A.S.R., de 38 años, ex empleado de una conocida cadena de supermercados, vecino de Constitución, fue arrestado en febrero pasado por la Policía de la Ciudad. Las autoridades habían detectado su negocio, que ofrecía a través de un simple blog. Filmaba mujeres al caminar, principalmente adolescentes, algunas de 14 años de edad. Realizaba tomas osadas: lograba colocar su cámara por debajo de sus polleras, para lograr planos de su ropa interior.
Luego, vendía los videos en su sitio, literalmente un blog, a la vista de cualquiera.
El hombre era un autor prolífico. Entre mayo de 2022 y febrero último, realizó 54 posteos de material original, con visitantes con direcciones IP de países como Alemania, Portugal, Estados Unidos, México y España. Por lo visto, A.S.R era reconocido en la escena local de pervertidos por su contenido. “¿Quién dijo que me había ido?”, escribió en el posteo original. “Una caza de las que más recuerdo, no porque se trataba de algo espectacular, sino por el momento de adrenalina, una teen saliendo del colegio, la empecé a custodiar unas cuadras, hasta que se aviva y se da cuenta de mi cámara, y empieza a relojear”, afirmó en una siguiente entrada al recordar una excursión callejera.
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Otro post con un texto ilustrativo data del 31 de enero último. El texto dice:
“Jovencita adolescente. ¿Años? Lo dejamos ahí, jaja. Ella aprovechaba el semáforo pasa subirse esa calza más y más, custodiada por su madre El valor es igual que todos, 100 pesos, el procedimiento de descarga es igual que los anteriores.
“Duración: 3:02. Tamaño: 642 MB. Resolución: 1920x1080″, concluye el posteo.
Finalmente, A.S.R. adjuntaba el link de pago. Era, virtualmente, una pyme de la pedofilia: la Justicia luego determinó que el acusado recibió 200 pagos distintos.
Su blog fue su ruina. La presencia online llevó a una denuncia de la UFECI, a cargo del fiscal Horacio Azzolin, con procedimientos a cargo de la División Investigaciones Especiales de la Dirección Investigación y Prevención de Delitos Tecnológicos de la Policía de la Ciudad.
El juez Martín Yadarola, que subroga el Juzgado N°38, procesó con prisión preventiva al acusado a fines de febrero por los delitos de producción y tenencia de material sexual infantil, agravado por la edad de sus víctimas, una decisión que fue confirmada por la Sala VII de la Cámara Criminal y Correccional, con los jueces Mariano Scotto y Rodolfo Pociello Argerich.
Hoy, A.S.R. enfrenta en juicio al Tribunal Oral N°13, con una imputación llevada adelante por el fiscal Aldo de La Fuente. La fiscal de instrucción del expediente, Mónica Cuñarro, pidió que se eleve a juicio la causa en su contra a fines de junio, un pedido que hoy la defensa del acusado disputa en Tribunales.
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En su planteo, Cuñarro relató una de las pruebas más escalofriantes del expediente. Entre los dispositivos del acusado, se hallaron “imágenes y videos de adolescentes vistiendo uniforme escolar en la vía pública y en fotos y filmaciones en las que se observa” a una en particular, que tenía 16 años al momento de las imágenes, tomadas entre 2018 y 2019.
Esa entonces menor fue identificada: vive en Santa Fe y declaró en la causa. Dijo haber conocido al hombre por Facebook a los 15, para comenzar una serie de videollamadas por WhatsApp. A.S.R. no le ocultó su edad: le dijo que tenía 26 años y que siempre trabajó en un supermercado y vivía con sus padres. Incluso, le regaló a la menor un celular para hablar entre ellos.
El hombre comenzó a pedirle fotos de partes específicas de su cuerpo: incluso realizaban videollamadas mientras ella se bañaba. A.S.R. grabó estas videollamadas: se masturbaba en video, a la vista de la menor. La menor consideraba a esto, dice el expediente, “una relación sana”.
El acusado incluso viajó a Santa Fe para conocerla, incluso intentó visitarla. No pudo, ya que la familia de la chica se opuso.
No fue la única menor con la que tuvo un contacto de este tipo. Tuvo otra víctima, que tenía 15 años en ese entonces. A.S.R. casi la doblaba en edad. Esta vez, el ex repositor fue más insidioso. “Fueron a Liniers, la llevó a tomar helado, le compró un ramo de flores y un peluche y le pidió que fueran novios. Entonces fueron a su casa y le solicitó a su mamá autorización para salir, quien lo aceptó”, asegura un documento de la causa.
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Con esta menor de edad que también declaró en la causa investigada por Yadarola y Cuñarro, el imputado tuvo encuentros en “telos”, según ella misma.
El pedófilo cortaba los vínculos con el tiempo. Una de las víctimas le dijo en un chat: “Yo no cambié, crecí nada más, pero aprendí que solo me querías porque te gustan las de 16″.
En paralelo, la Justicia halló en el archivo del acusado una carpeta literalmente llamada “PEDOFILIA”, que pesaba 14,4 gigas. Tenía 1063 archivos, principalmente imágenes de violaciones a chicos de entre 5 y 15 años, con una predilección por menores de Europa del Este.
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