Valentina Froidevaux tiene 26 años y es una apasionada por el crossfit. Todas las semanas asiste al gimnasio “Horus”, ubicado en pleno centro de la ciudad de Rencoquista, al nordeste de la provincia de Santa Fe, para realizar el deporte que le cambió la vida, tal como ella misma asegura en uno de sus últimos posteos en la red social Instagram. Por comodidad, ella siempre realizaba los cinco kilómetros que separan su casa del lugar de entrenamiento a bordo de su motocicleta, pero el pasado miércoles por la noche un ladrón robó su vehículo mientras ella se ejercitaba. Sin embargo, su pesadilla no terminó ahí: como si fuera poco, fue víctima de un intento de estafa cuando intentaba recuperar su moto.
En diálogo con Infobae, Valentina contó que siempre estacionaba en esa misma esquina, a pesar de que un año y medio atrás le sustrajeron otra moto en ese mismo lugar. “La moto nueva 0km me la compré en enero 2022, a unas semanas de que me hayan robado la anterior porque no tenía cómo moverme”, explicó.
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De acuerdo a las imágenes captadas por una cámara de seguridad apostada en la puerta del gimnasio, el robo de la Guerrero Trip 110 cc. de Valentina ocurrió en la intersección de las calles Rivadavia y General Obligado a las 20:18 del pasado miércoles, apenas unos minutos después de que la víctima comenzara su clase de crossfit. Con una tranquilidad absoluta, el delincuente aguardó hasta que no hubiera testigos a la vista, se subió a la moto de color rojo y se dio a la fuga como si nada hubiera pasado.
Pero lo que nunca hubiera imaginado Valentina es que, tras sufrir el segundo robo de una motocicleta, también sería víctima de un intento de estafa por parte de un hombre que vio sus publicaciones en redes sociales denunciando el hurto, y quiso sacar provecho económico de la desesperación de la joven. “Me robaron la moto y al publicarlo en las redes sociales, contactaron mi número personas equis que aparentemente se dedican a estafar con el mismo cuento. Me llaman por número privado diciendo que son dueños de un desarmadero, que compraron mi moto y que me la van a devolver por 40 mil pesos”, contó a este medio con evidente angustia.
Ante la necesidad de recuperar su moto, Valentina accedió a entregar la suma de dinero que le exigía el supuesto delincuente. Primero le pidió que transfiriera $5.000 a la cuenta de Mercado Pago de su mujer, y luego otro depósito por la misma suma. “Y el resto tenía que ser en efectivo y entregado en una bolsa transparente en el momento en que supuestamente me iban a dar la mano”, contó. El relato indicaba que la moto iba a ser entregada por la mujer del delincuente, embarazada y con color de ropa rosa.
Sin embargo, cuando Valentina se dirigía al supuesto punto de encuentro acompañada por su madre y el marido de ella, el falso ladrón continuaba exigiendo transferencias de dinero para no quemar la motocicleta “que no le servía para nada”, según decía vía telefónica. “Al negarnos a seguir enviando dinero, después de 40 minutos con la llamada en línea me cortó”, indicó la víctima.
“Busqué efectivo, tuvimos que manejar para llegar a un lugar y obviamente darnos cuenta que era una mentira. A partir de las 5 de la mañana -de ayer-, empieza a llamarme a mí y al número de mi mamá sin parar hasta el mediodia, diciendo que él la robó y que la iba a prender fuego. Pero bueno, en la desesperación uno hace cosas que no tienen lógica”, lamentó tras darse cuenta que estaba siendo blanco de una estafa.
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Tras vivir horas de desesperación y tensión, Valentina se dirigió a la Comisaría 1a de Reconquista y radicó la denuncia. También se presentó en el centro de monitoreo desde donde se manejan todas las cámaras de seguridad de la ciudad, pero no es muy optimista en recuperar su moto. “Es una loteria, roban motos como si fuesen caramelos, y si yo no me muevo a pedir cámaras de vecinos, la policía no lo hace. Hay que ser insistentes para que no se olviden al otro día de tu caso”, aseguró.
A pesar de su manifiesto pesimismo, ayer Valentina fue notificada sobre la aparición de la cámara de una vecina que, según los investigadores, podría ser “de gran ayuda” para saber el paradero de su moto. Aún así, ella continúa firme con su postura. “Yo la verdad que la doy por perdida, encuentran una en un millón”, concluyó.
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