Facundo Molares Schoenfeld, de 47 años, murió este jueves por la tarde tras sufrir un paro cardíaco en el Obelisco porteño, en el marco de una manifestación de la izquierda. El militante, fotoperiodista y ex combatiente de las FARC, había estado un año preso en Bolivia y ocho meses en la Unidad Penitenciaria Federal Nº 6 de Ezeiza. Durante más de media hora se le realizaron maniobras de reanimación hasta que se constató el fallecimiento en el Hospital Ramos Mejía.
“Las causas del deceso se relacionan con un paro cardíaco producto de factores de riesgo. El cuerpo fue trasladado a la morgue judicial para la autopsia correspondiente”, detallaron fuentes del gobierno porteño.
Molares Schoenfeld se crió y vivió en la localidad bonaerense de José C. Paz, hasta que en su adolescencia su familia decidió instalarse en Trevelin, en la provincia de Chubut, donde terminó la escuela secundaria. Según contó su padre, Hugo Molares, juez de Paz de Trevelin, decía que quería ser como Ernesto Che Guevara. Comenzó a militar en la Juventud Comunista, y su actividad lo llevó a recorrer Ecuador, Cuba, Paraguay, Brasil, Perú, Chile y Bolivia, hasta llegar a Colombia. Allí se sumó a las filas de las FARC, donde sus compañeros lo apodaron “Camilo el Argentino”.
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En noviembre de 2019, cuando se desencadenó en Bolivia el golpe de Estado contra el entonces presidente Evo Morales, Facundo Molares fue tentado por unos colegas fotógrafos “para cubrir” los acontecimientos. Durante la cobertura recibió tres disparos, perdió el 80% de la visión de su ojo derecho y permaneció internado y en coma durante 23 días.
“Hubo coincidencias que me perjudicaron. Esos días Evo Morales estaba Buenos Aries y había dicho que frente a la desobediencia constitucional de las fuerzas armadas debía formarse una milicia popular. Les caí como anillo al dedo”, explicó en un reportaje a Télam, el 30 de julio pasado, sobre el año que estuvo detenido y con prisión preventiva en la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro, durante el Gobierno de facto de Jeanine Áñez.
Un mes después de la salida de Áñez, y luego del alegato a su favor que realizó el cónsul argentino Roberto Dupuy, el reportero gráfico recuperó la libertad en Bolivia el 2 de diciembre del 2020.
Molares regresó al país y se radicó en la casa de su padre, en la localidad de Trevelin, donde intentaba rehacer su vida hasta que el 7 de noviembre de 2021 fue detenido por la Policía Federal a partir de una orden de Interpol, en base a un pedido de arresto del Poder Judicial de Colombia.
El ex FARC era acusado del secuestro del concejal Armando Acuña, cometido el 25 de marzo de 2009 en el municipio de Garzón, y pasó casi ocho meses preso en la Unidad Penitenciaria Federal Nº 6 de Ezeiza a la espera del veredicto del juicio por su extradición al país cafetero.
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El pedido emitido por las autoridades colombianas desde la Fiscalía 162 Especializada DECOD Florencia incluía las calificaciones de secuestro extorsivo agravado, fabricación, tráfico y porte de armas y municiones de uso restringido, uso privativo de fuerzas armadas y uso ilegal de uniformes e insignias.
“Los hechos por los que se me acusaba tenían que ver con el conflicto armado y eso lo puede investigar sólo la Jurisdicción Especial para la Paz (el órgano judicial colombiano que medió en los Acuerdos de Paz)”, recordó Molares en diálogo con Télam.
El viernes 8 de julio de 2021 los abogados de Molares, Gustavo Franquet y Eduardo Soares, que integran La Gremial de Abogados, fueron notificados por la JEP de su rechazo al pedido de extradición, lo que provocó que el 29 de julio del 2022 el juez federal de Esquel, Guido Otranto, ordenara finalmente su excarcelación.
“Quiero agradecer a todos los que han ayudado”, dijo Molares al recuperar su libertad tras meses de detención en Ezeiza.
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Ese día, ante miembros de las organizaciones sociales y de derechos humanos que se acercaron a la salida del penal, Molares expresó su satisfacción por “contar con un pueblo, organizaciones y familias con la fuerza suficiente para triunfar” y exhortó a “seguir adelante en la lucha hasta que nuestro pueblo sea digno y feliz, hasta que nuestro país y el mundo vivamos en armonía y fraternidad”.
Tras conocerse la noticia del fallecimiento del reportero gráfico, desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) repudiaron las circunstancias a través de sus redes sociales.
“El militante y fotorreportero Facundo Molares murió como consecuencia de la represión de la policía de la Ciudad a una manifestación en el Obelisco. Los efectivos avanzaron sobre quienes se manifestaban en la explanada de la Plaza de la República y comenzaron a golpearlos. Luego los aprisionaron contra el suelo. En ese momento se descompuso Molares. La muerte de Facundo, a quien conocíamos, es irreparable. Acompañamos a sus familiares y compañeres en este momento tan doloroso”, escribieron.
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