Cinco detenidos escaparon de la Comisaría 1ª de Avellaneda el pasado 16 de abril. Su fuga no fue gran cosa, nada cinematográfico. Apenas tuvieron que limar los barrotes para irse por los techos. Entre ellos estaban Lucas Raúl Daniel Verón, de 21 años, y su hermano Alan Ariel, de 23 y que dijo ser changarín. Los dos estaban encerrados por el delito de robo en poblado y en banda.
Con domicilio fijado en un conventillo en la calle Suárez, en el barrio porteño de La Boca, ambos ya estaban bajo prisión preventiva desde febrero. No debían estar en una comisaría, sino en una cárcel pero la sobrepoblación penitenciaria suele mantener a los detenidos en celdas policiales mucho más de lo que corresponde.
Así, escaparon. El Juzgado de Garantías N°2, a cargo de su expediente, pidió su captura nacional e internacional, con oficios librados a Interpol y a todas las fuerzas de seguridad.
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Alan, el mayor, fue el primero en caer. La División Barrios de la Policía de la Ciudad se lo llevó en la Villa Zavaleta, en el barrio porteño de Barracas, el 26 de junio pasado cuando, perseguido, vio las luces del patrullero y corrió. Encontraron sus causas previas cuando lo ficharon. Databan al menos desde 2018: atentado contra la autoridad, resistencia y dos expedientes por tenencia de arma de guerra.
El último fin de semana, la misma división de la Fuerza porteña encontró a Lucas, también en la Zavaleta. Un poco más picante que su hermano mayor, ciertamente con otro temperamento, se cruzó con la Policía de la Ciudad cuando patrullaban la manzana 25. Según la historia relatada por los agentes ese día, vieron que llevaba algo que se parecía a un arma. Entonces, lo persiguieron. Al correr, el sospechoso les apuntó. Los policías dispararon. Nadie resultó herido, no por el momento.
Tal como cuando escapó en la Comisaría 1ª, Lucas se fue por los techos. El ataque continuó, con fuego de ambos lados. Verón terminó herido, recibió un tiro en la pierna derecha. Lo atendieron bajo arresto en el Hospital Penna.
Allí, al ficharlo, también descubrieron que tenía pedido de captura por tentativa de homicidio. El blanco en este caso llamó la atención: era Nicolás Silva Ames, alias “El Tío Ricky”, uno de los principales laderos del capo narco peruano Raúl Martín “Dumbo” Martínez Maylli, jefe del barrio Padre Mugica en Villa Lugano y la Villa 1-11-14, detenido en octubre de 2022 en Perú.
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“Tío Ricky” fue detenido en octubre de 2022. Resultó ser la pareja de Mayra Villantoy, sobrina de “Dumbo”, arrestada también en aquel mes.
Ya presos, ambos se negaron a declarar ante el juez Julián Ercolini. Los investigadores que los persiguieron sostienen que planeaban un ataque contra una banda rival en el barrio porteño de Villa Lugano. No iban a tirarles con pistolas, según las escuchas del caso, sino con granadas.
En su país, “Dumbo” fue hallado por la PFA en la zona de Parque San Silvestre, en San Juan de Lurigancho, a metros de una comisaría. Según confirmaron fuentes del expediente, una serie de internas en su banda que motivaron viajes de sus cómplices a Lima permitieron llegar hasta él.
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