Detuvieron a la pareja de Nicole Okonski, la agente de la Policía de la Ciudad que fue hallada muerta con un disparo en el pecho en la localidad bonaerense de Garín. En un primer momento, los investigadores barajaron la posibilidad de que se trate de un suicidio, pero ahora el hombre fue imputado por femicidio.
El acusado es Walter Samuel Rivero, de 30 años, padre de la hija de la víctima y quien también forma parte de la fuerza de seguridad porteña. Luego del crimen, la familia denunció en reiteradas oportunidades que Okonski era víctima de violencia de género, pero no existían antecedentes que permitieran avanzar con esa línea investigativa.
Sin embargo, la fiscal Mabel Amoretti, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Escobar, que lleva adelante el caso, solicitó la detención del hombre al juez de Garantías Luciano Martino luego de acceder a una prueba clave que lo incriminaría como autor del crimen.
De acuerdo con la información a la que pudo acceder Télam, Amoretti tomó como determinante la pericia de microbarrido electrónico que dio positivo, es decir que estableció que en las manos de Rivero había partículas provenientes de la deflagración por disparo de arma de fuego. En consecuencia, fue aprehendido e imputado bajo el cargo de “homicidio doblemente agravado calificado por el vínculo de pareja y por ser un hombre contra una mujer mediando violencia de género”. La pareja de la víctima se negó a declarar en la audiencia indagatoria y continuará detenido a disposición de la Justicia.
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Nicole Okonski fue encontrada muerta el pasado 27 de junio cuando el personal del Comando Patrulla del partido de Escobar se hizo presente en el domicilio en el que vivía la mujer. Al llegar, vieron el cuerpo de la joven con una herida de arma de fuego en el tórax.
Rivero estaba también en la escena del crimen; en ese momento, les dijo a los oficiales que, luego de tener una discusión de pareja, la mujer tomó su arma reglamentaria y se efectuó un disparo en el pecho. Con este relato, la Justicia barajó la hipótesis de un suicidio. De igual forma, la causa se inició como una “averiguación de causales de muerte”.
La Policía Científica trabajó en el lugar supervisada por la fiscal. Así, pudieron confirmar que el cadáver tenía un orificio de salida de una bala de 9 milímetros en el arco costal posterior.
Además, se secuestraron dos armas reglamentarias: una Pietro Beretta PX4 y una Bersa Thunder Pro, provistas por la fuerza de seguridad porteña a Nicole y a su pareja; los celulares de ambos.
Pese a las primeras declaraciones del hombre, la familia y personas allegadas a la víctima descartaron desde un inicio que la muerte de Nicole se haya tratado de un suicidio, puesto que su madre aseguró: “Jamás mi hija se hubiera suicidado, amaba demasiado a su hija”.
Antes de tener conocimiento de la detención de Rivero, la señora contó a Telefé que en una oportunidad “él la agarró del cuello y la golpeó contra la pared”, incluso, “le llegó a mandar mensajes a las amigas”. Sobre la falta de antecedentes, la mujer relató que él le había pedido a su hija que no lo denunciara.
“Triste es saber que esa bebé no va a tener un solo recuerdo propio vivido con su mamá. Walter Rivero la mató, la asesinó, le quitó la vida, el presente y el futuro. Le quitó el poder de ser escuchada”, expresó en su momento.
En esa línea, Sol Martínez, una de sus amigas, aseguró en sus redes sociales que “Nicole no se mató”. “Amaba vivir, amaba a su hija, amaba su profesión, Nicole no se suicidó, justicia por ella y por su bebé”, pidió luego de ratificar que la joven sufría violencia de género.
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