El martes, casi a última hora, el área de Dactiloscopía de la Policía Científica de la Bonaerense confirmó que la persona descuartizada encontrada dos días antes en un arroyo de la localidad de Ingeniero Budge dos días era Fernando “Lechuga” Pérez Algaba, un comerciante de 41 años dedicado a la compraventa de autos.
Sin embargo, esa no fue la única noticia. Casi en paralelo, las fuentes judiciales y policiales indicaron que por el crimen había una persona detenida. Se trata de Nicole Alma Chamorro, una mujer trans de 35 años, quien -según la investigación- había robado tiempo atrás la valija roja en la que estaban las extremidades de la víctima.
Para el fiscal Marcelo Domínguez, titular de la UFI N°5 de Lomas de Zamora, la mujer fue partícipe necesaria en el asesinato y por eso aún permanece bajo arresto, su primera entrada en una cárcel bonaerense. Los detalles con exactitud del rol que presuntamente cumplió en el hecho todavía son materia de investigación. Se desconoce qué papel habría jugado en la trama del crimen.
De acuerdo con fuentes judiciales, la valija había sido sustraída por la sospechosa del domicilio de sus hermanos, quienes, precisamente, son los titulares de los documentos que fueron encontrados junto a los restos de la víctima. Ese nexo es lo que la tiene por el momento como la única imputada en la causa. Al presentarse ante el fiscal, optó por negarse a declarar.
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Infobae dialogó esta mañana con Marcelo Eduardo Ponce, el abogado defensor de Chamorro, quien indicó que recién ayer se constituyó dentro del expediente y que va a entrevistarse después del mediodía de hoy con su clienta en la Alcaidía Departamental Roberto Pettinato, en La Plata, lugar al que fue trasladada ayer después de que la detención fuera convalidada por el juez de Garantías Sebastián Monelos.
En ese sentido, el letrado contó que hasta ahora pudo hablar con Chamorro durante dos minutos. Fue ayer en horas de la madrugada en un breve encuentro, en el que la mujer -además de firmar los documentos necesarios que certifican a Ponce como su representante en el expediente- aseguró que “es completamente inocente” y “no recuerda haber tenido contacto” con la valija roja.
“No hablamos de la supuesta relación con Pérez Algaba. Además de los trámites de rigor, simplemente hablamos con ella para saber cómo estaba debido a su estado de salud. Negó cualquier vínculo con el crimen”, dijo.
Los rastros en el lugar donde la detuvieron
El abogado indicó que la mujer padece una patología en los riñones y que en este momento se encuentra en situación de calle. Pese a esto, la sospechosa fue detenida en un domicilio ubicado en la calle Murature al 3000.
Allí -señalaron altas fuentes con acceso al expediente- hallaron rastros biológicos que serán cotejados con ADN de la víctima la próxima semana. La mujer, en base datos oficiales, tiene registrados dos domicilios fiscales: uno en la calle Campana y el otro en la calle Andrés Bello. Ambos quedan muy cerca del lugar donde encontraron el cuerpo desmembrado.
El letrado señaló también que después de mantener el encuentro con la acusada. resolverá si presta o no declaración ante el fiscal.
Parte del cadáver de Pérez Algaba estaba en el interior de la valija, hallada en medio de una gran cantidad de basura. Los restos, además, estaban cuidadosamente embalados en una bolsa de consorcio. Su cabeza estaba dentro de una mochila que también fue encontrada en el lugar.
El descubrimiento del crimen y cómo lo mataron
Los primeros en ver el cuerpo fueron chicos que jugaban en el lugar, quienes dieron aviso a sus padres y luego toda la situación fue informada a la Policía. Minutos después, llegó al lugar un móvil de la Comisaría 10 de Lomas de Zamora y personal de la Policía Científica. Allí, pudieron comprobar que se trataba de dos brazos y dos piernas de un hombre, que pertenecían a una misma persona. Finalmente, tras drenar el canal, encontraron el torso y luego la cabeza.
Hasta ese momento no se sabía quién era. Poco más de 48 horas después se confirmó que se trataba del comerciante. Además de las huellas que levantaron los investigadores, fueron clave también para la identificación los tatuajes que lucía en las extremidades, cuyo cotejo con fotos de las redes sociales permitió ratificar que se trata de “Lechuga”.
La autopsia al cuerpo de la víctima, que fue realizada en la Morgue Judicial de Lomas de Zamora, determinó que Pérez Algaba falleció a consecuencia de las lesiones provocadas por dos disparos de arma de fuego que ingresaron en la zona de la espalda. También presentaba una herida cortante en la espalda y que fue realizada cuando la víctima ya había fallecido.
En lo que va de la investigación, el fiscal Domínguez recibió testimonios de algunos amigos de la víctima, quienes confirmaron que “Lechuga” tenía deudas con distintos acreedores, aunque ninguno pudo aportar información relativa a quién podría haber querido matarlo.
Pérez Algaba había llegado al país hacía poco, tras haber estado unos cuatro meses en Barcelona y luego en Miami. Sus conocidos refieren que se había escapado por las deudas que tenía, al tiempo que algunos refirieron que era “ludópata y hábil para los negocios”, y que esa adicción se acrecentó durante la pandemia del Covid-19, cuando la combinó con la compra de las cripto.
Para la fecha de su desaparición, el hombre de 41 años se movilizaba en una camioneta Land Rover Range Rover Evoque modelo 2012, que estaba a nombre de la empresa Antártida Compañía Argentina de Seguros S.A., y que por el momento no fue localizada. En el departamento que alquiló temporalmente en Ituzaingó tras su arribo al país, encontraron dos notebooks que serán peritadas y un certificado de su psiquiatra en el que se consigna que presentaba un cuadro depresivo y de ansiedad y le aconsejaba que viajara con su perro.
Se trata de un bull dog francés color beige, llamado Kupper, que luego del allanamiento, todavía no apareció.
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