A Gustavo Mac Dougall, tal como lo establece el procedimiento, los fiscales Claudio Oviedo y Marisa Monti le informaron que tenía derecho a comunicarse con un abogado y que podía solicitar una prórroga de 24 horas. También que podía elegir el silencio y abstenerse a declarar. Pero el sospechoso, sindicado como el jefe de la banda que asaltó y mató a Gabriel Izzo en su casa de San Antonio de Padua, comenzó a hablar.
Lo que dijo Mac Dougall, un pesado de la zona que estuvo preso en Marcos Paz por una causa de drogas y dueño de la pizzería “Lo de Cata”, sorprendió a todos en el despacho judicial: una confesión con la descripción de roles e identidades de cómplices.
“Llevé a cuatro personas a robar”, comenzó a contar sobre la madrugada del 9 de junio en la que mataron al empresario. “Me dijeron si yo los podía llevar para hacer un trabajo, una entradera, entraban y salían. Yo era el chofer”, admitió.
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Los investigadores sospechan que la declaración responde a una estrategia para despegarse del crimen al verse acorralado por las evidencias en la causa. Luego de pasar dos veces por la casa de Izzo, narró que ingresaron al domicilio. “Quedó uno solo adentro y se empezaron a escuchar un montón de disparos. Fueron ocho”, detalló Mac Dougall.
“De ahí me voy asustado con las otras tres personas, y después me enteré todo el desastre que pasó, el homicidio”, dijo. “Me asusté y me di a la fuga”, retomó. “Dejé el auto tirado en el negocio, dejé a los que estaban en el negocio, dejaron las cosas en el negocio, las armas, la mochila, yo me asusté y me fui”.
“Cuando me di cuenta de que estaba el allanamiento en el negocio, vi que estaban las armas, los relojes... Ahí me di cuenta de que estaban las cosas en el negocio”, se refirió de esta manera al procedimiento en el que los investigadores hallaron las evidencias en el comercio de Gervasio Pavón al 3500, de Castelar.
“Había uno que le decían ‘El Paraguayo’ que quedó adentro de la casa, yo pensé que lo habían matado, pero fue el que había disparado. Yo quiero colaborar con la investigación a pesar de tantos días que estuve prófugo, sin saber en qué me estaba metiendo”, amplió.
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Los fiscales, entonces, aquel 22 de junio, le preguntaron por los hombres que iban en el vehículo que manejaba. “Uno es Diego, ‘el Quiti’, ‘El Monarca’ y ‘El Paraguayo’”. El dato permitió identificar con rapidez a los hombres que participaron del crimen. Los dos primeros son los prófugos Diego Correa y Martín “El Quiti” Galarza; Jonathan Ricardo González, “El Monarca”, y Brigido Ayuxardo González, “El Paraguayo”, fueron capturados días atrás.
El pizzero precisó que Galarza, a quien conoció en Ituzaingó, resultó herido en el enfrentamiento con la víctima. “Tengo miedo de que me maten por estas declaraciones”, aseguró y agregó: “Estoy arrepentido por todo esto, no sé qué me pasó por la cabeza”.
Paso a paso
Asimismo, contó cómo fue la previa al robo. “Salí de la pizzería. Ellos vinieron como a la 1.30 de la mañana. Nos encontramos en la estación de Ituzaingó y fuimos para el negocio. Nos quedamos 20 minutos, compramos una gotita para las huellas. El paragua se puso gotita en los dedos, los otros tenían guantes de lana”.
Luego, partieron en el Gol gris de Mac Dougall -a nombre de Walter Rodríguez Sierra, alias “El Uruguayo”, el primer detenido del caso- hacia la casa de San Antonio de Padua. Dos de ellos, “El Paraguayo” y “El Monarca”, iban armados.
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Sobre la vivienda en la que vivía Izzo junto a Silvina Petinari dijo que “ya la habían visto, pero no la habían entregado”. Según explicó, los delincuentes notaron que era fácil ingresar y eso los motivó a cometer el golpe. “La ventana estaba regalada”, mencionó. Los ladrones forzaron la persiana para entrar a la casa cuando sus dueños dormían.
“Me dijeron: ´Parate ahí, que dejara el auto en macha’. Y que ya volvían. Me bajé del auto, caminé hacia la calle Italia y cuando volvía al auto veo que vienen corriendo y escucho un disparo. Vienen corriendo Diego, Quiti y El Monarca. Ahí escucho más disparos. Nos fuimos”, reveló.
“Me decían: ’Dobla acá, dobla acá'. Y a las seis cuadras, en la esquina de Ayacucho y Chiclana, lo levantamos al Paragua”. Hasta ese momento, el chofer del auto creía que González estaba muerto. Afirmó desconocer que sus compañeros mantenían comunicación por celular en todo momento. El último hombre se sentó detrás, del lado del acompañante. A bordo del auto iba “Quiti” herido. “Tenía una herida de entrada y salida de bala en la pierna derecha, en la parte alta del muslo. Dijo que el empresario le había disparado”, agregó.
“‘El Monarca’ tenía una computadora y un teléfono, cuando los demás vieron que tenía eso, le dijeron que los tirara. Abrió la puerta y los tiró en la calle Aquino”, aportó.
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De vuelta en el negocio, Mac Dougall contó que llamó a su ex pareja para que le llevara “unas gasas para curarlo”. “Quedé anulado, no recuerdo muy bien. La situación que se me venía encima me hizo preocupar mucho. A los 20 minutos que llegamos, ‘El Paraguayo’ se fue en un DiDi. ‘El Quiti’ se quejaba del disparo”, precisó.
Su ex, que no sabía lo que estaba pasando, fue al lugar en un Renault Clio que el comerciante tomó luego de abandonar el VWGol frente a la fachada del kiosco “Mandale Mecha”, local lindante a “Lo de Cata”, ambos del “Uruguayo”. Primero la llevó a su casa. El segundo paso fue alcanzar a ‘El Monarca’ a la estación de Ituzaingó. “A los otros, los dejé en Ituzaingó, por Cuyo y Quiros”, detalló. Para cerrar dijo que atravesaba un mal momento económico por ese entonces: “Tres días antes había cerrado el local porque no me daban los números. Pagaba 40 mil pesos de alquiler, 15 mil de luz y 10 mil de gas”.
Antecedentes
Lo cierto es que el detenido tiene un historial delictivo. Antes de comenzar a dedicarse a los robos de casas, era un conocido dealer y distribuidor de estupefacientes de la zona. Es más, por ese tipo de delito estuvo preso cuatro años, desde 2017 hasta 2021.
Los antecedentes llevaron a que Interpol lo calificara, en la circular roja que lleva su nombre, como “peligroso y violento”.
El 14 de julio pasado, el juez de Garantías 2 de Morón, Ricardo Fraga, dictó el procesamiento con prisión preventiva de Mac Dougall por considerarlo “coautor” de los delitos de “robo agravado por el empleo de arma de fuego, portación ilegal de arma de guerra, y homicidio criminis causae –dos hechos uno de ellos en grado de tentativa, agravado por el uso de arma de fuego, todos los que concurren en forma real entre sí”.
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