El descampado de General Rodríguez que fue inspeccionado este lunes por la DDI de Lomas de Zamora puede esconder secretos que lleven al esclarecimiento del crimen de Fernando Pérez Algaba, el comerciante e improvisado trader que fue encontrado descuartizado en una valija, en una mochila y en bolsas de residuos en un arroyo de la localidad de Ingeniero Budge. El ingreso de un Mercedes Benz a ese predio el día que se lo vio con vida por última vez y la desaparición de los tres celulares que usaba la víctima le han agregado más misterio al caso, pero al mismo tiempo, más elementos para investigar.
Fuentes del caso indicaron a Infobae que los agentes que inspeccionaron el descampado de General Rodríguez visualizaron en cámaras de seguridad del predio el arribo de la camioneta Land Rover Evoque blanca en la que se movilizaba Pérez Algaba, alias “Lechuga”. Las imágenes corresponden al 18 de julio pasado, un día antes de que fuera denunciada su desaparición.
A ese sitio llegaron los detectives luego de la declaración espontánea de Maximiliano Pilepich, un desarrollador inmobiliario que mantenía una disputa con la víctima por una deuda de 150 mil dólares, según él mismo declaró al entregar el viernes pasado la camioneta Land Rober en la sede de la DDI de Lomas de Zamora.
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En esa oportunidad, Pilepich -que le había prestado la Land Rover a “Lechuga”- dijo que le entregó parte del dinero adeudado (75 mil dólares) en una escribanía de Castelar y que completó la suma total en el descampado rastrillado este lunes. De acuerdo a los dichos del empresario de la construcción, compartía la deuda con un amigo suyo, Nahuel Vargas.
Según su versión, el comerciante asesinado llegó ese 18 de julio al punto de encuentro de General Rodríguez junto a Vargas en la camioneta. Pero no habló del Mercedes Benz de color oscuro que entró al mismo tiempo al descampado y que tomaron las cámaras de seguridad.
De acuerdo a las fuentes del caso, el fiscal Marcelo Domínguez solicitó a una empresa de seguimiento satelital su ubicación actual. Mientras se espera ese informe, parte de la información dada a conocer por Pilepich fue constatada por una pericia que confirmó que uno de los celulares de Pérez Algaba se activó por última vez en General Rodríguez.
En tanto, el fiscal Domínguez espera el resultado del análisis a una mancha biológica que fue encontrada en ese mismo descampado en un contenedor que guardaba herramientas, agregaron las fuentes. Al mismo tiempo, buscan dar con el arma con la que le dispararon por la espalda.
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Además, las fuentes indicaron que los investigadores hallaron dos manchas que serán analizadas para comprobar si se trata de sangre.
Por otro lado, los investigadores buscan los tres celulares de la víctima. “Uno tenía línea de Estados Unidos, otro de Europa y el tercero de argentina”, precisaron. Los aparatos no fueron encontrados en el primer allanamiento en el departamento que alquiló de forma temporaria en la localidad de Ituzaingó, y que fue realizado por orden del fiscal Marcelo Tavolaro, a cargo de la causa por averiguación de paradero.
Al mismo tiempo, notaron que faltaba su billetera con dinero y tarjetas de crédito. Pese a que la escena era desordenada, no había indicios de que el inquilino emprendiera un viaje, tal como lo declaró un amigo en sede policial. El testigo dijo que Pérez Algaba tenía pasaje para Barcelona para el 19 de julio a las 4. O sea, horas antes de que ingresara al predio de General Rodríguez.
En tanto, se pidió colaboración a fuerzas federales para la apertura de una notebook y un Ipad de Apple, hallados en la propiedad alquilada temporalmente por la víctima.
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Las fuentes indicaron que “Lechuga” había aumentado de peso y estaba abrumado por las deudas que había contraído en los últimos meses y no podía saldar.
Este martes, el abogado de la familia de la víctima, Sebastián Quejeiro, se reunió con el fiscal y con jefes de la DDI que investiga el caso. Esta noche, dará una conferencia de prensa junto a su socio Javier Baños.
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