Mientras continúa el trabajo de los investigadores del crimen de Mariano Barbieri —el ingeniero civil que fue asesinado de una puñalada en el barrio porteño de Palermo—, los peritajes a los elementos secuestrados en el parque donde ocurrió el ataque comenzaron a arrojar resultados que pueden resultar claves para la causa.
En ese sentido, en las últimas horas se conoció que los rastros hemáticos visualizados en el cuchillo encontrado en la Plaza Sicilia son humanos. Así lo confirmaron fuentes judiciales a Infobae. De esta manera, ahora se intentará determinar si esa sangre se corresponde con la víctima.
Por otra parte, en el marco de la investigación, personal de la Unidad Criminalística de la Policía de la Ciudad llevó a cabo este sábado un procedimiento en inmediaciones al parque, más precisamente cerca de la esquina de Gelly y Cavia. Allí, los policías buscaron algún rastro en un tacho de basura.
Este operativo fue ordenado por el fiscal Marcelo Munilla Lacasa y surgió tras el relevamiento de cámaras de seguridad. Es que en las imágenes se observó que el sospechoso apuntado por un testigo “pasó por ese lugar y arrojó una prenda dentro del tacho”, según confiaron las fuentes a este medio.
Cabe recordar que el cuchillo con mango de madera fue hallado por un periodista mientras realizaba un móvil y recorría la zona. Los policías, al llevar a cabo un procedimiento en el lugar, también secuestraron una mochila, una frazada, un tapabocas y un short de color gris. Todos estos elementos están siendo peritados para saber si tienen relación con el caso.
A su vez, en la investigación que lleva adelante la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°36 siguen la pista del posible sospechoso señalado por un testigo que vio el ataque y llamó al 911 para denunciar lo sucedido.
De acuerdo a las fuentes, ese testigo se comunicó con el servicio de emergencias para denunciar un robo. Luego, afirmó que observó una pelea entre dos personas con empujones y gritos y describió al agresor como un hombre de unos 30 años que vestía un buzo rojo, pantalón de jean y zapatillas.
A partir de este testimonio, los detectives de la Policía de la Ciudad analizaron los registros de las cámaras públicas y privadas de las inmediaciones al parque y visualizaron a un hombre con atuendo similar al descripto mientras llegaba y se retiraba del lugar del hecho.
Los investigadores se enfocaron en reconstruir el recorrido que hizo este sospechoso para lograr identificarlo. En este contexto, lo detectaron caminando por Gelly y Cavia.
En el entorno de Barbieri no creen que él se haya resistido al robo y haya forcejeado con el delincuente que lo atacó. “Capaz lo sorprendieron y hubo alguna reacción. Conociéndolo, no tenía problemas en entregar el celular”, coincidieron dos amigos de la infancia en diálogo con este medio.
Esa noche, el ingeniero había salido a caminar. “Fue a hacer una meditación de la luna”, contó Melina, la pareja y madre del bebé de 2 meses que tenían en común. Justamente con ella fue la última comunicación telefónica que tuvo antes del asesinato: la había llamado porque su hijo recién nacido lloraba y no se podía dormir.
“No tenía nada, solo un celular de mierda, todo roto. Eso le sacaron. Ahora mi bebé se quedó sin papá”, despachó su bronca la mujer en la puerta de la cochería de San Fernando donde ayer despidieron los restos, que fueron trasladados esta mañana al cementerio municipal de esa ciudad bonaerense.
Familiares y amigos de la víctima, que ayer encabezaron una protesta en la puerta de la sala velatoria para pedir justicia, realizaron hoy una caravana de automóviles para acompañar el féretro. Tal como estaba previsto, el cortejo partió a las 9.30 desde la sala funeraria “Lestrade”, ubicada en la calle 3 de Febrero al 700.
Melina participó del último adiós junto a su bebé de tan solo dos meses de vida. Por su parte Carlos, el padre de la víctima, lucía visiblemente afectado por la trágica muerte de su hijo. Desorientado y sin un rumbo claro, dio vueltas por las afueras del cementerio como si tratara de encontrar explicaciones a lo sucedido.
A lo largo de la jornada angustiante y de profundo dolor, los abrazos de consuelo en la puerta de casa de sepelios y en el cementerio se repitieron una y otra vez. En la ceremonia se observaron carteles con reclamos de justicia. “#JusticiaPorMarianoBarbieri”, rezaba la leyenda de uno escrito en letras rojas y blancas sobre un fondo negro.