El 18 de diciembre de 2022, en el mismo día que Lionel Messi y la Selección argentina humillaron a Francia en la final mundialista más épica de todos los tiempos, Vanesa Beatriz Quiroz, de 39 años, fue a saldar su cuenta pendiente.
Trabajaba en ese entonces en una panchería de la Avenida Libertador en Moreno. Allí, también trabajaba otra mujer, quince años más joven que ella.
En plena tarde, y en plena efervescencia, Vanesa la increpó en el local con el siguiente grito: “Hija de puta, te voy a matar, vos te comiste a mi marido”.
Así, tomó un cuchillo de 20 centímetros de largo que llevaba entre sus ropas y la apuñaló, le dio una estocada tras otra. Fue por el abdomen, el golpe más fuerte de todos, mientras le gritaba y la insultaba. Comenzó a patearla ya en el suelo, con la tercera Copa del Mundo ya ganada.
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Vanesa escapó, luego de que un hombre apareció para tomarla del brazo para correr juntos. Se perdieron en el tumulto argentino que celebraba en la calle. Su víctima se desvaneció al perder tanta sangre, pero no murió. La asistieron transeúntes que pasaban. Uno de ellos la llevó en su auto al hospital más cercano, donde le salvaron la vida.
La víctima no salió indemne. A causa del ataque, la mujer perdió un riñón.
Ayer, Vanesa finalmente fue detenida. Una brigada de detectives de elite de la División Homicidios de la PFA la capturó en Balvanera, en la avenida Bartolomé Mitre al 2900, por orden del fiscal Federico Soñora y la jueza Cecilia Ardohain, mientras esperaba para subirse al colectivo 68, luego de un seguimiento y vigilancia.
Este mes, los mismos detectives capturaron a Miguel Ángel Duarte Obelar, “El Nani”, ex empleado de una empresa de limpieza, que logró permanecer prófugo por más de siete años, acusado de matar de 8 tiros al uruguayo Arturo Wilman Cardozo (50), un conocido dealer del barrio porteño de La Boca.
La salvaje ejecución ocurrió en la esquina de las calles Olavarría y Necochea. Allí, de acuerdo con lo que indicaron fuentes policiales a Infobae, Cardozo mantuvo una fuerte discusión con los dos hombres hasta que uno de ellos sacó un arma y le disparó a quemarropa. El dealer uruguayo quedó tendido en el piso y luego fue trasladado al Hospital Argerich, donde finalmente murió.
Los asesinos, por su parte, huyeron de la escena con rumbo desconocido.
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