Inés Guadalupe Villalba, una joven de 26 años con domicilio en la localidad entrerriana de La Paz, que es madre de un hijo, está desaparecida desde hace casi una semana y es intensamente buscada por su familia, la Policía de la provincia y la Prefectura Naval.
Según confirmaron fuentes de la investigación a este medio, los rastrillajes hasta el momento no han arrojado ningún resultado positivo.
De acuerdo con la denuncia de su padre, Ramón Villalba, la joven salió el jueves 31 de agosto pasado para caminar un rato y nunca volvió. Tras un rápido análisis de las cámaras de seguridad, la policía pudo ubicarla mientras se dirigía hacia una zona de viejas curtiembres, que ya no operan más. Se trata de un lugar que está efectivamente al sur de la localidad, sobre la margen del río Paraná.
En la búsqueda participa personal de la escuela de agentes de Villaguay, más los efectivos de la Jefatura Departamental, buzos tácticos de la policía, cuerpo de Bomberos de La Paz y agentes de la Prefectura. Pero por el momento los avances son prácticamente nulos. Sin embargo, los investigadores localizaron ayer a un hombre que dijo haber visto en el lugar “un par de anteojos y unos cigarrillos”.
“Trabajamos ahí con los canes, con unos 80 policías y ayer encontramos a un pescador de la zona que nos dijo que días atrás había encontrado los anteojos y unos cigarrillos. Aseguró que no los tocó y que otra persona los puso a resguardo. A esa persona todavía no me hemos podido localizarla”, dijo un investigador a Infobae. Al ser informada acerca de la pista encontrada, los familiares de Inés reconocieron que ella llevaba un par de anteojos con características similares a las que les había revelado el pescador.
Hay otro dato acerca de la joven que la Policía y el fiscal Facundo Barbosa tienen en cuenta y podría dar algún indicio de lo que pudo haber ocurrido. De acuerdo con lo que dijeron las fuentes, Villalba padecía un cuadro de depresión, que en el último tiempo la obligó a tomar medicación psiquiátrica. La joven, además, salió de su casa sin el celular.
La joven había sido despedida de su trabajo en un lavadero y se separó de su última pareja -padre de su hijo- hace medio año. De hecho, al chico lo crían los abuelos paternos. Es por este dato que los detectives creen que la ex pareja no estaría vinculada a la desaparición de Inés.
“Hoy seguimos con los rastrillajes pero sin resultados favorables, descartamos que la ex pareja esté vinculada, no había relación ni denuncias de violencia“, expresó el investigador. Y agregó: “Tenemos en cuenta el estado de su personalidad, que era depresiva, tenía altibajos y estaba medicada”.
En este momento trabajan los buzos tácticos, aunque no es una tarea fácil. Según describieron, la zona de búsqueda es muy profunda, con muchos árboles y arbustos y mucha corriente de agua.
El subjefe de la Departamental de Policía de La Paz, Gerardo Schumacher, dialogó el lunes con Radio Plaza y reveló algunos detalles de la investigación. Dijo que del análisis del teléfono de la joven pudieron establecer que había mensajes, llamadas telefónicas, audios y comunicaciones por WhatsApp, “en las que se pudo saber que se iba a ver con alguna persona”. Explicó que son mensajes cercanos a la fecha de la desaparición y que también había una comunicación donde borraron los mensajes que le mandó la otra parte.
“Por ello el fiscal tomó la decisión de hacer allanamientos en dos propiedades de La Paz para recuperar los celulares y ver qué información había sido borrada. (...) De igual modo cuando ingresamos a una propiedad en este tipo de circunstancias y acorde al protocolo, vamos con el can detector de personas vivas, quien no tomó ningún tipo de rastro de Inés”, dijo el comisario.