En cinco días, en el departamento Rosario hubo dos fugas de presos en distintas comisarías y disturbios en otra seccional. El factor en común de todos los hechos es la sobrepoblación carcelaria que tienen las dependencias policiales, que alojan actualmente a 444 internos en edificios cuya capacidad es de 142.
De esta manera, la situación en la ciudad santafesina se asemeja a la que atraviesa la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, una problemática que se agravó el último año, donde las fugas y los motines se repiten en las comisarías.
El último de los hechos ocurrió este miércoles por la mañana en la comisaría 10ª de Darragueira al 1100, en La Florida, en la zona norte, cuando dos reclusos atacaron a golpes al jefe de la seccional y a otros dos agentes en medio del recuento matutino de presos. La agresión derivó en un fuerte operativo del Comando Radioeléctrico y de Infantería, que realizó disparos con munición anti tumulto y logró controlar la situación.
El jefe de la Policía de Rosario, Daniel Acosta, fue hasta la seccional de la zona norte a supervisar el procedimiento y luego brindó una conferencia de prensa ante los medios. “El jefe de la comisaría sufrió una herida cortante en el pómulo izquierdo y tiene golpes en el cráneo. Fue trasladado a un hospital. Otros dos agentes tenían escoriaciones”, afirmó.
“En esta seccional hay capacidad para doce reclusos y hay 48, estamos superados ampliamente, el personal no está preparado para dedicarse a la custodia de detenidos: no es su función”, expresó Acosta. Y agregó: “Esto complica sus funciones y también implica demanda de patrulleros para traslados, que repercute en el servicio de móviles en la calle, en Rosario -que es lo que a mí me incumbe- hay 142 plazas en las doce comisarías con módulos, pero en este momento hay 444 detenidos, esto complica mucho”.
La comisaría 10ª ya fue noticia el 4 de marzo pasado, cuando tres presos se escaparon después de atacar a un policía, quien además sufrió una herida de arma de fuego en el tórax, aunque se desconocía si había sido un disparo accidental de una compañera o si fue producto del forcejeo con los reclusos.
Este martes, minutos antes de las 21, se concretó una fuga. Jonatan Nahuel Goitía, de 24 años, escapó por el patio de la comisaría 14ª, ubicada en pasaje Marcos Paz al 6600, en el barrio Belgrano, en el distrito noroeste. El delincuente estaba alojado en ese edificio policial desde el viernes de la semana pasada, cuando fue arrestado por intentar llevarse la moto de un hombre de 41 años a quien amenazó con un cuchillo tipo Tramontina.
Goitía fue recapturado por el Comando Radioeléctrico en una casa de Brasil y Monte Flores, en la zona oeste. Junto a él fueron aprehendidos dos jóvenes que estaban junto a él y que fueron acusados de encubrimiento.
A los incidentes de este miércoles y la evasión de este martes se suma un antecedente reciente, que es el escape del pasado sábado de 16 reclusos de la comisaría 24ª de Granadero Baigorria, ciudad vecina a Rosario, que subieron al techo del patio del penal a través de sábanas, limaron barrotes, cortaron un tejido y huyeron.
De los 16 presos, siete fueron recapturados en operativos montados en cercanías a la seccional y fueron llevados a audiencia imputativa este martes en el Centro de Justicia Penal por el fiscal César Cabrera. La jueza Silvana Lamas dio la prisión preventiva efectiva por el plazo de un año para todos.
Ante este panorama, desde el Ministerio de Seguridad se espera a la habilitación de nuevos pabellones en las cárceles de Piñero y Flores para absorber reclusos de las dependencias policiales.
En territorio bonaerense, cinco detenidos se fugaron este lunes de la Comisaría 2° de Lanús Este. La alerta llegó cuando el personal de la seccional oyó ruido en los techos. Luego, corrieron a los calabozos y descubrieron que los candados de las puertas de las rejas habían sido rotos.
El hecho ocurrió días después de la fuga de cuatro detenidos de una comisaría de Merlo. Entre ellos, uno de los detenidos por el crimen del empresario Gabriel Izzo, asesinado durante un robo en su casa de San Antonio de Padua.