naval Argentina quedó a cargo de la custodia de los denunciantes y el juzgado le dio intervención a la Dirección de Asuntos Internos de la Gendarmería. Mientras que los detenidos fueron trasladados a dependencias de la PFA y se encuentran incomunicados.
Encomiendas y entrega controlada
La cocaína que desapareció había sido secuestrada en el marco de la causa que se inició el 23 de junio pasado, a partir de una comunicación efectuada por personal de la Sección Seguridad Vial Lima de Gendarmería. Los efectivos indicaron que en un operativo de rutina en la Ruta Nacional 9 se había procedido al control de un camión de transporte de cargas generales y que el can adiestrado había reaccionado en forma positiva para cinco encomiendas que provenían de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, en Salta.
Luego, se verificó que esas encomiendas contenían 25 paquetes tipo ladrillos de cocaína con un alto grado de pureza, que arrojó un peso total de 26,730 kilos. De forma inmediata, el juez de Campana dispuso la entrega vigilada de las encomiendas con la sustitución total de los narcóticos por envoltorios de idénticas características y peso.
La estrategia de investigación permitió detener a dos sospechosos que se acercaron a retirar los paquetes. Ambos fueron procesados con prisión preventiva confirmada por la Cámara de Apelaciones de San Martín. Ese expediente fue remitido a la Justicia de Salta, donde se intenta determinar quiénes están detrás del envío de la droga en encomiendas.