Un hombre de 55 años fue condenado a cumplir prisión perpetua luego de que confesara haber sido el autor del doble femicidio de su ex pareja y la hija de la mujer. Los crímenes se perpetraron en febrero de este año en la capital de Neuquén. El acusado fue sometido a un proceso abreviado a raíz de su confesión y las contundentes pruebas que las autoridades recopilaron en su contra.
La Justicia resolvió sentenciar a Jorge Antonio Lagos a cumplir una condena perpetua por haber confesado su autoridad material en los asesinatos de su ex pareja, Norma Beatriz Morales (58 años), y la hija de ella, Luz Milagros Prieto (20 años) luego de que el femicida fuera detenido a pocas cuadras del domicilio de las víctimas que se ubicaba en la zona oeste de la capital neuquina cuando denunciaron la desaparición de las mujeres.
“Voy a ser breve porque, como ustedes bien saben, para este tipo de delitos nuestra legislación prevé una sola pena, que es indivisible, y que es la prisión perpetua”, mencionó el fiscal a cargo de la causa, Agustín García, durante la lectura de su alegato en la audiencia celebrada este viernes. Una vez finalizada la exposición del acusador, la defensa de Lagos y el abogado querellante aceptaron el pedido y el tribunal falló a favor de la pena solicitada.
A pesar de que los hechos ocurrieron durante la madrugada del 11 de febrero de este año, el juicio oral se realizó de manera abreviada después de que el acusado aceptara la culpabilidad de los cargos en la última audiencia que se llevó a cabo el pasado martes. No obstante, todavía deberá definirse un nuevo proceso para determinar si fue responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de Prieto.
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Ese sábado el condenado asesinó a las dos mujeres a puñaladas en la vivienda que ambas compartían en el barrio Los Hornitos. De acuerdo con los información de Télam, las autopsias realizadas a las víctimas determinaron que Morales contaba con, por lo menos, 50 lesiones, mientras que Prieto había fallecido producto de una hemorragia masiva provocada por los golpes y lesiones de arma blanca que presentaba.
Para ese momento, la relación de pareja que sostuvieron Morales y Lagos por el período de tres años había terminado a finales de 2022 pero, según los datos a los que accedió Infobae, tanto los familiares como vecinos de la zona eran conscientes de que el hombre había infligido violencia emocional contra ella, ya que solían escuchar las discusiones que tenían en el domicilio.
A pesar de que se comprobó que la víctima nunca llegó a denunciar a su ex pareja por violencia intrafamiliar, la Fiscalía constató que la mujer sufría acoso y hostigamiento desde que decidió separarse de él, debido a que el hombre no habría podido aceptar el final del vínculo amoroso.
Sin embargo, en las semanas previas al hecho, el femicida se quedó en su casa tras haberla convencido de que se encontraba en una mala situación económica y que no tenía en dónde vivir. De esta manera, Morales le había dado alojamiento mientras ella se encontraba de vacaciones y, para cuando regresó a la vivienda, se habría provocado una discusión porque no estaba dispuesto a irse del hogar.
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En cuanto a la reconstrucción de los hechos, los investigadores plantearon que Lagos había golpeado en la cabeza a la hija de su ex pareja mientras se encontraba dormida para poder someterla y presuntamente abusar sexualmente de ella. Finalmente, le propinó dos puñaladas, de las cuales una llegó a atravesarle el tórax hasta encontrar salida por la espalda. Esto le generó una hemorragia masiva que ocasionó su fallecimiento.
En ese sentido, la Fiscalía consideró que el homicidio de Morales ocurrió después del supuesto abuso contra Prieto, ya que la mujer habría intentado defender a su hija y como respuesta recibió unas 50 puñaladas repartidas entre el torso, rostro y los antebrazos, heridas que indicaron que la víctima había intentado defenderse.
Después de haber cometido los homicidios, el hombre decidió partir el cuerpo de su ex pareja en tres partes: la cabeza y los brazos fueron guardados en una bolsa, mientras que el resto fue encontrado al aire libre en un descampado localizado en la ciudad aledaña de Plottier.
El descubrimiento del macabro caso ocurrió ante la denuncia de la otra hija de la mujer, Laura, quien llamó a la policía para poder ingresar al domicilio de su madre luego de que ella y su hermana dejaran de comunicarse por celular. Una vez que los efectivos ingresaron a la propiedad se encontraron con Lagos, quien aseguró que se habían ido al velorio del padre de Luz, excusa que también brindó a los vecinos que ya habían comenzado a preguntar por las mujeres.
Ante la falta de credibilidad y la presión de los vecinos que se encontraban en la puerta de la vivienda, el femicida intentó escaparse a pie tras prometer que supuestamente los iba a llevar hasta la casa de funeraria, en donde se realizaba el sepelio ficticio.
Finalmente, los efectivos señalaron que el cuerpo desmembrado que habían hallado horas antes pertenecía a Morales luego de que notaran ciertas coincidencias entre este y las fotografías de la mujer que había en la casa, mientras que el cadáver de Prieto estaba envuelto en sábanas en su habitación. Se cree que el culpable tenía en mente deshacerse del cuerpo de la joven durante la madrugada, pero no llegó a concretarlo.
Ahora, el condenado deberá enfrentar un futuro juicio oral para determinar si fue culpable o no de los delitos de “abuso sexual con acceso carnal, en concurso real con homicidio triplemente agravado por ensañamiento, criminis causa y femicidio”, respecto a Prieto.
“Los estudios revelaron que la hija tiene lesiones en la zona genital previas a la muerte”, reveló uno de los forenses en una entrevista para LM Neuquén. Por su parte, en la confesión que realizó el acusado el martes negó haber sido el autor del presunto abuso tras ser cuestionado por los fiscales, pese a que señalaron que Morales contaba con presencia de semen en su cuerpo, pero sin signos de haber sido sometida a algún tipo de vejación.
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