El adolescente de 17 años que había escapado en junio de un instituto de menores de Lomas de Zamora luego de haber sido detenido por el crimen del empresario Andrés Blaquier, cometido en octubre del 2022 en el partido de Pilar, fue recapturado esta tarde tras robar un auto a punta de pistola y junto a un cómplice en la localidad bonaerense de Garín.
Todo comenzó cuando efectivos del Comando Patrulla Escobar fueron alertados acerca del robo de un vehículo Volkswagen Gol, en inmediaciones del colegio SGS Loma Verde Bilingual School, ubicado en la calle Leguizamo al 1100, en el norte del conurbano.
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Los dos delincuentes se fugaron del lugar, por lo que los uniformados montaron un operativo cerrojo y minutos después dieron con el rodado, por lo que comenzaron a perseguirlos, según precisó la agencia Télam.
Al llegar al puente Alba de la ruta 9, en Garín, los asaltantes fueron cercados por los policías y chocaron contra un camión Mercedes Benz Accelo.
A raíz de ello, los dos ladrones bajaron del auto e intentaron escapar a la carrera, pero fueron aprehendidos de inmediato por los uniformados, quienes les secuestraron un revólver calibre .32.
Al identificar a los delincuentes, los agentes constataron que se trataba del adolescente de 17 años que el 6 de junio escapó del Instituto de Menores de Lomas de Zamora, donde permanecía detenido con prisión preventiva como acusado del delito de “robo agravado por el uso de arma de fuego y por resultar lesiones graves en concurso real con homicidio criminis causae agravado por la utilización de arma de fuego” en perjuicio del empresario Andrés Blaquier (62) y de su esposa Magdalena de Elordy.
Luego de su fuga, el juez Alejandro Diego Flori, a cargo del Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil 1 de San Isidro con asiento en Pilar, dispuso su captura, a pedido de la fiscal de la causa, Paula Romeo. Mientras que el cómplice del adolescente fue identificado por la Policía como Luca Pinardi (24).
Vale recordar que el adolescente recapturado ya había intentado fugarse del instituto en una ocasión anterior, durante un traslado por Panamericana en un vehículo penitenciario que iba a 100 kilómetros por hora. Y trató de hacerlo en complicidad con el otro detenido y acusado por el asesinato de Blaquier.
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En aquella ocasión, uno de ellos golpeó brutalmente a uno de los celadores, mientras el otro, desde atrás, le cruzó la cadena de las esposas por el cuello a un segundo guardia, para ahorcarlo. Al mismo tiempo, los menores les gritaban al chofer de la camioneta que detenga el vehículo y comenzaron a golpearse las cabezas entre sí y a darlas contra las ventanillas del vehículo con la intención de autolesionarse y culpar a los celadores. Los amenazaban con un “¡les va a recaber!”, mientras se reían y aseguraban que iban a denunciarlos por provocarles esas heridas.
Ese episodio sucedió el 22 de marzo. Fue cuando los menores regresaban a los centros de detención en los que estaban alojados. Habían asistido a una rueda de reconocimiento por el robo de la moto verde en la que, de acuerdo a la investigación, interceptaron a Blaquier para robarle. En ese marco, uno de ellos gritó “¡ahora!” y atacaron a los celadores. Sin embargo, la acción coordinada duró pocos minutos: los guardias pudieron controlar la situación, aunque debieron ser atendidos por politraumatismos y lesiones cortantes en la cabeza.
Luego de la secuencia, por la que se labraron actuaciones y se tomaron declaraciones a los celadores, el mayor de los menores pidió dejar el Instituto Almafuerte de Morón, en el que estaba alojado, y fue trasladado a Lomas de Zamora. “Apenas llegó, en la entrevista de admisión, le dijo a un psicopedagogo que había intentado escapar porque tenía ‘problemas de convivencia’”, indicó Ramiro Salaber, el abogado de la familia del agropecuario asesinado por ese entonces.
A la vez, le advirtió al profesional que “era más sencillo evadirse” en ese nuevo centro de detención. “Acá veo muy fácil para escaparme”, agregó.
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