Pidieron la captura internacional de los prófugos por el crimen del comerciante descuartizado y declaran los detenidos

Se trata de Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas, buscados por la muerte de Fernando Pérez Algaba. Los cuatro arrestados por el caso serán indagados hoy por el fiscal Marcelo Domínguez

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Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas
Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas están prófugos por el crimen de Fernando Pérez Algaba

El fiscal Marcelo Domínguez, que investiga el crimen de Fernando “Lechuga” Pérez Algaba, pidió la captura nacional e internacional de los principales imputados por el atroz homicidio del comerciante descuartizado que hoy están prófugos, indicaron fuentes judiciales a Infobae.

Se trata de Maximiliano Pilepich y Nahuel Vargas, dos ex amigos y socios de “Lechuga”. El titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 5 de Lomas de Zamora, envió un oficio a la Dirección Nacional de Migraciones para evitar que los prófugos salgan del país. En cuanto al pedido de captura, se espera que sea aprobado por el juez de Garantías del caso, Sebastián Monelos.

Pilepich y Vargas están imputados por el delito de homicidio cuádruplemente agravado por haber sido cometido mediante el uso de arma de fuego, con alevosía, por codicia y por el concurso premeditado de dos o más personas.

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En tanto, hoy serán indagados los cuatro detenidos por el homicidio: Matías Ezequiel Gil, Fernando Gastón Martín Carrizo, Luis Alberto Contreras y la gestora Flavia Lorena Bomrad, amiga de Pérez Algaba. Un testigo del caso reveló haber visto a Cooper, el perro de “Lechuga” en la casa de Contreras, uno de los detenidos y hermano de Alma Nicol Chamorro, la primera detenida del caso.

Bomrad, según fuentes del caso, fue la primera en la lista para presentarse ante el fiscal.

Fernando Pérez Algaba y su
Fernando Pérez Algaba y su perro Cooper

El móvil del crimen es, para Domínguez, una deuda por 50.000 dólares y 17 terrenos que el imputado Pilepich debía entregarle a la víctima, quien, con el fin de cobrarla, fue la tarde del 18 de julio hasta un predio de General Rodríguez a encontrarse con él.

Camino a ese campo, donde se cree pudo ser capturado y asesinado, “Lechuga” reconoció en un mensaje de audio que temía por su vida y la posibilidad de ser baleado, según las pruebas aludidas por el fiscal.

El fiscal aseveró que entre Pilepich y Pérez Algaba existía “una relación de amores y odio, en la que se advierte y se puede afirmar la existencia de discusiones peleas y amenazas que se efectuaban entre ambos”, e incluso hace mención a un antecedente en el que el ahora acusado “le había efectuado disparos de arma de fuego” a la víctima, aunque sin herirlo, en el mismo campo de General Rodríguez.

En un primer tramo de su acusación, el fiscal sostiene el agravante de un homicidio por “codicia” al entender “que existía una acreencia de la víctima para con Maximiliano Pilepich” y que el crimen ocurrió “luego de suscribir un documento de reconocimiento de deuda en una escribanía”.

Durante los operativos de ayer lunes, los efectivos de la Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora incautaron armas, teléfonos celulares y dispositivos electrónicos.

Alberto Contreras y Gastón Carrizo,
Alberto Contreras y Gastón Carrizo, detenidos por el crimen de Pérez Algaba

Además de los prófugos, la Policía Bonaerense busca la camioneta Mercedes Benz G500 de Pilepich, con que la se dirigió al predio “Renacer” y que tiene pedido de secuestro por parte de la fiscalía ante la sospecha de que pudo ser empleada para trasladar los restos de Pérez Algaba hasta el arroyo de Ingeniero Budge.

Para el fiscal, entre las 18 del 18 de julio y las 3 de la madrugada del 19, los acusados actuaron “de manera premeditada, entre sí y con una previa división de tareas”, para asesinar a “Lechuga” de dos disparos por la espalda.

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Flavia Bomrad, la gestora detenida
Flavia Bomrad, la gestora detenida por el crimen del comerciante

“Siguiendo con dicho plan criminal en lugar y en momento aún no determinado, seccionaron y embalaron el cuerpo de Fernando Alejandro Pérez Algaba y, previo a colocarlo en una valija de color roja con vivos negros de marca Brandy, en una mochila de color negra (...) y en un envoltorio confeccionado con bolsas de nylon negra, tipo consorcio, lo arrojaron en el Arroyo del Rey”, indicó el fiscal.

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