Violento crimen de un profesor en Guernica: el sentido recuerdo de sus vecinos y un nuevo reclamo ante la inseguridad

Alrededor de 60 personas se reunieron a cinco cuadras del domicilio donde un grupo de delincuentes atacó a disparos a Nelson Peralta (56). Allí, exigieron justicia y mayor seguridad. “Lo de hoy le pudo haber pasado a cualquiera de nosotros”, expresaron

Vecinos del barrio Copenhague de Guernica pidieron justicia por el crimen de Nelson Peralta (Ariel Torres)

“Era un laburante de una familia muy buena y unida, un docente que se jubiló para descansar y estar con su padre. Hizo la casa con sus propias manos porque no podía pagar un albañil. Buscaron este lugar para tener una vida más tranquila. Una persona sana que a la tarde hacía sus caminatas y los sábados iba a jugar a la pelota”, recuerda con dolor uno de los allegados de Nelson Peralta (56), el docente jubilado que fue asesinado esta mañana por delincuentes que intentaron robar su casa en el barrio Copenhague de la localidad bonaerense de Guernica.

Junto a otros vecinos, el hombre salió a la calle para pedir justicia por el crimen. Hartos de la inseguridad, también exigió medidas de protección. “No es la primera casa que roban. Acá te entran, te encañonan, te llevan lo quieren y si te resistís, ahí termina tu vida. Eso es lo que nos toca vivir y nadie nos da bolilla”, dijo con indignación en diálogo con Infobae.

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Fueron alrededor de 60 las personas que se autoconvocaron en el cruce de la Ruta 210 y la calle Alaska, a unos 500 metros del domicilio donde ocurrió el homicidio. Allí, con carteles con la imagen de Nelson, gritaron varias veces: “¡Justicia!, ¡Justicia!, ¡Justicia!”. Algunos vehículos que circulaban por el único carril liberado en la mano sentido a provincia acompañaron con bocinazos. Tres patrulleros se presentaron para controlar la zona. “Vinieron porque están las cámaras, si no pasan de largo”, se quejó una joven.

Los vecinos autoconvocaron en la esquina de la Ruta 210 y la calle Alaska (Ariel Torres)

La manifestación se organizó para las 16. Hernán y Graciela fueron los primeros que llegaron para expresar su enfado por la situación de inseguridad. “Estamos cansados de los robos y los hurtos. Y lo de hoy fue el extremo, le pudo haber pasado a cualquiera de nosotros”, coincidió la pareja y reveló que también fue víctima de una entradera: “A nosotros nos entraron cuando no estábamos, nos abrieron el alambrado”. Ambos, además, recordaron otro caso reciente: “A un chico que se acababa de mudar al barrio lo golpearon y le sacaron las zapatillas y el celular. Después de eso se fue”.

El barrio Copenhague se ubica en el límite de Guernica con Alejandro Korn. Es un lugar que se caracteriza por sus casas quintas, lotes amplios y calles de tierras. Muchas viviendas están todavía en construcción. “Es un barrio de gente trabajadora, no somos pudientes”, describió Sabrina.

Con resignación, ella relató su angustiante experiencia a este medio: “El año pasado dos menores de edad me entraron a robar. Rompieron una reja. No sé cómo hacen, son totalmente sigilosos. Se llevaron una pava eléctrica, una motosierra y una televisión de 32 pulgadas. Quedó todo filmado y me enteré quiénes son. Hice la denuncia, pero como son menores entran y salen”.

El dolor en la manifestación (Ariel Torres)

El crimen del profesor de educación física ocurrió alrededor de las 5. Tres delincuentes que se movilizaban en dos vehículos entraron a su casa para robarle. Peralta se resistió y los asaltantes le dispararon. La víctima recibió ocho tiros de tres calibres diferentes. Una ambulancia lo trasladó luego a un hospital zonal, donde sufrió un paro cardiorrespiratorio y falleció.

El fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, titular de la UFI N°1 descentralizada de Presidente Perón, investiga el hecho bajo la calificación de tentativa de robo y homicidio, con tareas ordenadas a la DDI de La Plata de la Policía Bonaerense.

Fueron alrededor de 60 personas las que se reunieron para reclamar justicia (Ariel Torres)

Para Rocío, otra vecina de la zona, los delincuentes que atacaron a Peralta estaban “a la pesca” y dijo que a su familia la salvó la alarma de su casa, que se activó cuando su marido abrió la puerta para salir a trabajar.

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“A las 5 de la mañana sale mi marido de casa a trabajar y nos encontramos con dos vehículos donde estaban los delincuentes. Cuando mi marido sale, suena la alarma de mi casa y los delincuentes se dirigen hacia la casa de Nelson”, dijo al canal TN.

El barrio Copenhague se ubica en el límite de Guernica con Alejandro Korn (Ariel Torres)

Mientras los familiares de Nelson se encontraban atravesando el duelo reunidos en la vivienda donde sucedió la entradera (pidieron a los medios respetar la privacidad), entre los manifestantes que cortaban la calle se apilaron los relatos de robos. “La mayoría son cuando no hay nadie en las casas”, agregó una joven.

La ruta, con varias paradas de colectivos, es la zona caliente. “A los chicos cuando bajan acá los arrebatan y les sacan los celulares”, aseguró otra mujer que hace 20 años vive en Copenhague y señaló que los ladrones siempre escapan en dirección a otro barrio cercano, llamado Parque Americano.

Los vecinos dicen que no funcionan las cámaras de vigilancia que instaló el Municipio, que no se ven patrulleros y que se sienten desprotegidos. “Al ser un barrio ubicado entre dos municipios y al estar alejado del centro, no hay presencia policial y todo lo que tenemos es a costillas de los vecinos. Esta garita la hicimos nosotros para que los policías tuvieran un lugar donde estar. Pero no vienen. Estamos a la deriva”, lamentó la misma mujer.

La garita de seguridad edificada por los vecinos (Ariel Torres)

Frente al temor que sienten a diario, la gente apela a diferentes maneras para cuidarse entre sí. Crearon su propia red de ayuda mediante grupos de WhatsApp en los que se comparten denuncias y se mantienen siempre en alerta. Algunos también acordaron utilizar alarmas vecinales.

“Todos terminamos haciendo lo mismo. Ya es lo natural cuidarnos, como podemos, entre nosotros”, dijo Fanny, quien se acercó desde Alejandro Korn para sumarse a los reclamos.

“Queremos vivir en paz. Somos vecinos que no nos conocemos pero esto nos une. No estamos de acuerdo con cortar con la ruta, pero esto ya no se puede tolerar”, concluyó Lisandro.

(Ariel Torres)

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