Las abogadas de Nahuel Vargas, acusado del crimen del trader Fernando “Lechuga” Pérez Algaba que apareció descuartizado en Ingeniero Budge, presentaron ante la Justicia de Garantías de Lomas de Zamora un hábeas corpus correctivo en el que piden con urgencia el traslado del lugar de detención de su defendido, ya que consideran que corre riesgo su vida.
En el texto, al que tuvo acceso Infobae, las abogadas hicieron la petición ante el Juzgado de Garantías N°6, a cargo del juez Pablo Bravo, al enterarse que Vargas había sido trasladado desde la DDI de Lomas de Zamora a la de Avellaneda, donde también se encuentran presos “Maximiliano Pilepich y el comisario Horacio Mariano Córdoba. Justamente, las letradas remarcan que su “defendido ha declarado en contra de ellos”.
Hay que recodar que Vargas fue el último en ser detenido. Cayó el jueves pasado en la casa su madre de la localidad de Castelar cuando tenía pedido de captura desde el 14 de agosto. Y ante el fiscal Marcelo Domínguez, de la UFI N°5 de Lomas de Zamora, contó: “Pilepich dijo que le pegó dos tiros”.
Te puede interesar: Pidieron citar a declarar a Charlotte Caniggia en la causa por el crimen del comerciante descuartizado
La presentación de las abogadas de Vargas tiene fecha del 19 de agosto pasado y, según fuentes de la investigación consultadas por este medio, hasta este martes no se había efectivizado ninguna modificación de sus condiciones de detención. Incluso, explicaron que “en las próximas horas los tres serán trasladados” y que “tienen cupo de ingreso a la Alcaidía III de Melchor Romero, donde serán entrevistados y allí se verá el lugar en el que quedan alojados”.
Lo cierto es que las defensoras destacaron en el hábeas corpus que antes de ser indagado, al fiscal “le solicitaron el resguardo por la integridad física” de su defendido “por dos motivos”. Y, en ese contexto, Celeste Schenfeld y Lorena Blanco enumeraron: “su declaración versa en contra los demás imputados en la causa” y “Vargas trabajó 16 años en la Policía Federal Argentina”.
Vargas quedó detenido en la DDI de Lomas de Zamora, pero el sábado pasado, cuando los familiares fueron a llevarle algunos elementos, descubrieron que “no estaba allí”, sino en “la DDI de Avellaneda”, donde están Pilepich y Córdoba.
Y, entonces, elevaron el hábeas corpus para pedir su traslado ante, lo que consideraron, “el grave peligro de su integridad física y psicológica por el que atraviesa... compartiendo un espacio con una persona considerada agresivo y al cual están acusando de descuartizar a otra persona”.
Te puede interesar: El comisario detenido por el crimen de “Lechuga” vinculó al comerciante descuartizado con Charlotte Caniggia
Qué declaró Vargas
Vargas estuvo con Pilepich y Pérez Algaba ese 18 de julio en que se vio con vida por última vez al comerciante asesinado. Se juntaron en un predio de General Rodríguez donde se encuentra el desarrollo inmobiliario “Renacer”. “Lechuga” pensaba que iba a cobrar una deuda.
En relación a aquel encuentro, Vargas señaló que Maxi (Pilepich) le pidió a la víctima que cambie una lamparita. “Entonces, Fernando, que era el más alto de los tres, tomó una silla y se paró en ella para cambiar la luz”, relató.
En ese momento, según los dichos de Vargas, Pilepich le pidió a él que abra una ventana porque estaba oscuro, pero estaban “en la parte de atrás” y “se abrían desde afuera”. Por lo que, siempre según su relato, salió de la casa, rodeó la camioneta y luego una construcción contigua para cumplir con lo encomendado.
Te puede interesar: Liberaron a la mujer trans detenida por el crimen del comerciante descuartizado
“Cuando me dirigía hacia la parte trasera de la casa para abrir la ventana, escuché dos disparos”, precisó Vargas. Entonces, siempre según su declaración, volvió por el camino que había usado para salir y llegó a la habitación donde estaban Pilepich y Pérez Algaba.
“Maxi estaba con dos armas, una de ellas era una pistola Glock dorada 9 milímetros, (que tenía) en la mano derecha y se la guardó en la cintura. Y con la otra mano se acomodó también en la cintura, del otro lado, una segunda pistola”, fue la declaración del detenido e imputado por el crimen.
Y concluyó: “Cuando ingresé a la habitación, le pregunté a Maxi qué es lo que había hecho y me dijo: ‘Ya está, no aguantaba más, hay límites’”. Entonces, hizo referencia a que Pilepich estaba enojado porque Pérez Algaba había agregado a Instagram a su hija de 13 años, le escribía y luego realizaba capturas de pantalla y se las enviaba para provocarlo.
Vargas enfrenta el delito de “homicidio cuádruplemente calificado por el uso de arma, alevosía, codicia y por el concurso premeditado de dos o más personas”, como Pilepich, Córdoba, Luis Contrera, Matías Gil, Fernando Gastón Martín Carrizo y Flavia Lorena Bomrad.
En tanto, por encubrimiento agravado está presa Blanca Gladys Cristaldo y quien quedó en libertad, pero aún sometida al proceso, es Alma Nicole Chamorro, quien fue la primera apresada por el asesinato como partícipe secundaria.
Seguir leyendo: