La gestora que fue detenida este lunes en el marco de la causa por el crimen de Fernando Pérez Algaba, el comerciante que apareció descuartizado en los alrededores de un arroyo de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, declaró en indagatoria ante el fiscal Marcelo Domínguez, y se despegó del homicidio, indicaron fuentes judiciales a Infobae.
Se trata de Flavia Lorena Bomrad, quien era, además, amiga de “Lechuga”. La mujer, que es legítima usuaria de armas de fuego, reconoció ser amante de Maximiliano Pilepich, el emprendedor inmobiliario que permanece prófugo como el principal implicado en el homicidio del trader.
En primer lugar, Bomrad dijo que se enteró de la denuncia por búsqueda de paradero a través de una notificación policial que le llegó por Facebook. Al principio no creyó que fuera real, hasta que un amigo en común le confirmó que “era verdad”. “Nos estaban llamando”, señaló.
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“Pasaron los días y pensamos que se había ido con la plata, como hacía siempre”, aseguró Bomrad sobre la desaparición de Pérez Algaba y al supuesto pago de una deuda de 150 mil dólares por parte de Pilepich y Nahuel Vargas, también prófugo. Esa operación se habría realizado en el predio de “Renacer”, en General Rodríguez, el 18 de julio pasado, de acuerdo a las declaraciones de Vargas y Pilepich. Ese fue el último registro con vida del comerciante.
A la gestora tampoco le llamó la atención que Fernando no contestara el teléfono, luego de ese día. “Siempre hacía eso, cobraba un dinero y se marchaba”, dijo y precisó que “no se comunicaba más con nadie hasta que él quisiera hacerlo”.
Además, aseguró que creía que estaba fuera del país, debido a que él mismo le había dicho que se iba a Barcelona y que la novia de “Lechuga” le mostró un pasaje con el mismo destino para el 19 de julio. Luego, se enteró por el hermano de la víctima que había aparecido un cuerpo en zona Sur.
Sobre la relación con el comerciante, contó que lo conoció “hace cuatro años” y, en ocasiones, cuidaba a “Cooper”, su perro, cuando se iba de viaje. Asimismo, mencionó cuando lo vio por última vez: el 7 de julio “Lechuga” había ido a su casa a comer, y al día siguiente volvió para entregarle un reloj que le había comprado.
En cuanto a la deuda que los prófugos tenían con la víctima, la mujer indicó: “Cuando Fernando vuelve para acá, se juntan ellos y arreglan que Maxi le iba a dar unos cuantos lotes del Predio Renacer en parte de pago”. Añadió que se iba a quedar con la camioneta Evoque blanca que Pilepich le había prestado para movilizarse, pero, como el vehículo estaba inhibido, esa operación no prosperó.
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De acuerdo a su versión, el 19 de julio pasado la llamó la novia de Pérez Algaba preocupada, por lo que ella y Pilepich resolvieron hacer una videollamada “para que se quedara tranquila”. “Quedamos todos con la idea de que se había ido con la plata”, afirmó sobre la conversación, una idea que repitió en el grupo de amigos del comerciante.
Por otro lado, defendió a Pilepich y Vargas, ambos con pedido de captura nacional e internacional por el crimen. “No les da el perfil para haber matado a Fernando”, sostuvo y dijo desconocer quién pudo hacerlo. “Le debía plata a todo el mundo”, remarcó sobre la víctima, y consideró que alguien pudo haberlo seguido o ido a buscar al campo y robado la plata.
Luego, la detenida admitió la existencia de una casa y un galpón en el lote que fueron demolidos antes de que llegaran los investigadores al pedio. La gestora negó saber que las “habían tirado abajo” y conformó que el 7 de julio pasado “ambas construcciones estaban en pie”. Una de las hipótesis de los investigadores es que la víctima fue asesinado y descuartizado en esas edificaciones.
Bomrad dijo que Pérez Algaba conocía el vínculo amoroso que tenía con el dueño de Renacer, el barrio cerrado en el que fue visto el comerciante por última vez el 18 de julio pasado. En ese sentido, y siempre de acuerdo a su versión, ella vio a Pilepich al día siguiente, cerca de las 14, cuando fueron a un hotel alojamiento de Morón. El empresario se movilizaba en la Mercedes Benz G500 que es buscada intensamente, ya que sospechan que en ese vehículo pudo haber sido trasladado el cuerpo de Pérez Algaba desde General Rodríguez a Ingeniero Budge.
En tanto, ante el fiscal la gestora explicó que su mascota había tenido cría en el auto y que, por esa razón, los investigadores encontraron manchas de sangre en su Ford Mondeo. Al mismo tiempo, dijo que el aro hallado en el vehículo podría ser de una de sus sobrinas.
Por último, señaló que el año pasado compró una pistola marca Bersa 9 milímetros por seguridad y que el arma “la había tomado Fernando porque se quería defender de Gustavo Iglesias”. El hombre mencionado es el supuesto barra de Boca cuyos audios con amenazas al comerciante por una deuda millonaria salieron a la luz en el marco de la causa por el crimen.
Bomrad fue imputada por el delito de homicidio cuádruplemente agravado por el empleo de arma de fuego, por concurso premeditado de dos o más personas, por alevosía, por placer, codicia, y falso testimonio. El resto de los detenidos por el crimen, Alberto Contreras, Matías Gil y Gastón Carrizo, se negaron a declarar.
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