Daiana había llevado este miércoles a la mañana a sus hijos a estudiar, como cualquier otro día. Dejó al más chico en el jardín, pero al grande, que cursa el sexto año, no le permitieron ingresar a la escuela Almafuerte N°60 de Lanús Oeste. “Me acerqué a ver por qué y me encontré con esta situación”, contó la mujer, que es enfermera. Enseguida se enteró de lo que le había pasado a Morena Domínguez, la nena de 11 años que fue atacada salvajemente por motochorros.
“Una mamá me vio llegar y me dijo: ‘¡Vos sos enfermera, vení!’. Me avisó que había una nena descompensada, pensé que era por los nervios de la situación. Entré a verla. En la escuela estaban todos preocupados, nadie sabía qué hacer”, relató Daiana en diálogo con Infobae.
Y continuó: “Ella estaba acostada en un pupitre, inconsciente. Entonces lo primero que hice fue acostarla en el piso y le empecé a hacer RCP. Pero no hubo reacción ante las compresiones. En eso pasaron entre 5 y 10 minutos y llegó la ambulancia. Intervinieron los médicos, le pusieron el desfibrilador, la intubaron para pasarle oxígeno, pero siguió sin responder”.
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Ante este escenario, a Morena la subieron a la ambulancia y la trasladaron al Hospital Evita. Daiana la acompañó en el trayecto. “En todo momento la nena estuvo inconsciente”, reveló la enfermera, que no alcanzó a observar heridas en el cuerpo de la víctima: “Otras mamás dijeron que tenía raspones en la espalda y en la rodilla, pero yo no se las vi”.
Karina, otra madre de un alumno de sexto año, también presenció la desesperante situación. Ella fue una de las primeras que asistió a Morena. “Llegamos al colegio 7.30. La nena se bajó del colectivo y la arrastraron los delincuentes. Un vecino la levantó y la llevó al colegio, la pusimos en un pupitre. Nadie sabía qué hacer hasta que vino la enfermera y le hizo RCP. Después llegó la ambulancia, pero ya habían pasado 40 minutos”, contó la mujer a este medio.
Karina participó de la movilización por el crimen y, al igual que varios vecinos, reclamó por la inseguridad en la zona. “Esto ya viene pasando desde hace tiempo. A la maestra de mi nene hace unos días le robaron el celular cuando llegaba. Hace rato que estamos mal. En las otras escuelas pasa lo mismo. Por eso la bronca con la comisaría. Esto se pudo haber evitado con la presencia de un patrullero”, dijo enojada.
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Horas después del crimen, los vecinos e integrantes de la comunidad educativa de la escuela se movilizaron unas 11 cuadras desde el colegio hasta la Comisaría Quinta para reclamar justicia por el asesinato.
Como medida de seguridad, desde antes de que se iniciara la marcha, la dependencia policial fue vallada. Esto provocó el enojo de la gente. “¡Den la cara!”, “¡Queremos a los responsables!”, “¡Que venga el comisario!”, fueron algunos de los gritos que se escucharon frente al cordón de uniformados apostado en el lugar.
A pesar de que algunos manifestantes intentaban calmar los ánimos de otros visiblemente enfurecidos, comenzaron los disturbios con la Policía. Hubo empujones, piedrazos, forcejeos y corridas.
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Fueron alrededor de 40 personas, entre adultos y menores, las que arremetieron contra los policías. Algunos lanzaron elementos contundentes y uno tomó un trípode de una de las cámaras de televisión y tiró varios golpes contra los escudos de los oficiales.
Como consecuencia de los incidentes, una joven resultó herida: uno de los objetos que volaron por el aire impactó en su cabeza y debió ser traslada en un auto particular a un centro de salud. Además, al menos, un policía resultó lesionado.
El escenario de tensión continuó durante varias horas. Los manifestantes se marcharon al caer la noche, cuando se conoció cómo murió Morena: a causa de un shock hipovolémico tras una lesión en el hígado y en uno de los riñones.
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