Una vecina de la localidad cordobesa de Paso Viejo, donde Joaquín Paredes -de 15 años- murió asesinado durante un operativo policial realizado en octubre de 2020 durante el aislamiento social por la pandemia de COVID-19, aseguró que vio “más de 60 vainas” en el predio donde murió el adolescente.
La mujer, identificada como Milagros Farías, declaró este martes en el marco de la segunda semana del juicio que busca dilucidar la responsabilidad de seis efectivos en el crimen.
Los imputados sometidos a juicio son Maykel Mercedes López (25), el único detenido como presunto autor de los disparos mortales; Iván Alexis Luna (26); Enzo Ricardo Alvarado (29); Jorge Luis Gómez (34); Ronald Nicolás Fernández Aliendro (27); y Daniel Alberto Sosa Gallardo (43).
El próximo viernes se realizará la inspección ocular en el lugar de los hechos, donde la vecina señaló que vio las decenas de vainas.
También declaró Manuel Paredes, tío abuelo de la víctima, quien aseguró haber recibido “amenazas de muerte por parte de familiares de Alvarado, si procesaban a éste”.
Este miércoles habrá una nueva audiencia en la que se aguardan los testimonios de Carlos Julio Sánchez, Romina Rodríguez, Maribel Paredes, Marcos Barrera, Héctor Valenzuela y Julio Frías. Declararán ante el tribunal que está integrado por los jueces Ángel Francisco Andreu, Javier Rojo y Ricardo Arístides, y los jurados populares.
De acuerdo al avance de la investigación, López llegó al juicio acusado de ser el autor del “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” de Paredes, mientras que Luna está imputado de las “lesiones graves” del amigo del fallecido; Sosa Gallardo solo enfrenta cargos por “amenazas calificadas”, y Alvarado, Gómez y Aliendro por “omisión de los deberes” y “disparo de arma de fuego calificado”.
El caso
Todo sucedió en la madrugada del 25 de octubre cuando un grupo de policías se trasladó hasta la plaza de Paso Viejo luego de recibir la información sobre una reunión de jóvenes en ese lugar mientras regía el aislamiento social por la pandemia de coronavirus.
“Cinco efectivos, encabezados por el sargento Gómez, descendieron de los rodados, que quedaron con los motores y luces encendidos, con la finalidad de echar a los jóvenes del lugar haciéndolo de forma violenta y rodeándolos a pocos metros de distancia”, señala el requerimiento de elevación a juicio al que accedió Agencia Télam. En ese momento, se produjo una discusión con los jóvenes.
De acuerdo a la acusación, Aliendro llevó sus manos a la escopeta que portaba, al tiempo que les decía a los jóvenes que se retiraran del lugar. Ante esa actitud, los chicos comenzaron a discutir con el personal policial hasta que Aliendro “habría efectuado al menos uno o dos disparos al aire con cartuchos antitumulto compuestos con poliproyectiles o postas de goma”.
Minutos después el grupo de jóvenes se vio envuelto en una balacera. Dos proyectiles impactaron sobre dos jóvenes: uno sobre Joaquín, quien perdió la vida al instante; y otro sobre un amigo de la víctima a quien hirieron el brazo, por lo que tuvo que ser trasladado y asistido en un centro de salud pública.
Según las pericias realizadas, cuatro balazos se realizaron con el arma del agente Luna y tres con la de López. El balazo letal habría sido ejecutado por López. La elevación a juicio plantea también que el hecho fue en presencia del personal policial de mayor jerarquía y que fue un acto de “abuso de su condición de miembro de la fuerza de seguridad”.
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