Una serie de videos que muestran el recorrido de un Ford Mondeo en la madrugada del 19 de julio último complican a Horacio Córdoba, el comisario de la Policía de la Ciudad detenido por el crimen de Fernando Pérez Algaba, el comerciante descuartizado el mes pasado. Córdoba quedó detenido este jueves tras ser indagado por el fiscal Marcelo Domínguez, fiscal del caso. Córdoba es vinculado a Maximiliano Pilepich, el principal sospechoso del caso. Domínguez le imputó a Córdoba el delito de homicidio cuádruplemente agravado por el empleo de arma de fuego, por concurso premeditado de dos o más personas, por alevosía, placer y codicia, la misma calificación que a Pilepich.
Las pruebas en su contra se concentran en el informe del Departamento de Homicidios de la DDI de Lomas de Zamora de la Policía Bonaerense, al que tuvo acceso Infobae. Los detectives también cruzaron la información con el análisis de teléfonos de la Dirección de Tecnologías Aplicadas, dependiente de la Superintendencia de Investigaciones en Función Judicial, y el registro de las cámaras de seguridad relevadas en el expediente.
Así, los agentes llegaron a la conclusión de que, pasada la medianoche del 19 de julio pasado, Córdoba se movilizaba en el Ford Mondeo negro y sin patente, cuando se registró un impacto de antena de su celular en las inmediaciones del emprendimiento inmobiliario “Renacer” de la localidad de General Rodríguez, al que se había dirigido Pérez Algaba para cobrar un dinero que le debía Maximiliano Pilepich.
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Al mismo tiempo, una cámara captó al Mondeo a las 0.33 en Ruta 7 y Granaderos, cerca de ese predio.
Más tarde, a las 01.49, lo registró otra antena. El tiempo coincide con la hora en la que el auto se retira del emprendimiento y es registrado por otra cámara municipal en Ruta 7 y calle Lamadrid.
Luego, a las 02:02, las antenas lo ubican en inmediaciones de Acceso Oeste y Puente Graham Bell, en el partido de Moreno. En ese mismo momento, el Ford Mondeo ingresó a una estación de servicio situada en el mismo punto.
Los investigadores vieron en las cámaras de la estación de servicio cómo el auto entra y detrás lo sigue la Mercedes Benz G500 de Pilepich.
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De a cuerdo a las imágenes, un hombre que sería Pilepich desciende de la camioneta y se acerca al vehículo en el que estaría Córdoba, le dice algo y vuelve a subirse a la Mercedes Benz que aún no fue hallada.
El agente, que fue pasado a disponibilidad este lunes luego de conocerse su imputación, trabajaba para Subsecretaría de Tecnología e informática del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño. A su cargo tenía el monitoreo de los efectivos y móviles de la Ciudad.
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Los investigadores creen que Córdoba le facilitó a Pilepich el celular con el que se comunicó desde el 18 de julio pasado, el día que habrían asesinado a Pérez Algaba, con sus cómplices, entre ellos, Nahuel Vargas, que cayó también este jueves. El teléfono que utilizó el emprendedor inmobiliario desde el 18 al 25 de julio, pertenecía a una partida adjudicada a la cartera de seguridad porteña.
Debido a que Córdoba es especialista en tecnología de las comunicaciones, el fiscal sostiene que le prestó asesoramiento a Pilepich para eludir la investigación en su contra. El funcionario judicial notó que el principal detenido realizó varios movimientos para despistar, en ese sentido: apagó y prendió los dispositivos en diferentes momentos y lugares.
Sin embargo, no logró engañar a los detectives de la DDI de Lomas de Zamora que lo arrestaron en Paso del Rey, luego de permanecer un día prófugo.
Ya hay nueve detenidos en el caso. Además de Córdoba, cayeron Vargas, Pilepich, Blanca Gladys Cristaldo, Luis Alberto Contreras, Gastón Carrizo, Matías Gil, Flavia Bomrat y Alma Nicole Chamorro.
Este jueves también declaró Contreras, conocido en la zona de Lomas de Zamora como “Pepe Tiratiros” o “Pitón”, quien confesó su participación en el crimen y despegó del caso a Chamorro, su hermana, la primera detenida de la causa.
A la vez, Contreras reveló que Gil, empleado de empresario detenido, intentó disuadirlo de declarar y aseguró que le dijo a él y a Carrizo que si “Pilepich lo dejaba tirado, tenía un as bajo la manga”. Se refería, según su versión, a varias propiedades que tenía a su nombre, entre ellas, el predio de General Rodríguez.
Para el Ministerio Público, el crimen del empresario Pérez Algaba fue cometido por una deuda de 50.000 dólares y 17 terrenos que Pilepich debía entregarle a la víctima, quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio pasado hasta el predio “Renacer” de General Rodríguez a encontrarse con él.
La desaparición del empresario fue denunciada al día siguiente por la dueña de un departamento de Ituzaingó que la víctima había alquilado de manera temporal. Al no tener noticias suyas, la mujer se presentó en una comisaría para radicar un pedido de averiguación de paradero.
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